Iván García: “Siempre defenderé la libertad”
El cantante lírico venezolano protagoniza en Buenos Aires la ópera "El Cimarrón, biografía del esclavo fugitivo Esteban Montejo", sobre un cubano oprimido del siglo XIX. El montaje se estrenará en “streaming” el 9 de este mes
Ver sobre el escenario al cantante lírico y actor Iván García supone dejarse avasallar por una voz que es toda potencia y pasión. Para este artista multidisciplinario, nacido en Caracas en 1963, cada encuentro con la música lo estremece y lo hace inmensamente feliz. Es por ello que desde Buenos Aires, donde reside, habla con vehemencia de la ópera El Cimarrón, biografía del esclavo fugitivo Esteban Montejo, que protagoniza y que se estrenará el 9 de diciembre, a las 20:00 (hora argentina) a través de la plataforma digital opera21.live.
Escrita por Hans Werner Henze, compositor alemán que durante años se sintió rechazado por sus ideas de izquierda y su homosexualidad, y con un texto adaptado de Hans Magnus Enzensberger a partir de la novela homónima de Miguel Barnet, El Cimarrón, biografía del esclavo fugitivo Esteban Montejo contará en su transmisión por streaming la historia de esclavo cubano de finales del siglo XIX que luchó incansablemente por su libertad.
El montaje, presentado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref), a través de su Maestría en Ópera Experimental, cuenta con la puesta en escena y dirección de Marcelo Lombardero y la producción general de Martín Bauer; se realizará en el Xirgu Espacio de Untref, en coproducción con Teatro Musical Contemporáneo y 4’33’’, y el apoyo de Editorial Barry. Las entradas pueden adquirirse a través de Ticketek.



Escrita por Hans Werner Henze, compositor alemán que durante años se sintió rechazado por sus ideas de izquierda y su homosexualidad, y con un texto adaptado de Hans Magnus Enzensberger a partir de la novela homónima de Miguel Barnet, El Cimarrón, biografía del esclavo fugitivo Esteban Montejo contará en su transmisión por streaming la historia de esclavo cubano de finales del siglo XIX que luchó incansablemente por su libertad.
El montaje, presentado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref), a través de su Maestría en Ópera Experimental, cuenta con la puesta en escena y dirección de Marcelo Lombardero y la producción general de Martín Bauer; se realizará en el Xirgu Espacio de Untref, en coproducción con Teatro Musical Contemporáneo y 4’33’’, y el apoyo de Editorial Barry. Las entradas pueden adquirirse a través de Ticketek.

Hans Werner Henze compuso esta obra cuando vivía en Cuba, entre 1969 y 1970 (CORTESÍA)
Con 33 años de recorrido profesional y luego de haber trabajado con directores de la talla de Jordi Savall, René Jacobs, Helmuth Rilling, Gustavo Tambacio y Lindsay Kemp, Iván García cuenta que la primera vez que escuchó la ópera El Cimarrón… fue en su versión en alemán y a principios del año 2000.
“Me enamoré porque esa estética de la música contemporánea siempre me ha llamado la atención; ya desde Caracas participé en algunas ocasiones en el Festival de Música Contemporánea organizado por el maestro Rugeles. Me decía: ‘Quiero hacer El Cimarrón de Henze’, y me lo puse como meta. Me compré la partitura en 2007 cuando vivía en Barcelona (España). Esa edición viene en dos idiomas: alemán y español. Apenas comenzar el texto me atrapó, me identifiqué... Pasaron los años y tenía en la cabeza ‘quiero hacer El Cimarrón’, casi como un mantra....
