Espacio publicitario

Karl Krispin revela su entusiasmo por “La montaña mágica” de Thomas Mann

Después de su novela “Ve a comprar cigarrillos y desaparece”, el historiador, docente, ensayista y escritor entrega el volumen de ensayos “¿Es posible leer La montaña mágica en nuestros días?”, ambas publicaciones del sello OT

  • Diario El Universal

20/01/2021 01:00 am

MARITZA JIMÉNEZ

Después de la publicación de “Ve a comprar cigarrillos y desaparece”, su cuarta novela, en la que rinde homenaje a la obra capital de Thomas Mann, Karl Krispin prolonga su entusiasmo en “¿Es posible leer La montaña mágica en nuestros días?”, su segundo volumen de ensayos literarios, publicado por Oscar Todtmann con el patrocinio de Grupo Casonita, disponible en librerías y el portal Amazon.com en el enlace https://www.amazon.com/dp/B08LN5MY1B. 

Se trata de una serie de reflexiones en las que el historiador, docente, escritor y ensayista literario nos invita a pasearnos por la vida y la obra de un abanico de reconocidos autores, desde Jorge Luis Borges y Lawrence Durrell, pasando por Cyril Connolly, Aldoux Huxley, Albert Camus, Paul Auster y Stefan Zweig, entre otros, o temas como la relación entre la literatura de ficción y no ficción, con originales y bien fundados puntos de vista sobre la escritura en estos tiempos de Netflix y chats. 

Krispin (Caracas, 1960), estudió en los colegios Humboldt de Caracas y San Pablo-CEU de Madrid, España. Es egresado de Letras por la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, con maestría en Ciencias Políticas en Tulane University (New Orleans, Lousiana) y candidato al doctorado en Historia por la UCAB. 

Profesor de Historia, Civilización contemporánea y Literatura Alemana en la Universidad Metropolitana, ha publicado las novelas “La advertencia del ciudadano Norton” (Alfa, 2010), “Con la urbe al cuello” (Alfaguara, 2005) y “Viernes a eso de las nueve” (Fuentes Editores, 1992). 

Igualmente, los estudios históricos “La revolución Libertadora” (BCV, 1990), “Golpe de Estado Venezuela 1945-1948”, (Panapo, 1994), los ensayos “Camino de humores” (Fundarte, 1998) y “Lecturas y deslecturas” (Universidad Metropolitana, 2009), “Ciento breve” (Minicuentos, Fundación para la Cultura Urbana, 2004) y “Alemania y Venezuela 20 testimonios” (Entrevistas, Fundación para la Cultura Urbana, 2005). 
 
Ganador de mención especial en el 52º Concurso Anual de Cuentos del diario El Nacional (1997), ha sido comisionado por Monte Avila Editores para la edición y revisión de la obra de Arturo Uslar Pietri. Como articulista de prensa, ha escrito para los principales diarios del país, entre los que destacan El Diario de Caracas, El Universal y El Nacional, y es colaborador habitual de @zendalibros y @prodavinci.

Ha sido presidente de la Asociación Cultural Humboldt y del capítulo venezolano del Club de Roma. 

-¿Cuál es la historia de Ve a comprar cigarrillos y desaparece, su reciente novela?

“Es la historia es la de un trío atrapado entre permanecer y escapar, entre el erotismo y el conocimiento, lo azaroso y la voluntad, entre la concepción de un país que existe y ha dejado de existir. Hay una dialéctica de encierro y de liberación en unas personas que confirman y abjuran sobre la Venezuela de nuestros días.

-¿Su formación como historiador influye en su producción literaria?
“Julio Cortázar, en los cursos de literatura que dictó en la Universidad de Berkeley, a principio de los ochenta y unos años antes de morir, señalaba que la novela tenía varios niveles de desarrollo: el estético, el histórico y el metafísico. La historia y la novela establecen dos planteamientos diferentes: una anclada inevitablemente en la realidad y sus cuentas exactas, y la otra en la ficción y sus cuentos inexactos. Pese a esa declaración inicial de principios, ambas se miran de reojo, pero se comunican y mantienen algún trato, normalmente distante, pero a veces también con alguna cercanía. 

-Tengo la convicción –prosigue- de que como sujeto de mi tiempo, debo circunscribirme a él, y en ese sentido existe una etapa histórica concreta desde la que contemplo la literatura. No me gusta ingresar a la máquina del tiempo para andarme de paseo por eso tan de moda y para complacer peticiones que es la novela histórica, a la que sí miro con muchas dudas más que certezas, porque tengo algún trabajo como historiador que me ha permitido identificar cuál es el universo de la realidad y cuál el de la ficción. Que el primero exige una irrenunciable rigurosidad con la historia misma y el segundo una rigurosidad pero con la creación misma, más allá de las medidas de la historia. Me gusta la ficción desde mi era y apegado irrevocablemente a ella. Cuando uno habla de su tiempo, nos referimos a todo lo que resulta de la experiencia de una vida. Y dentro de ese contexto que nos rodea, la invocación de este país que llevamos a cuestas es parte de los que nos condiciona y define.

