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Jesús Matheus: “El exilio te hace más humilde y solitario, esencial y frugal”

El artista venezolano, residenciado en Boston, Estados Unidos, presenta la individual "Jesús Matheus. Piedras cantadas. Abstracción abierta", en la Galería Odalys, de Madrid

  • JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

16/02/2021 01:00 am

Aunque el tema de esta entrevista es la más reciente exposición individual del artista venezolano Jesús Matheus, quien desde 2005 vive en Boston, Estados Unidos, el encuentro -virtual- con este reconocido creador obliga, por su carácter esporádico, a adentrarse con él en aspectos como el exilio y la pandemia del Covid-19, siempre desde la perspectiva de un hombre sensible a su entorno.

Caraqueño, nacido en 1957, Matheus hizo estudios en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Federativa de Río de Janeiro, Brasil, y en el Centro de Enseñanza Gráfica (Cegra), de Caracas. Fue profesor de grabado y dibujo en el Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas “Armando Reverón”.

De su trabajo se ha escrito: “La obra de Jesús Matheus se nutre de su propio devenir, que queda plasmado en una composición madura, neutra, sosegada, de sencillo y poético lenguaje, en la que la relación con el espectador se construye desde una tradición geométrica latinoamericana que perdura desde siempre”. (Lieska Husband de Hernández. Catálogo de la exposición colectiva Geometrías. Fundación Banco Provincial, 2010).

O bien: “(…) Matheus ha desarrollado una trayectoria artística definida por una vocación inquebrantablemente abstracta y determinada por su estudio sistemático de los grandes hitos de la abstracción histórica, desde los constructivistas rusos hasta los artistas geométricos de la Escuela de Nueva York, con una especial predilección por los maestros latinoamericanos arraigados en la geometría”. (Adolfo Wilson. A propósito de la exposición El cuadrado inquieto. Beatriz Gil Galería. Caracas, 2013).

La obra de Matheus se ha expuesto en toda América Latina y parte de Estados Unidos y Europa, y forma parte de colecciones públicas y privadas en países como Brasil, Colombia, México, Venezuela, Cuba, Puerto Rico, Estados Unidos, España, Suiza, Francia y Austria.

Códice Dos es una de las obras que se expone en la galería dirigida por Odalys Sánchez (CORTESÍA)

Jesús Matheus. Piedras cantadas. Abstracción abierta es el título de la exposición individual que se inauguró el pasado sábado 13 de febrero en la Galería Odalys de Madrid y que reúne 60 obras del artista entre pinturas, dibujos y esculturas, con la curaduría del teórico y crítico de arte Alfonso de la Torre. Sesenta obras que evidencian que “(…) mucho del trabajo de Matheus se sustancia en un permanente reflexionar sobre el acto y el hecho de pintar, o de crear en general, el ser artista, como pintando en estado de shock una inquietud que parece referir la ilimitación del hecho de pintar, una distancia nunca saciada”, afirma De la Torre.

“Con Pórtico, una pequeña pintura de 2012, suman 18 pinturas (acrílico/óleo sobre lienzo) de diferentes formatos, muchas de ellas realizadas en 2020, en confinamiento. Este tiempo de acción reflexiva me ayudó a seleccionar aproximadamente 40 obras en papel de diferentes carpetas, entre dibujos, bocetos y piezas más terminadas que, junto a algunas piezas tridimensionales, llamémosles construcciones en madera, incluidas dos piezas en alambre de aluminio, suerte de filigranas en el espacio y la pared, conforman la exposición. Esa combinación de medios y soportes, así como de escalas, me viene interesando desde hace tiempo”, explica Matheus acerca de esta muestra de su trabajo.

-Hablemos del título de la exposición: Piedras Cantadas. Abstracción Abierta. ¿A qué momento de su carrera hace referencia?
-Siempre he pensado que los títulos pueden ser algo equívocos, ciertamente amplios o específicos de un momento del trabajo, muchas veces no estoy tan seguro de ellos, de cualquier manera nos sirve para identificarlas y designarlas. Hay una intencionalidad detrás, pero también un descubrimiento. Esa especificidad o amplitud seguramente nos lleva al título de la muestra: Piedras cantadas, un título muy bello y poético, se refiere al nombre de un pequeño dibujo realizado in situ en la ruina incaica de Ollantaytambo, Alto Perú (2015). En una visita guiada al lugar, nuestro guía intérprete cuenta que las piedras cantadas son esos cantos tallados, piedras no terminadas halladas al pie, dispuestas de cualquier manera a lo largo de los templos y monumentos. En sentido figurado, nos sugiere muchas cosas. El subtítulo Abstracción abierta, abre la puerta, como su nombre lo indica, a una serie sin fin de posibilidades de apertura al mundo del lenguaje de la forma abstracta. A esta dualidad existente, y a este último enunciado me refiero y me debato actualmente.