“Me vine a vivir a Buenos Aires y seguía con mi idea. Era, por decir, una pulsión. Y llegó el momento en que algo se alineó. He tenido el privilegio de trabajar acá en Buenos Aires con quien considero de los mejores directores de escena para ópera que hay en Iberoamérica: Marcelo Lombardero; con él hemos realizado hermosos y potentes proyectos para el Teatro Colón y otras casas de ópera del país. Pero El Cimarrón no está escrito para la escena, es un cuento sonoro; como soy un hombre de escena, necesitaba encarnarlo escénicamente -no como un concierto- de la mano de un director que entendiera profundamente lo que allí pasa y conociera el lenguaje tanto musical como dramatúrgico de la obra. Me dije: ‘¡Marcelo!’, porque él conoce a fondo la obra no solo porque la haya cantado hace más de 20 años, incluso de la mano de Henze en Madrid, sino porque estaba seguro que con él encontraría el espacio de diálogo y nos entenderíamos sin caer en complacencia. Nos convocamos y comenzamos a producirlo junto con un equipo profesional y humano maravilloso y se fueron sumando alianzas. Todos estábamos por la labor, concentrados, conviviendo con los temores generales que ha generado la pandemia... pero trabajamos respetando todos los protocolos para llevar adelante esta gran obra.
“Estoy feliz con el proyecto, más que un proyecto es una declaración de intenciones para hablar de la libertad. De la vida... y me aproximo mucho a lo que Esteban comunica. Es una obra que habla de la libertad y eso siempre lo he defendido; siempre defenderé la libertad”, relata García, quien en el montaje estará acompañado por un ensamble instrumental conformado por Patricia García (flauta), Martín Marino (guitarra) y Bruno Lo Bianco (percusión), dirigidos por Agustín Tocalini.
Con 33 años de recorrido profesional y luego de haber trabajado con directores de la talla de Jordi Savall, René Jacobs, Helmuth Rilling, Gustavo Tambacio y Lindsay Kemp, Iván García cuenta que la primera vez que escuchó la ópera El Cimarrón… fue en su versión en alemán y a principios del año 2000.
“Me enamoré porque esa estética de la música contemporánea siempre me ha llamado la atención; ya desde Caracas participé en algunas ocasiones en el Festival de Música Contemporánea organizado por el maestro Rugeles. Me decía: ‘Quiero hacer El Cimarrón de Henze’, y me lo puse como meta. Me compré la partitura en 2007 cuando vivía en Barcelona (España). Esa edición viene en dos idiomas: alemán y español. Apenas comenzar el texto me atrapó, me identifiqué... Pasaron los años y tenía en la cabeza ‘quiero hacer El Cimarrón’, casi como un mantra....
“Me vine a vivir a Buenos Aires y seguía con mi idea. Era, por decir, una pulsión. Y llegó el momento en que algo se alineó. He tenido el privilegio de trabajar acá en Buenos Aires con quien considero de los mejores directores de escena para ópera que hay en Iberoamérica: Marcelo Lombardero; con él hemos realizado hermosos y potentes proyectos para el Teatro Colón y otras casas de ópera del país. Pero El Cimarrón no está escrito para la escena, es un cuento sonoro; como soy un hombre de escena, necesitaba encarnarlo escénicamente -no como un concierto- de la mano de un director que entendiera profundamente lo que allí pasa y conociera el lenguaje tanto musical como dramatúrgico de la obra. Me dije: ‘¡Marcelo!’, porque él conoce a fondo la obra no solo porque la haya cantado hace más de 20 años, incluso de la mano de Henze en Madrid, sino porque estaba seguro que con él encontraría el espacio de diálogo y nos entenderíamos sin caer en complacencia. Nos convocamos y comenzamos a producirlo junto con un equipo profesional y humano maravilloso y se fueron sumando alianzas. Todos estábamos por la labor, concentrados, conviviendo con los temores generales que ha generado la pandemia... pero trabajamos respetando todos los protocolos para llevar adelante esta gran obra.
“Estoy feliz con el proyecto, más que un proyecto es una declaración de intenciones para hablar de la libertad. De la vida... y me aproximo mucho a lo que Esteban comunica. Es una obra que habla de la libertad y eso siempre lo he defendido; siempre defenderé la libertad”, relata García, quien en el montaje estará acompañado por un ensamble instrumental conformado por Patricia García (flauta), Martín Marino (guitarra) y Bruno Lo Bianco (percusión), dirigidos por Agustín Tocalini.

"Esteban representa la libertad alterada", dice el cantante lírico y actor venezolano Iván García (CORTESÍA)
-¿Qué características tiene la obra de Henze?
