En los últimos años, el teatro de Javier Vidal ha estado orientado a grandes personajes de nuestra historia política y cultural: Diógenes y las camisas voladoras (2011), Los compadres (2013), La catira del General (2016), La íntima del Presidente (2016) y La señora Imber (2019).
Esta vez, aunque el trasfondo sigue siendo político, apuntó a un tema que el teatro contemporáneo recupera al calor de los cambios operados en el país: la migración. Y fueron sus padres quienes le sirvieron de personajes a este dramaturgo que ya lleva más de 30 piezas en su haber.
Una historia muy familiar
Al comienzo de la pandemia, Javier Vidal (Barcelona, España, 1953) escribía una obra sobre la migración, cuando recibió la noticia del fallecimiento de su madre en Valencia, España.
Ese fuerte e inesperado golpe dio un giro a Paradís, pieza mención de honor en el III Concurso de Dramaturgia del Teatro Trasnocho Cultural, donde actualmente se presenta el drama inspirado en la historia familiar de este dramaturgo que a los 20 meses de nacido llegó con sus padres a Venezuela.
“La muerte de mi madre me pegó bastante –confiesa–, no estaba preparado para recibir esa noticia. No pude despedirme de ella, ni siquiera mi hermana en España pudo asistir a la cremación. Eso produce un luto que no se cierra, e influyó en lo que estaba trabajando, que fue entonces como un acto catártico. Escribí esta pieza más con el corazón que con cualquier otro órgano”.
La migración tiene dos caras: la inmigración, que, al amparo de Pérez Jiménez, alimentó nuestra realidad en los años 50, y la emigración que hoy le da a Venezuela un primer lugar en este fenómeno mundial.
Javier Vidal enlaza ambas en esta pieza en la que sus padres le sirven de protagonistas. Sus hijos, Josette y Jan, los representan en escena, en otra producción de Jota Creativa, que señala a los Vidal Restifo como empresa familiar en el escenario teatral venezolano.
Esta vez, aunque el trasfondo sigue siendo político, apuntó a un tema que el teatro contemporáneo recupera al calor de los cambios operados en el país: la migración. Y fueron sus padres quienes le sirvieron de personajes a este dramaturgo que ya lleva más de 30 piezas en su haber.
Una historia muy familiar
Al comienzo de la pandemia, Javier Vidal (Barcelona, España, 1953) escribía una obra sobre la migración, cuando recibió la noticia del fallecimiento de su madre en Valencia, España.
Ese fuerte e inesperado golpe dio un giro a Paradís, pieza mención de honor en el III Concurso de Dramaturgia del Teatro Trasnocho Cultural, donde actualmente se presenta el drama inspirado en la historia familiar de este dramaturgo que a los 20 meses de nacido llegó con sus padres a Venezuela.
“La muerte de mi madre me pegó bastante –confiesa–, no estaba preparado para recibir esa noticia. No pude despedirme de ella, ni siquiera mi hermana en España pudo asistir a la cremación. Eso produce un luto que no se cierra, e influyó en lo que estaba trabajando, que fue entonces como un acto catártico. Escribí esta pieza más con el corazón que con cualquier otro órgano”.
La migración tiene dos caras: la inmigración, que, al amparo de Pérez Jiménez, alimentó nuestra realidad en los años 50, y la emigración que hoy le da a Venezuela un primer lugar en este fenómeno mundial.
Javier Vidal enlaza ambas en esta pieza en la que sus padres le sirven de protagonistas. Sus hijos, Josette y Jan, los representan en escena, en otra producción de Jota Creativa, que señala a los Vidal Restifo como empresa familiar en el escenario teatral venezolano.
Cuatro catalanes buscan la libertad en la Venezuela de los años 50 (NICOLA ROCCO)
La historia, explica, es la autoficción de cuatro personajes: Rocío, Jaume, Rusé y Libertario, catalanes que llegaron a Venezuela con él en brazos, buscando mejores oportunidades, mayor libertad. “Venían de familias republicanas, perdedores de la guerra, estigmatizados como rojillos, como se decía en el franquismo, y consideraban que habían llegado al Paradís”, afirma.
El relato comienza el 2 de enero de 1955, cuando arriban al puerto de La Guaira, huyendo de la Guerra Civil española, y cierra el 23 de enero de 1958, cuando “un poco desvinculados de la política nacional, no saben exactamente a qué se van enfrentar. Decían que Venezuela ya era un paraíso, y que con la democracia seguramente sería mejor”.
Con la obra quería “rendir homenaje no solo a mi familia, sino a este país generoso que sigue siendo Venezuela, y la confrontación que puede tener el público venezolano con el país de hoy, donde actualmente en cada familia hay, de una manera u otra, un emigrante, un exiliado”.
De una migración a otra
Actor de cine, teatro y televisión, periodista, escritor, dramaturgo, director teatral, Javier Vidal comenzó su carrera en las tablas desde que inició sus estudios de Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, donde además de inaugurar el grupo de teatro, obtuvo su título en la mención Audiovisual y dictaría clases durante varios años. Después obtendrá su maestría en Teatro Latinoamericano en la UCV.
Paralelamente a su formación académica, desarrolla una exitosa carrera como actor, director y dramaturgo. Fue director del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (Celcit), y ha actuado en más de 33 producciones que han hecho historia en nuestra televisión, como Sangre azul, Estefanía, La pensión Amalia, Leonela, Angélica Pecado, La mujer de Judas y La viuda joven, entre muchas otras.
