Vanesa Gouveia: “Me gusta hacer música intuitiva, que no se cansa de explorar”
La cantante y compositora caraqueña, voz femenina de Famasloop, recorre caminos creativos más personales con el dúo audiovisual Infinita Music
No es una frase hecha, pero para la cantante y compositora caraqueña Vanesa Gouveia, vida y música son la misma cosa. Ello, no solo por ser la voz femenina de Famasloop, banda venezolana dos veces nominada al Latin Grammy, sino porque desde muy niña ha estado rodeada de canciones.
“Mi madre era cantante, compositora y actriz de teatro para niños. Desde pequeña tuve un acercamiento a las artes entre pasillos y camerinos de teatros como los de la sala del Celarg, el Aula Magna, la Sala de Conciertos del Ateneo y el Museo Sacro. Vivíamos entre los ensayos de todos los proyectos de mi mamá. La música siempre estaba allí, en la dinámica de la familia. Siempre rodeada de instrumentos y de músicos de todo tipo”, recuerda la artista desde Panamá, país al que viajó en 2016 con su pareja, con quien se desplaza regularmente de un lugar a otro. “Mi casa es un barco y un estudio creativo al mismo tiempo”, dice.
A los doce años estudió solfeo. A los quince, se mudó a Mérida, y durante el año que estuvo en esa ciudad andina, audicionó para las Voces Blancas de Mérida, “más por socializar porque no conocía a nadie”, comenta Gouveia, quien en ese entonces descubrió el poder de la voz y conoció a Héctor Molina, de C4 Trío y al director de coros Alberto Torres. Con ellos se fue a concursar en un festival coral en Europa en el que participaban 72 agrupaciones de diferentes países e hicieron recitales en embajadas, teatros y hasta en la Plaza San Pedro y en El Vaticano, en Roma.
A su regreso a Caracas, terminó el bachillerato para luego continuar su formación en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela, pero cursando el segundo semestre aplicó para el Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas “Armando Reverón”. Vanesa Gouveia es también artista visual, además de creativa en Sound Design y voz de diversas marcas.
Con su más reciente proyecto, Infinita, ha editado el EP homónimo y el sencillo Delirio.

“Mi madre era cantante, compositora y actriz de teatro para niños. Desde pequeña tuve un acercamiento a las artes entre pasillos y camerinos de teatros como los de la sala del Celarg, el Aula Magna, la Sala de Conciertos del Ateneo y el Museo Sacro. Vivíamos entre los ensayos de todos los proyectos de mi mamá. La música siempre estaba allí, en la dinámica de la familia. Siempre rodeada de instrumentos y de músicos de todo tipo”, recuerda la artista desde Panamá, país al que viajó en 2016 con su pareja, con quien se desplaza regularmente de un lugar a otro. “Mi casa es un barco y un estudio creativo al mismo tiempo”, dice.
A los doce años estudió solfeo. A los quince, se mudó a Mérida, y durante el año que estuvo en esa ciudad andina, audicionó para las Voces Blancas de Mérida, “más por socializar porque no conocía a nadie”, comenta Gouveia, quien en ese entonces descubrió el poder de la voz y conoció a Héctor Molina, de C4 Trío y al director de coros Alberto Torres. Con ellos se fue a concursar en un festival coral en Europa en el que participaban 72 agrupaciones de diferentes países e hicieron recitales en embajadas, teatros y hasta en la Plaza San Pedro y en El Vaticano, en Roma.
A su regreso a Caracas, terminó el bachillerato para luego continuar su formación en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela, pero cursando el segundo semestre aplicó para el Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas “Armando Reverón”. Vanesa Gouveia es también artista visual, además de creativa en Sound Design y voz de diversas marcas.
Con su más reciente proyecto, Infinita, ha editado el EP homónimo y el sencillo Delirio.

Vanesa Gouveia: "Famasloop es un camino de exploración constante" (CORTESÍA)

-Está dedicada, fundamentalmente, a dos propuestas musicales: Famasloop e Infinita Music. ¿Qué representan para usted cada una de ellas?, ¿qué lugar ocupan en su vida?, ¿cómo se complementan una y otra?
-Famasloop es un camino de exploración constante. Es el resultado del trabajo apasionado de personas creadoras que aman hacer música, es un sonido producto de un colectivo al que se van sumando artistas que conectan con el mundo de Famasloop. Infinita, por su parte, es un dúo audiovisual en donde vengo explorando mi voz. Es la mezcla entre la búsqueda musical de David Marcano y la mía. Hacemos nuestras visuales, nos gusta explorar esa curiosidad cinematográfica. Es un laboratorio que nos permite crear y producir nuestras ideas, apenas está empezando y vienen cosas emocionantes muy pronto.