-El Cimarrón es una obra muy compleja en su lenguaje que, si bien está catalogada como música contemporánea, se pasea por muchos estilos musicales resignificados por el autor. Lleva la voz por el canto gregoriano, el recitativo del temprano barroco italiano y el sprechgesang (declamación-cantada), estilo que desde el tiempo de Mozart y algunos posteriores estuvo presente en la música alemana. También se canta una rumba o un canto de orichá a Babalú Ayé o una inquietante improvisación reglada. El registro vocal es muy amplio: intervalos y saltos desde lo más grave a la voz de falsete (casi como una soprano). Es la voz extrema, así como las emociones del personaje.
-Ya que lo menciona, ¿quién es y qué representa para Iván García, Esteban Montejo?
-Para mí, Esteban representa la libertad alterada. Desde allí trabajé el personaje; muchas veces no habla-canta en primera persona, sino desde la tercera o la cuarta. Pero, en realidad, siempre está hablando de lo que le pasó a él, lo que vivió. La experiencia de Esteban es la de todos. Uno de los aspectos más interesantes de él son sus silencios, es un hombre atento de sí y del otro. Cuando habla de la libertad lo hace de lugares generosos, pese a la oscuridad que puede generar la libertad una vez obtenida. Muy interesante lo que allí pasa, hay una sección de la obra que se llama La Falsa Libertad. Para contar ese pasado tienes que tener mucha fuerza y sentido del humor. Esteban es un personaje muy profundo que cuenta sus aspectos trágicos y su dolor como los contamos en el Caribe y en todas las culturas afrodescendientes; convierte el dolor en festejo de vivir.
-El tema de la negritud está muy presente en su trabajo. ¿Por qué cree que el racismo sigue estando presente en muchas sociedades?
-Sí. Me mueve emocional y culturalmente el tema de la negritud y su historia, que es mi historia. Lugares internos que me sé en mi memoria ancestral pero no sé explicarlos. Cuando está ante mí en textos, músicas, pinturas, en las historias que escucho a viva voz o en un cruce de miradas, me estremezco y digo: ‘Allí hay parte de mi historia’. Entonces como intérprete la quiero contar-cantar, quiero contarme y contarles.
“Yo creo que el racismo no acabará, pero debe acabar. Es una cosa tremenda que está dentro de todas las culturas. La discriminación es general, bien por negro, bien por blanco, por rojo o albino. Debe acabar, debe acabar. Es una cosa tremenda”, agrega el cantante lírico.
-¿Qué características tiene la obra de Henze?
-El Cimarrón es una obra muy compleja en su lenguaje que, si bien está catalogada como música contemporánea, se pasea por muchos estilos musicales resignificados por el autor. Lleva la voz por el canto gregoriano, el recitativo del temprano barroco italiano y el sprechgesang (declamación-cantada), estilo que desde el tiempo de Mozart y algunos posteriores estuvo presente en la música alemana. También se canta una rumba o un canto de orichá a Babalú Ayé o una inquietante improvisación reglada. El registro vocal es muy amplio: intervalos y saltos desde lo más grave a la voz de falsete (casi como una soprano). Es la voz extrema, así como las emociones del personaje.
-Ya que lo menciona, ¿quién es y qué representa para Iván García, Esteban Montejo?
-Para mí, Esteban representa la libertad alterada. Desde allí trabajé el personaje; muchas veces no habla-canta en primera persona, sino desde la tercera o la cuarta. Pero, en realidad, siempre está hablando de lo que le pasó a él, lo que vivió. La experiencia de Esteban es la de todos. Uno de los aspectos más interesantes de él son sus silencios, es un hombre atento de sí y del otro. Cuando habla de la libertad lo hace de lugares generosos, pese a la oscuridad que puede generar la libertad una vez obtenida. Muy interesante lo que allí pasa, hay una sección de la obra que se llama La Falsa Libertad. Para contar ese pasado tienes que tener mucha fuerza y sentido del humor. Esteban es un personaje muy profundo que cuenta sus aspectos trágicos y su dolor como los contamos en el Caribe y en todas las culturas afrodescendientes; convierte el dolor en festejo de vivir.
-El tema de la negritud está muy presente en su trabajo. ¿Por qué cree que el racismo sigue estando presente en muchas sociedades?
-Sí. Me mueve emocional y culturalmente el tema de la negritud y su historia, que es mi historia. Lugares internos que me sé en mi memoria ancestral pero no sé explicarlos. Cuando está ante mí en textos, músicas, pinturas, en las historias que escucho a viva voz o en un cruce de miradas, me estremezco y digo: ‘Allí hay parte de mi historia’. Entonces como intérprete la quiero contar-cantar, quiero contarme y contarles.
“Yo creo que el racismo no acabará, pero debe acabar. Es una cosa tremenda que está dentro de todas las culturas. La discriminación es general, bien por negro, bien por blanco, por rojo o albino. Debe acabar, debe acabar. Es una cosa tremenda”, agrega el cantante lírico.

Para García, es momento de pensar en otras posibilidades de comunicación con lo artístico (CORTESÍA)
-¿Cómo ha afectado su trabajo la pandemia del Covid-19?
-Afectó mucho a todos los que nos dedicamos al sector del espectáculo. La cancelación de la agenda de trabajo fue brutal. Ya me repuse emocionalmente del golpe. Nos desestabilizó a todos. Aproveché y aprovecho el tiempo para investigar, organizar imaginaciones, posibilidades y, como nos pasa a todos, limpiar la casa, botar cosas, atender el jardín, descubrirse por fuera y por dentro... Este espacio de temor y de silencio nos impulsa para continuar adelante y cambiar el rumbo, pensar en otras posibilidades de comunicación con lo artístico y reflexionar personal y culturalmente. En lo artístico y su forma de comunicación debemos hacer pensamiento. En eso estoy, no tengo conclusiones, pero en eso estoy.
-¿Qué proyectos le esperan a futuro?
-Con la protección de los dioses y diosas (soy una especie de politeísta) ya están llegando de algunos teatros los llamados para 2021; entre ellos, el Palais Garnier de París y el nuevamente al Festival de Edimburgo, que suspendí este año por razones obvias, y reposiciones acá en Argentina. Todo esto si el bicho nos lo permite. Sigo cuidándome, cuidando mi entorno para estar en las mejores formas para asumir los compromisos que vengan. ¡Ojalá todo salga bien para todos! Nuestro sector del espectáculo tiene que reactivarse, ya no solo por lo vivificante del arte para la humanidad, sino porque es la fuente de subsistencia de muchas familias.
@juanchi62
-¿Cómo ha afectado su trabajo la pandemia del Covid-19?
-Afectó mucho a todos los que nos dedicamos al sector del espectáculo. La cancelación de la agenda de trabajo fue brutal. Ya me repuse emocionalmente del golpe. Nos desestabilizó a todos. Aproveché y aprovecho el tiempo para investigar, organizar imaginaciones, posibilidades y, como nos pasa a todos, limpiar la casa, botar cosas, atender el jardín, descubrirse por fuera y por dentro... Este espacio de temor y de silencio nos impulsa para continuar adelante y cambiar el rumbo, pensar en otras posibilidades de comunicación con lo artístico y reflexionar personal y culturalmente. En lo artístico y su forma de comunicación debemos hacer pensamiento. En eso estoy, no tengo conclusiones, pero en eso estoy.
-¿Qué proyectos le esperan a futuro?
-Con la protección de los dioses y diosas (soy una especie de politeísta) ya están llegando de algunos teatros los llamados para 2021; entre ellos, el Palais Garnier de París y el nuevamente al Festival de Edimburgo, que suspendí este año por razones obvias, y reposiciones acá en Argentina. Todo esto si el bicho nos lo permite. Sigo cuidándome, cuidando mi entorno para estar en las mejores formas para asumir los compromisos que vengan. ¡Ojalá todo salga bien para todos! Nuestro sector del espectáculo tiene que reactivarse, ya no solo por lo vivificante del arte para la humanidad, sino porque es la fuente de subsistencia de muchas familias.
@juanchi62
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