Francisco Suniaga: “Margarita es una isla y es el mundo”
En 15 años su novela policial “La otra isla” sigue siendo un bestseller
El nombre de José Alberto Benítez puso a Venezuela en el camino de Sherlock Holmes, Philip Marlowe, Sam Spade, Hércules Poirot, Tome Ripley o Pepe Carvalho, entre otros exitosos personajes del género policial.
Ese abogado venezolano aficionado a la lectura entró por la puerta grande de la literatura como narrador de una trilogía muy venezolana, que se inicia con La otra isla, otra edición del sello Oscar Todtman que desde su primera publicación, hace 15 años, alcanza ya las 13 ediciones, con 20 mil ejemplares vendidos, traducciones al alemán y el francés y hasta una propuesta cinematográfica.
“Creo que es una novela sobresaliente en el panorama de nuestra novelística”, afirma Luna Benítez, representante del sello OT, sobre esta novela que llegó a las oficinas de la Librería Alemana en 2004 y hoy ha sido publicada, además, en Alemania (Die andere Insel, Mare verlag, Hamburgo, 2011. Traducción de Hanna Grzimek), y Francia (L'île invisible, Asphalte éditions, París, 2013. Traducción de Marta Martínez Valls). “Ya lleva 13 ediciones y nunca se ha dejado de vender. También en Amazón.com tiene mucha aceptación”, sostiene Benítez.
Aunque le gustaba escribir desde niño, su autor, Francisco Suniaga (La Asunción, Nueva Esparta, 1954), jamás se propuso ser escritor profesional. La medicina era su opción, allá en su isla natal. El allanamiento de la UCV lo condujo a estudiar en el Pedagógico, y más tarde Derecho en la UCV, con un postgrado en Derecho Internacional en Columbia (USA), materia que dictaba como docente en la Universidad Santa María.
Pero su vida cambió en 1998, cuando su esposa, diplomático de carrera, fue designada cónsul de Venezuela en Frankfurt, a donde Suniaga viajó un año más tarde. Allá, la investigación de dos incidentes sin conexión aparente -una muerte por inmersión en playa El Agua y la actualización de un acta de defunción-, inician una reflexión que lo conduce a su primera novela, guiada por el consejo “Tú escribe y hazlo lo más sincero que puedas”.
Sobre ese principio, escribió agudas crónicas de temas nacionales en diversos medios, hasta que se lanzó al ruedo con La otra isla (2005), sobre la izquierda y el autoritarismo, seguido de la también exitosa El pasajero de Truman, en torno al poder y la figura de Diógenes Escalante en el proceso electoral del 45. En Esa gente aborda nuestra realidad política contemporánea y en Adiós Miss Venezuela, el tema es el deterioro estético del país.
-Empezó a escribir ficción a los 50. Dice que no soñaba con ser escritor, pero lo fue. ¿Qué tiene que ver el ser margariteño con su escritura?
-Como dije, comencé mucho antes, desde cuando estudiaba en el Instituto Pedagógico y cursaba Literatura Inglesa con mi maestro Gustavo Díaz Solís y también con profesores ingleses muy buenos. Fue años más tarde, a los 50, cuando tuve el valor de presentarlos para su publicación. Margarita tiene mucho que ver con lo que escribo y cómo lo escribo. Es una isla y es el mundo.
-Usted ha convertido la fascinación por Margarita en sujeto y objeto de su escritura. ¿Pinta tu aldea y serás universal?
-Así es, además cumplo con otro de los mandamientos de la escritura: escribe de lo que más conoces.
-Hablemos de sus otras novelas. El pasajero de Truman, por ejemplo. ¿Usted cree que Diógenes Escalante iba a frenar "el retorno del gomecismo"? ¿No fue algo peor lo que vino después?
-Siempre he dicho que Diógenes Escalante no habría tenido el músculo político necesario para detener a los militares. Ni siquiera Betancourt, con fuerza, juventud, un partido, sindicatos y asociaciones de profesionales, pudo hacerlo. Sólo hasta estos años, que espero sean los finales de este régimen, Venezuela ha sufrido un régimen peor que el gomecista. Al igual que ahora, el régimen de Gómez fue una sombra negra y espesa que oscureció la vida.
-Usted ejerce el periodismo, como cronista, y la ficción. ¿Qué relación encuentra en esas dos formas de escritura?
-No soy periodista de profesión. Mi ejercicio del periodismo se limitó a dirigir una revista imposible, que obviamente desapareció, y artículos de opinión cada vez más escasos. Hay una gran diferencia entre escribir ficción y escribir notas periodísticas, la que hay entre lo verosímil y lo verificado. Claro, en Venezuela no es así. Más allá de la ficción, algunos escritos periodísticos pertenecen al mundo de lo fantástico.