Además de más cuarenta actuaciones en las tablas, ha dirigido más de 30 piezas teatrales, muchas de ellas de su autoría, y escrito dos novelas, Devaneos eróticos de la farándula y Todos eran de izquierda; un poemario y los ensayos Fósforos de la impudicia y El juego en la dramaturgia latinoamericana y nuevas tendencias.
La historia, explica, es la autoficción de cuatro personajes: Rocío, Jaume, Rusé y Libertario, catalanes que llegaron a Venezuela con él en brazos, buscando mejores oportunidades, mayor libertad. “Venían de familias republicanas, perdedores de la guerra, estigmatizados como rojillos, como se decía en el franquismo, y consideraban que habían llegado al Paradís”, afirma.
El relato comienza el 2 de enero de 1955, cuando arriban al puerto de La Guaira, huyendo de la Guerra Civil española, y cierra el 23 de enero de 1958, cuando “un poco desvinculados de la política nacional, no saben exactamente a qué se van enfrentar. Decían que Venezuela ya era un paraíso, y que con la democracia seguramente sería mejor”.
Con la obra quería “rendir homenaje no solo a mi familia, sino a este país generoso que sigue siendo Venezuela, y la confrontación que puede tener el público venezolano con el país de hoy, donde actualmente en cada familia hay, de una manera u otra, un emigrante, un exiliado”.
De una migración a otra
Actor de cine, teatro y televisión, periodista, escritor, dramaturgo, director teatral, Javier Vidal comenzó su carrera en las tablas desde que inició sus estudios de Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, donde además de inaugurar el grupo de teatro, obtuvo su título en la mención Audiovisual y dictaría clases durante varios años. Después obtendrá su maestría en Teatro Latinoamericano en la UCV.
Paralelamente a su formación académica, desarrolla una exitosa carrera como actor, director y dramaturgo. Fue director del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (Celcit), y ha actuado en más de 33 producciones que han hecho historia en nuestra televisión, como Sangre azul, Estefanía, La pensión Amalia, Leonela, Angélica Pecado, La mujer de Judas y La viuda joven, entre muchas otras.
Además de más cuarenta actuaciones en las tablas, ha dirigido más de 30 piezas teatrales, muchas de ellas de su autoría, y escrito dos novelas, Devaneos eróticos de la farándula y Todos eran de izquierda; un poemario y los ensayos Fósforos de la impudicia y El juego en la dramaturgia latinoamericana y nuevas tendencias.
"Escribí Paradís más con el corazón que con cualquier otro órgano", dice Javier Vidal (NICOLA ROCCO)
Paradís, las vivencias de esa familia de inmigrantes del siglo XX, es su trigésima pieza y la primera presentación teatral en físico en plena pandemia.
-La confrontación que va a tener el público con la actual Venezuela de emigrantes del siglo XXI, no se ve, pero es un espejo que se refracta con el público cuando se da cuenta de que lo que están viviendo estos catalanes en los 50, lo estamos viviendo ahora los venezolanos como emigrantes. Venezuela exporta hoy venezolanos que huyen, que forman parte de la Venezuela de la diáspora, como lo fue la España de tiempos de Franco.
La pieza se presenta en alianza con la Embajada de España y Ron Santa Teresa, en una producción de Julie Restifo. Vicente Peña, como Jaume, padre del autor, y Claudia Rojas, como Rusé, tía del dramaturgo que vive en Madrid, integran el elenco.
Destacan las voces de Juan Carlos Gardié desde Madrid, y Restifo, en un bolero clave en el desarrollo de la trama.
Completan el trabajo Camila Rodríguez (asistente de dirección), Miguel MarSan (ambientación) y Sergio Malpica (asistente de escena). El vestuario es de Julie Restifo y Mariali Rosato; la fotografía de Anderson Díaz y diseño gráfico de Claudia Wiesner.
La obra está en el Teatro Trasnocho de Las Mercedes, jueves y viernes, a las 6:00 pm, y sábados y domingos, a las 4:00 pm.
@weykapu
Paradís, las vivencias de esa familia de inmigrantes del siglo XX, es su trigésima pieza y la primera presentación teatral en físico en plena pandemia.
-La confrontación que va a tener el público con la actual Venezuela de emigrantes del siglo XXI, no se ve, pero es un espejo que se refracta con el público cuando se da cuenta de que lo que están viviendo estos catalanes en los 50, lo estamos viviendo ahora los venezolanos como emigrantes. Venezuela exporta hoy venezolanos que huyen, que forman parte de la Venezuela de la diáspora, como lo fue la España de tiempos de Franco.
La pieza se presenta en alianza con la Embajada de España y Ron Santa Teresa, en una producción de Julie Restifo. Vicente Peña, como Jaume, padre del autor, y Claudia Rojas, como Rusé, tía del dramaturgo que vive en Madrid, integran el elenco.
Destacan las voces de Juan Carlos Gardié desde Madrid, y Restifo, en un bolero clave en el desarrollo de la trama.
Completan el trabajo Camila Rodríguez (asistente de dirección), Miguel MarSan (ambientación) y Sergio Malpica (asistente de escena). El vestuario es de Julie Restifo y Mariali Rosato; la fotografía de Anderson Díaz y diseño gráfico de Claudia Wiesner.
La obra está en el Teatro Trasnocho de Las Mercedes, jueves y viernes, a las 6:00 pm, y sábados y domingos, a las 4:00 pm.
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