-El comentario, la reseña literaria, la crítica, ¿cómo calificaría este volumen de trabajos sobre literatura y cuál sería para Ud. la diferencia entre la crítica y el comentario de libros?

“Creo que me siento muy cómodo en esa aventurada invención que se figuró Montaigne a la que dio por nombre “ensayo”. Son ensayos libres alrededor de la literatura que ha escrito un escritor que vive y ama la literatura. El tema de la crítica literaria lo dejo para las revistas indexadas y los congresos de literatura y su idiolecto académico que, huelga decir, me interesan bastante poco”. 

-Su libro se centra en la figura del autor, ¿alguna razón en particular?

“El posmodernismo intelectual privilegió el texto sobre el autor”, responde. “Toda la Escuela de Yale ordenó a los autores que abandonaran la casa sin hacer ruido por la puerta trasera. Sobre esos textos construyeron las más variadas interpretaciones dentro de lo que ese gran ensayista y sabio llamado Harold Bloom, ha denominado la Escuela del Resentimiento, donde cabe todo el dispositivo político de nuestro tiempo en contra de la literatura. Por ello hoy en día en esas escuelas de literatura se estudia también tanta política como sea posible para anegar los textos. Esta escuela crítica ha deconstruido el texto para reducirlo a meras propuestas políticas disociadas del placer de leer y de la obra literaria como arte. Se trata de entrar a un laboratorio donde se analizan componentes y tendencias. Es una posición válida para algunos que les da igual quienes sean los autores porque al fin y al cabo van a los textos como quien realiza el desmontaje de una estructura en piezas desengranadas. 

“Es un tema algo recurrente –añade- pero nunca como en nuestros días: a Unamuno le importaba más el propio Quijote que Cervantes. En todo caso, cuando se considera al autor, desde mi punto de vista, no se trata de una escogencia sino de un punto de partida. Los autores son esenciales para visitar su obra y tratar de alcanzar una mirada yuxtapuesta a lo que vieron desde nuestra perspectiva de lectores. Por ello, es difícil entender la obra de Arthur Koestler o de Stefan Zweig, sin pasar por sus vidas. Vidas por cierto luminosas y trágicas que dejaron obras, más que textos, que van a perdurar siempre mientras existan lectores de literatura, y sobre todo, lectores libres de literatura. En la presentación de este libro de ensayos, ¿Es posible leer La montaña mágica en nuestros días? decía que la pregunta también redundaba alrededor de la posibilidad de encontrarse, a través de la literatura y sus escritores, con algún tipo de revelación que siempre se dirige a lo personal.

-Ud. parece haber cultivado prácticamente todos los géneros literarios, menos la poesía.

“Nadie puede escapar a la poesía que, como sostenía el escritor alemán Johann Gottfried Herder, es la lengua materna de la humanidad. Curiosamente, mi carrera como escritor se inició muy tempranamente y escribiendo, precisamente, poesía, a la que he tomado muy en serio. Tengo una devoción por algunos poetas superiores, y siempre me pareció que la poesía exigía no sólo una escritura, sino una vida poética. La vida de Hölderlin muestra, por ejemplo, esa doble condición que pocos han alcanzado. Fueron muchos años de trajín con la palabra y de lectura de los grandes poetas de la humanidad, que se interrumpieron con la decisión de comenzar a escribir en prosa y destruir todo cuanto había escrito. Tomé las previsiones necesarias y terminantes para que no quedara nada de aquello que sirvió como una base de formación, como la capa inicial de pintura sobre la cual se elevan los colores. Por eso me refiero a que la poesía es inescapable, porque de una u otra forma está allí como una invocación iniciática.

“¿Es posible leer La montaña mágica en nuestros días?
”Es, por otra parte, una toma de posición, sobre la escritura y la lectura en el tiempo que estamos viviendo, en el que la novela de largo aliento pareciera castigada por la premura impuesta por el predominio de la imagen y la tecnología, pero Krispin advierte: “Así como hay quienes invierten incansablemente su tiempo en tres, cuatro o cinco temporadas de una serie de Netflix, del mismo modo hay lectores que no miran el segundero para medir el paso de las páginas”. 

-¿Cómo es su relación con la literatura como lector y como creador?

-Mi relación con la literatura es total, recurrente, libre (con derechos y deberes) y salvadora en lo individual. No existe mejor posibilidad que la del mundo que nos ofrece la literatura. Por ello en mi novela, Ve a comprar cigarrillos y desaparece, el narrador (o los narradores) se atreve a plantear la posibilidad de un teorema, no sé si demostrable pero posible e imaginable (si lo imaginamos, le damos existencia) de que la vida de un hombre puede ser tomada en cuenta por los libros que leyó, por los momentos de celebración, melancolía, grandeza o miseria que le procuró la literatura. Que es posible pensar en hitos definitivos y esclarecedores de nuestra vida por aquello que nos mostró la literatura. Con lo que también, al igual que la poesía representa un factor exigente de una vida poética, está la obra de ficción que también exige vivir esa vida totalizadora y fascinante. A la que no se puede renunciar.

Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario