De su trabajo escribió hace ya algunos años la prominente fotógrafa Josune Dorronsoro: “El grano grueso, denso, la experimentación en el proceso de revelado y hasta el tipo de papel que utiliza son los instrumentos que le permiten ofrecernos esas imágenes desconcertantes…, una fotografía de atmósferas (…). Un mundo fabricado por el hombre donde apenas encontramos al hombre”.
Se trata del experimentado fotógrafo Luis Lares, de quien se inauguró el pasado sábado en la Galería GBG Arts, de Prados del Este, la muestra Permeables, integrada por 28 fotografías color cibachrome que el artista, nacido en Caracas en 1951, mostró ya en la Sala Sidor, en 1984, en un montaje en el que las imágenes eran presentadas en el interior de un túnel oscuro al que el espectador entraba descalzo para producir una experiencia sensorial que sugería el útero; la exhibición contaba con un audiovisual de 30 minutos en el cual las fotos expuestas se proyectaban con efectos de disolvencia.
“La combinación de un color con otro hacía un tercer color”, fue una de las conclusiones a las que llegó Lares, quien gracias a aquella instalación descubrió también cromatismos nuevos, que no existían. Y vio que, por ejemplo, el sol que iluminaba el lugar hasta las 5 de la tarde daba una calidez física -directamente sensible en el propio cuerpo- a los llamados colores cálidos: el rojo, el naranja, el amarillo, mientras que los espacios de colores fríos –azules o verdes-, y grises, también sobre el cuerpo se sentían fríos, a pesar de que el mismo sol iluminaba por fuera a todo aquel universo colorido.
Todo ello se puede palpar en Permeables, exposición en la que se incluyen, además, cinco fotografías en blanco y negro escogidas de la serie Hombres de carbón, exhibida en el Museo de Bellas Artes en 1993.
@juanchi62
Se trata del experimentado fotógrafo Luis Lares, de quien se inauguró el pasado sábado en la Galería GBG Arts, de Prados del Este, la muestra Permeables, integrada por 28 fotografías color cibachrome que el artista, nacido en Caracas en 1951, mostró ya en la Sala Sidor, en 1984, en un montaje en el que las imágenes eran presentadas en el interior de un túnel oscuro al que el espectador entraba descalzo para producir una experiencia sensorial que sugería el útero; la exhibición contaba con un audiovisual de 30 minutos en el cual las fotos expuestas se proyectaban con efectos de disolvencia.
De la serie "Permeables" de Luis Lares
La serie que hoy se presenta con nuevo formato se gestó en 1980, cuando Lares estudiaba Cine y Fotografía en The London International Film School. Vivía con su Pentax al cuello y un día, por casualidad, se topó con una instalación participativa ubicada en los espacios abiertos frente al Tate Museum de Londres, en la que las personas podían sumergirse en túneles de colores.
La serie que hoy se presenta con nuevo formato se gestó en 1980, cuando Lares estudiaba Cine y Fotografía en The London International Film School. Vivía con su Pentax al cuello y un día, por casualidad, se topó con una instalación participativa ubicada en los espacios abiertos frente al Tate Museum de Londres, en la que las personas podían sumergirse en túneles de colores.
De la serie "Permeables" de Luis Lares
“Era un espacio de diversión, parecía para niños, pero era para todos. Era simple y sin pretensiones. Se mantuvo unos quince días. Llegabas, pagabas y estabas el tiempo que quisieras. Entrabas sin zapatos. Yo estuve yendo unos 10 días”, recuerda el fotógrafo y cineasta.
A partir de aquella vivencia, Luis Lares profundizó sus estudios del color y la luminosidad.
“Era un espacio de diversión, parecía para niños, pero era para todos. Era simple y sin pretensiones. Se mantuvo unos quince días. Llegabas, pagabas y estabas el tiempo que quisieras. Entrabas sin zapatos. Yo estuve yendo unos 10 días”, recuerda el fotógrafo y cineasta.
A partir de aquella vivencia, Luis Lares profundizó sus estudios del color y la luminosidad.
De la serie "Permeables" de Luis Lares
“La combinación de un color con otro hacía un tercer color”, fue una de las conclusiones a las que llegó Lares, quien gracias a aquella instalación descubrió también cromatismos nuevos, que no existían. Y vio que, por ejemplo, el sol que iluminaba el lugar hasta las 5 de la tarde daba una calidez física -directamente sensible en el propio cuerpo- a los llamados colores cálidos: el rojo, el naranja, el amarillo, mientras que los espacios de colores fríos –azules o verdes-, y grises, también sobre el cuerpo se sentían fríos, a pesar de que el mismo sol iluminaba por fuera a todo aquel universo colorido.
Todo ello se puede palpar en Permeables, exposición en la que se incluyen, además, cinco fotografías en blanco y negro escogidas de la serie Hombres de carbón, exhibida en el Museo de Bellas Artes en 1993.
@juanchi62
De la serie "Permeables" de Luis Lares
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