@weykapu
Ese abogado venezolano aficionado a la lectura entró por la puerta grande de la literatura como narrador de una trilogía muy venezolana, que se inicia con La otra isla, otra edición del sello Oscar Todtman que desde su primera publicación, hace 15 años, alcanza ya las 13 ediciones, con 20 mil ejemplares vendidos, traducciones al alemán y el francés y hasta una propuesta cinematográfica.
“Creo que es una novela sobresaliente en el panorama de nuestra novelística”, afirma Luna Benítez, representante del sello OT, sobre esta novela que llegó a las oficinas de la Librería Alemana en 2004 y hoy ha sido publicada, además, en Alemania (Die andere Insel, Mare verlag, Hamburgo, 2011. Traducción de Hanna Grzimek), y Francia (L'île invisible, Asphalte éditions, París, 2013. Traducción de Marta Martínez Valls). “Ya lleva 13 ediciones y nunca se ha dejado de vender. También en Amazón.com tiene mucha aceptación”, sostiene Benítez.
Aunque le gustaba escribir desde niño, su autor, Francisco Suniaga (La Asunción, Nueva Esparta, 1954), jamás se propuso ser escritor profesional. La medicina era su opción, allá en su isla natal. El allanamiento de la UCV lo condujo a estudiar en el Pedagógico, y más tarde Derecho en la UCV, con un postgrado en Derecho Internacional en Columbia (USA), materia que dictaba como docente en la Universidad Santa María.
Pero su vida cambió en 1998, cuando su esposa, diplomático de carrera, fue designada cónsul de Venezuela en Frankfurt, a donde Suniaga viajó un año más tarde. Allá, la investigación de dos incidentes sin conexión aparente -una muerte por inmersión en playa El Agua y la actualización de un acta de defunción-, inician una reflexión que lo conduce a su primera novela, guiada por el consejo “Tú escribe y hazlo lo más sincero que puedas”.
Sobre ese principio, escribió agudas crónicas de temas nacionales en diversos medios, hasta que se lanzó al ruedo con La otra isla (2005), sobre la izquierda y el autoritarismo, seguido de la también exitosa El pasajero de Truman, en torno al poder y la figura de Diógenes Escalante en el proceso electoral del 45. En Esa gente aborda nuestra realidad política contemporánea y en Adiós Miss Venezuela, el tema es el deterioro estético del país.
-Empezó a escribir ficción a los 50. Dice que no soñaba con ser escritor, pero lo fue. ¿Qué tiene que ver el ser margariteño con su escritura?
-Como dije, comencé mucho antes, desde cuando estudiaba en el Instituto Pedagógico y cursaba Literatura Inglesa con mi maestro Gustavo Díaz Solís y también con profesores ingleses muy buenos. Fue años más tarde, a los 50, cuando tuve el valor de presentarlos para su publicación. Margarita tiene mucho que ver con lo que escribo y cómo lo escribo. Es una isla y es el mundo.
-Usted ha convertido la fascinación por Margarita en sujeto y objeto de su escritura. ¿Pinta tu aldea y serás universal?
-Así es, además cumplo con otro de los mandamientos de la escritura: escribe de lo que más conoces.
-Hablemos de sus otras novelas. El pasajero de Truman, por ejemplo. ¿Usted cree que Diógenes Escalante iba a frenar "el retorno del gomecismo"? ¿No fue algo peor lo que vino después?
-Siempre he dicho que Diógenes Escalante no habría tenido el músculo político necesario para detener a los militares. Ni siquiera Betancourt, con fuerza, juventud, un partido, sindicatos y asociaciones de profesionales, pudo hacerlo. Sólo hasta estos años, que espero sean los finales de este régimen, Venezuela ha sufrido un régimen peor que el gomecista. Al igual que ahora, el régimen de Gómez fue una sombra negra y espesa que oscureció la vida.
-Usted ejerce el periodismo, como cronista, y la ficción. ¿Qué relación encuentra en esas dos formas de escritura?
-No soy periodista de profesión. Mi ejercicio del periodismo se limitó a dirigir una revista imposible, que obviamente desapareció, y artículos de opinión cada vez más escasos. Hay una gran diferencia entre escribir ficción y escribir notas periodísticas, la que hay entre lo verosímil y lo verificado. Claro, en Venezuela no es así. Más allá de la ficción, algunos escritos periodísticos pertenecen al mundo de lo fantástico.
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