Y prosigue: “Ambas propuestas son muy especiales e importantes porque me han permitido desarrollar mi musicalidad. En ellas tengo temas propios y temas que produzco”.
-Algunos integrantes de Famasloop están en México; usted en Panamá, ¿cómo se organizan para trabajar?
-Desde hace muchos años venimos trabajando a distancia. Rafa (Rafael Urbina) fue el primero en irse y poco antes de eso empezamos a escribir algunos temas de forma remota. Los que quedamos en Caracas continuamos trabajando en el estudio con el concepto de Las cenizas y cuando nos tocó mudarnos del país, ese concepto fue variando porque empezamos a vivir cosas distintas y eso nos llevó a la idea del nombre actual del disco Lo más seguro es que quien sabe, porque si quieres hacer reír a Dios, cuéntale cada uno de tus planes, ¿no? Somos un equipo con distintos estilos, gustos y experiencias. Eso siempre ha alimentado la fuente creativa en la banda.
-¿Cuál es la música que desea hacer Vanesa Gouveia?, ¿qué la inspira?, ¿qué le quiere transmitir a la gente cuando compone?
-La música que me gusta hacer es la música intuitiva, que no se cansa de explorar. La mayoría de las veces compongo con la voz y la guitarra, emulando instrumentos, jugando con la métrica y las armonías, bordando los sonidos. Soy melómana, escucho música todo el tiempo y para todo tengo una canción. Me inspiran las emociones, las imágenes y la naturaleza. La música la hago para mí y para las personas que conozco, esperando que les guste a otros también.
-Famasloop es un camino de exploración constante. Es el resultado del trabajo apasionado de personas creadoras que aman hacer música, es un sonido producto de un colectivo al que se van sumando artistas que conectan con el mundo de Famasloop. Infinita, por su parte, es un dúo audiovisual en donde vengo explorando mi voz. Es la mezcla entre la búsqueda musical de David Marcano y la mía. Hacemos nuestras visuales, nos gusta explorar esa curiosidad cinematográfica. Es un laboratorio que nos permite crear y producir nuestras ideas, apenas está empezando y vienen cosas emocionantes muy pronto.
Y prosigue: “Ambas propuestas son muy especiales e importantes porque me han permitido desarrollar mi musicalidad. En ellas tengo temas propios y temas que produzco”.
-Algunos integrantes de Famasloop están en México; usted en Panamá, ¿cómo se organizan para trabajar?
-Desde hace muchos años venimos trabajando a distancia. Rafa (Rafael Urbina) fue el primero en irse y poco antes de eso empezamos a escribir algunos temas de forma remota. Los que quedamos en Caracas continuamos trabajando en el estudio con el concepto de Las cenizas y cuando nos tocó mudarnos del país, ese concepto fue variando porque empezamos a vivir cosas distintas y eso nos llevó a la idea del nombre actual del disco Lo más seguro es que quien sabe, porque si quieres hacer reír a Dios, cuéntale cada uno de tus planes, ¿no? Somos un equipo con distintos estilos, gustos y experiencias. Eso siempre ha alimentado la fuente creativa en la banda.
-¿Cuál es la música que desea hacer Vanesa Gouveia?, ¿qué la inspira?, ¿qué le quiere transmitir a la gente cuando compone?
-La música que me gusta hacer es la música intuitiva, que no se cansa de explorar. La mayoría de las veces compongo con la voz y la guitarra, emulando instrumentos, jugando con la métrica y las armonías, bordando los sonidos. Soy melómana, escucho música todo el tiempo y para todo tengo una canción. Me inspiran las emociones, las imágenes y la naturaleza. La música la hago para mí y para las personas que conozco, esperando que les guste a otros también.

"El arte en general es como un rayito de luz que necesitamos para los días sombríos", dice la cantante y compositora (CORTESÍA)
-En estos tiempos tan complicados, ¿qué papel cree usted que ha jugado la música?
-La música siempre será una vía de comunicación genuina que nos puede mover por dentro y por fuera. En estos tiempos de aislamiento forzoso es fundamental porque nos permite conectarnos con los demás. El arte en general es como un rayito de luz que necesitamos para los días sombríos. Es ese hilo invisible que nos amarra a la vida para celebrarla, vivirla o simplemente contemplarla.
-Es también artista plástico. ¿El desarrollo de su obra visual y su música marchan en paralelo?, ¿se retroalimentan?
-La música y la plástica siempre han estado presentes en todas las etapas y sí se retroalimentan. Descubrí un conector mientras estudiaba artes con una materia llamada Radio Arte, dictada en ese momento por Jorge Gómez. Por eso me incliné hacia los medios mixtos porque de un dibujo puede nacer una canción o viceversa. La música genera colores, imágenes y emociones. Entonces creo que siempre van juntas.
Más que música
Recientemente, Vanesa Gouveia compuso la música para el cuento La casita, de la editorial independiente infantil Utopía Portátil, escrito a partir de una canción de Cybele Peña, su compañera pianista en el proyecto Casa de Árbol, creado para dar recitales en el Hospital J.M. de los Ríos a niños y adolescentes en tratamiento.
Al respecto comenta la artista: “La música y el arte en general son herramientas poderosas que sensibilizan. Con Casa de Árbol experimentamos su poder sanador y transformador. Es como un puente de servicio que invita al espectador a un mundo de juegos y de complicidad. Este proyecto es muy importante para nosotras, porque nos conecta con nuestra niñez, y como fue muy plena, nos gustaría poder compartirlo con las demás personas. Casa de Árbol nace de esa necesidad de mostrar esos mundos. Cybele Peña (corales) y yo lo creamos para hacer musicoterapia con los niños del Hospital J.M. de Los Ríos y más adelante en otros espacios. Es un proyecto hermoso que sigue creciendo y alimentándose con otros creadores, otros formatos”.
Mientras Vanesa Gouveia sigue explorando la realidad y los paisajes sonoros que siempre la acompañan -el dream pop, el soul, el R&B contemporáneo- su fuente creadora se intensifica con el tiempo. Ama todos y cada uno de los proyectos que emprende. “Poco a poco quiero ir sacando la maleta de repertorios escondidos que tengo y concentrarlos en un disco, pero siempre me gusta trabajar con otros artistas”, concluye.
@juanchi62
-En estos tiempos tan complicados, ¿qué papel cree usted que ha jugado la música?
-La música siempre será una vía de comunicación genuina que nos puede mover por dentro y por fuera. En estos tiempos de aislamiento forzoso es fundamental porque nos permite conectarnos con los demás. El arte en general es como un rayito de luz que necesitamos para los días sombríos. Es ese hilo invisible que nos amarra a la vida para celebrarla, vivirla o simplemente contemplarla.
-Es también artista plástico. ¿El desarrollo de su obra visual y su música marchan en paralelo?, ¿se retroalimentan?
-La música y la plástica siempre han estado presentes en todas las etapas y sí se retroalimentan. Descubrí un conector mientras estudiaba artes con una materia llamada Radio Arte, dictada en ese momento por Jorge Gómez. Por eso me incliné hacia los medios mixtos porque de un dibujo puede nacer una canción o viceversa. La música genera colores, imágenes y emociones. Entonces creo que siempre van juntas.
Más que música
Recientemente, Vanesa Gouveia compuso la música para el cuento La casita, de la editorial independiente infantil Utopía Portátil, escrito a partir de una canción de Cybele Peña, su compañera pianista en el proyecto Casa de Árbol, creado para dar recitales en el Hospital J.M. de los Ríos a niños y adolescentes en tratamiento.
Al respecto comenta la artista: “La música y el arte en general son herramientas poderosas que sensibilizan. Con Casa de Árbol experimentamos su poder sanador y transformador. Es como un puente de servicio que invita al espectador a un mundo de juegos y de complicidad. Este proyecto es muy importante para nosotras, porque nos conecta con nuestra niñez, y como fue muy plena, nos gustaría poder compartirlo con las demás personas. Casa de Árbol nace de esa necesidad de mostrar esos mundos. Cybele Peña (corales) y yo lo creamos para hacer musicoterapia con los niños del Hospital J.M. de Los Ríos y más adelante en otros espacios. Es un proyecto hermoso que sigue creciendo y alimentándose con otros creadores, otros formatos”.
Mientras Vanesa Gouveia sigue explorando la realidad y los paisajes sonoros que siempre la acompañan -el dream pop, el soul, el R&B contemporáneo- su fuente creadora se intensifica con el tiempo. Ama todos y cada uno de los proyectos que emprende. “Poco a poco quiero ir sacando la maleta de repertorios escondidos que tengo y concentrarlos en un disco, pero siempre me gusta trabajar con otros artistas”, concluye.
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