Cuando Rolando Peña llegó a Nueva York, en 1963, era un joven de 21 años que buscaba una identidad artística, un lugar en el mundo del arte. Por lo pronto, iba a la ciudad estadounidense con una beca de la Academia de Danza Contemporánea de Martha Graham. Como todo aspirante a artista, consiguió un pequeño estudio en el que antes vivía un pintor mexicano amigo suyo que en ese momento decidió regresarse a su país. Pagaba una renta de 20 dólares al mes, lo cual le permitía vivir sin lujos; pero podía hacerlo.

De cabellera abundante y barba poblada, muy negras, a Peña lo acompañaban sus ánimos de comerse el mundo. Y aunque ya para la época el East Village neoyorkino era bastante peligroso, las casualidades de la vida lo llevaron hasta un café en el que acostumbraban a reunirse los poetas Allen Ginsberg, Peter Orlovsky, Gregory Corso, William Burroughs y Jack Kerouac.

“A Kerouac lo había leído en Caracas, a inicios de los años 60. La primera novela que leí fue Los subterráneos, la cual me pareció extraordinaria y me marcó. Era ese mundo underground, del jazz, de personajes muy libres, en busca de vidas distintas, mejores. Los bares, los sitios; era un mundo que me había imaginado y me interesaba mucho, toda mi vida he sido un amante del jazz. Luego leí Los vagabundos del dharma, donde se mezclaba el zen con la bohemia, el jazz, las drogas, el sexo, todo siempre en busca de las libertades. Y por supuesto leí On the Road (En el camino), la gran novela de Kerouac con la cual logra un reconocimiento internacional donde cuenta de una forma absolutamente libre, espontánea, todo lo que va viendo, sintiendo, experimentando en un viaje por gran parte de los pueblos y regiones de los Estados Unidos. Es como un gran happening escrito coloquialmente con todos los detalles; sin duda, es una obra maestra de la literatura contemporánea”, recuerda Rolando Peña, al que, ya se sabe, el mismísimo Andy Warhol apodó “el Príncipe Negro”.

Más de 50 años después de aquel acercamiento con los máximos representantes de la llamada Generación Beat, un grupo de escritores cuyo impacto cultural se tradujo en una especie de movimiento, sin dogmas, que rechazaba los valores tradicionales de la cultura estadounidense, antecesores de los hippies, Rolando Peña rinde homenaje a Kerouac dentro de la quinta edición del Festival Kerouac de Poesía y Performance, a la que ha sido invitado por sus organizadores, los españoles Vanesa Álvarez y Marcos de la Fuente, para presentar, el sábado 8 de mayo, a las 6:00 pm, en la galería New York Arts Empire, ubicada en la calle 454 Broadway, NYC, 10013, Our Daily Kerouac, performance sonoro-poético concebido y producido por él, con la participación de Jorge Heilpern y un video de Karla Gómez.

Recuerda el artista visual, cuyas reflexiones creativas han girado en torno al barril de petróleo: “Cuando me encontraba con ellos (los poetas beat), por supuesto, los saludaba, sobre todo a Ginsberg, porque él hablaba muy bien el español ya que mi inglés en aquel momento era muy pobre, y así los fui conociendo a todos hasta que por fin, un buen día hablé con Kerouac, también en español, y le conté que había leído sus libros y que me habían influenciado en mi vida. Él se rió y me dijo que bueno, que jamás se imaginó que sus libros fueran influyentes. Era más cerrado que los otros, pero simpático, sarcástico y tenía un humor muy irónico. Ellos me reafirmaron el sentimiento que siempre he tenido de las libertades”.

-¿En qué consiste Our Daily Kerouac?
-Our Daily Kerouac es una performance-sonora-poética, acompañada de un video-collage (brillantemente realizado por Karla Gómez), donde hacemos un collage de varios archivos de esa época maravillosa en el East Village, de sus reuniones en la calle, los bares, sus amigos, y Kerouac leyendo poemas, contando anécdotas con un fondo de jazz, de esos músicos maravillosos que ellos oían con frecuencia: Charlie Parker, Thelonious Monk, Miles Davis, Charles Mingus, etc. Toda esa atmósfera de bohemia la captamos en el video. La performance consiste en pasar el video, y Jorge Heilpern, un extraordinario músico argentino, premio Emmy, improvisa con su piano y sus sintetizadores, mientras yo cuento anécdotas de la época, leo textos de Kerouac y le saco sonidos a un barril de petróleo. Es un happening donde improvisamos y recreamos ese maravilloso espíritu libertario de los beatniks.

-¿Qué permanece de la Generación Beat en Rolando Peña?
-Permanece el espíritu libertario, la autenticidad, el coraje para romper con códigos establecidos por las academias. Siempre he pensado que las modas son trampas mortales para la creación. Soy extremadamente intuitivo y consecuente conmigo y con mis creencias, y eso ha sido un leitmotiv durante el transcurso de mi vida.

-Ir en contra la cultura establecida fue un punto de honor entre los beat. ¿Es también un punto de honor para usted?
-Más que ir contra la cultura, voy en contra de la mediocridad, los facilismos y las aceptaciones a priori. Por supuesto, uno madura, y actualmente sigo en mis búsquedas personales, buscando el infinito, organizando mi vida, mis pensamientos, y, claro, denunciando lo que no me parece justo. Lo ecológico, el cambio climático, lo social, lo político sin ser político ya que siempre seré políticamente incorrecto (no creo en las derechas ni en las izquierdas, son terminologías del siglo XIX). Debemos tomar conciencia de que vivimos en un planeta, la Tierra, el cual es nuestra casa y debemos cuidarlo. Esas son las cosas que me mueven, que me estimulan y es lo que trato de transmitir y proyectar en mi obra.

El V Festival Kerouac de Poesía y Performance se inicia hoy con un formato híbrido, entre virtual y presencial. Por ejemplo, vía Zoom se presentarán este miércoles 5 de mayo, los poetas gallegos Oriana Méndez, Marga do Val y Malvares, junto con Luz Pichel, Xiana Arias, Anna R. Figueiredo e Iria Medraño.

También forma parte de la programación del encuentro, Penny Arcade, nombre artístico de la actriz, dramaturga y humorista Susana Ventura, quien perteneció al entorno íntimo de Warhol y Jean-Michel Basquiat y compartió escenario con Patty Smith, además de ser una renombrada performista de vanguardia.

El viernes se presentará Poetry Fighters, un colectivo de artistas integrados por creadores mexicanos, estadounidenses y gallegos que se ha conformado en torno a la figura de Kerouac.

Las actividades concluirán con Our Daily Kerouac. Luego de esta vuelta a sus inicios, Rolando Peña regresará a Miami, ciudad en la que reside, para seguir trabajando en su biografía y en un libro sobre su obra. “Diariamente grabo de veinte a treinta minutos de anécdotas y encuentros de todos los colores y señas de mi vida, junto con Karla, mi ángel maravilloso. Estoy seguro que será muy interesante, es mi legado para las nuevas generaciones. Por supuesto, trabajo en mis investigaciones plásticas siempre mezclando arte, ciencia y tecnología”, concluye el Príncipe Negro.
@juanchi62