Ideograma 6 (CORTESÍA)

-¿Sigue indagando sobre la tradición pictórica latinoamericana, que es parte del trabajo que se le ha visto? ¿Qué hallazgos ha hecho al respecto?
-Esta tradición, como refieres, a fuerza de expansión sigue siendo inevitablemente una fuente inagotable que se resume en investigación, viaje y estudio permanente. Ahora bien, hay que escapar de los calificativos y las reiteraciones. Así como me formé como grabador, he accedido sin piedad al mundo de la pintura y la escultura; es parte de un mismo lenguaje y no hay misterio en esto. Con respecto a los signos, asumiendo una tradición canonizada, estos forman parte de un reconocimiento amplio y ajeno del arte y los artistas de todos los tiempos.

“En cuanto hallazgos -prosigue-, tengo rato deleitándome con la expresión netamente abstracta reflejada en la arquitectura y la escultura prehispánica, también sensible a la arquitectura como ámbito de espacio trasladado al plano de la tela y el papel o la madera. También, aunque si bien no forma parte de esta exposición, el acercamiento a la naturaleza, acercamiento al objeto encontrado, el ensamblaje como recurso incorporado a la obra. Como ves, en esto puedo ser un poco ecléctico. Lo último e innegable es el pálpito del arte norteamericano, la sofisticación de una estética a partir del lugar donde vivo y trabajo desde un tiempo que se ha hecho largo”.

Neoglifo III (CORTESÍA)

-¿La abstracción geométrica está en todo, en el espacio que habita, en las formas que ve, en los colores que percibe? ¿En lo que siente?
-No necesariamente. Para ello, debe haber unas determinadas claves expresivas, donde esa sensibilidad que comentas, se convierte en una verdad, en un credo creativo (parafraseando a Klee). Pero tú lo has reflejado muy bien: está en todo. Imaginamos y recreamos esa totalidad: los principios de la geometría se han descubierto en tono con la naturaleza constructiva de las formas visuales. Otra realidad es el mundo ininteligible de las ideas y las formas puras, su representación visual. El mundo platónico justifica la idea del amor, la verdad, la justicia en un razonamiento abstracto y de representación dialéctica. ¿Qué tal si nos atrevemos a buscar en la representación de un cuadrado monocromo, dos colores y dos cuadrados en escala y tonalidad, la verdad y el sentido de totalidad? Otros lo han experimentado: Malevich, Albers, Rothko, Soto. Para mí, viene siendo un territorio nuevo de exploración.

Y prosigue: “Torres García hablaba de un ‘espíritu abstracto’, actitud de vocación abstracta. En su momento, esa espiritualidad humana tuvo que ver con su tiempo histórico, pero sobre todo con una nueva forma plástica independiente de la historia del arte. Una suerte de ruptura, determinada por liberar el arte hacia sus propios elementos sobre todo conectados con el pensamiento filosófico clásico occidental. Recordemos que todo manifiesto es fundamental”.


Estela A (CORTESÍA)

-¿Cómo adecúa los materiales a esa búsqueda de la abstracción? Y finalmente, ¿es ésta abierta?
-Los materiales son los de siempre, los que tenemos a mano, muchas veces con precariedad, y esto es fabuloso. En base a una formación académica y forjada en el tiempo, la esencialidad de la materia y el medio empleado llama a la idea, y viceversa: lo telúrico. Esto tiene que ver, por ejemplo, con los soportes y la acción del trabajo, la acción que el artista, como el alquimista o el demiurgo, ejerce sobre ellos. Lo que Josef Albers definió: “El arte se ocupa del cómo, no del qué; no con contenido literal, sino con el performance del contenido. El performance -cómo se hace-, ese es el contenido del arte”. Esto es tan cierto como la capacidad que aún tenemos de, enarbolando un pincel, crear esa forma pura y nítida que ofrece la abstracción geométrica con su capacidad recreativa, siempre novedosa y dispuesta a la libertad, a su liberación expresiva.

-¿Qué temas de esta realidad tan compleja para la humanidad ha sumado a su trabajo artístico?
-En mi imaginario creativo no encuentro referencias con la realidad como tal. Por supuesto, el hacedor se debate en decantar el entendimiento de valores realmente auténticos. De un tiempo para acá he descubierto caminos en la filosofía, que determinan una manera de entender la creación artística. Una imagen simple, suficiente y necesaria: apenas una forma geométrica y un color determinado condicionan la belleza de la obra y su felicidad.

Sobre el exilio, dice el artista: “En todas sus formas, te hace más humilde y solitario, esencial y frugal. A fuerza de esto, y desde esta perspectiva, el espectáculo del mundo se ve con más claridad y compromiso, y paradójicamente la obra se hace más diáfana y determinante de nitidez y fortaleza como objetivo propuesto. Ciertamente, deberíamos ser menos complacientes. En el caso de este proyecto en concreto, el trabajo de creación se ha construido con mucha incertidumbre de futuro, y de forma un poco extraña; una bella rareza”.
@juanchi62



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