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Diego Velasco: "Dirigir en Los Ángeles es el equivalente a ir a jugar fútbol en el Barcelona"

El cineasta venezolano dirigió el segundo episodio de la serie de Netflix "Social distance", primera en relatar la realidad vivida en Estados Unidos durante los primeros meses del confinamiento

  • CAROLYN MANRIQUE

18/10/2020 01:00 am

Pasaron tres meses de 2020. Las agendas de algunos estaban repletas: vuelos reservados, entradas a conciertos compradas, fiestas planificadas, producciones aprobadas... Todo eso desapareció, el futuro ya no parecía, en lo más mínimo, algo controlable. China, Europa, América, el mundo todo se encerró por el terror de la muerte, materializado en un virus que ataca al organismo y debilita el cuerpo hasta acabar con él.

Las perdidas en todos los sectores económicos son enormes. El distanciamiento social es la única forma de controlar el contagio del Covid-19, por lo que todas las reuniones e interacciones se mudaron a las plataformas digitales; una de las más comunes es Zoom. El entretenimiento, luego del primer mes de incertidumbre, decidió ir adaptándose a los nuevos espacios y así, Hilary Weisman Graham y Jenji Kohan, se dedicaron a retratar la realidad en tiempo real a través de la serie Social distance, que, a manera de diario íntimo, describe en un octeto de historias lo ocurrido en Estados Unidos durante el primer mes de confinamiento.

En el equipo de esta serie, ya disponible en Netflix, estuvo presente el cineasta venezolano Diego Velasco (La hora cero), quien dirigió el segundo capítulo y figuró como coproductor ejecutivo.

Social distance es la primera serie que se realiza tomando el contexto actual como hilo conductor. En ocho episodios se abordan diferentes historias en las que se evidencia la realidad estadounidense durante la pandemia, tomando en cuenta cada uno de los grupos sociales que componen esa sociedad, todos bajo una misma crisis.

A Velasco le tocó dirigir el episodio enfocado en los latinos, titulado Una celebración del ciclo de vida humano. Este narra, de forma cómica, el funeral de la figura patriarca de una familia latina en EEUU, encuentro que es realizado por la plataforma Zoom.

“Eso es lo que hace el show distinto. Fue el primero concedido en cuarentena y que incluye lo que pasa en este tiempo, el problema social de un país entero. Aun cuando el mundo está en caos, aquí hicimos esta pauta y logramos un material muy cool”, afirma Velasco.

“Existe el miedo de que sea demasiado temprano, de que aún no haya pasado suficiente tiempo para poder analizar lo que estamos viviendo y que la gente no quiera verlo. También puede pasar lo contrario, que la gente se vea a través de los personajes y consiga un sentido, porque ya la realidad de Friends o The Office no refleja el mundo en el que vivimos”.

Velasco dirigió el segundo episodio de la serie, titulado "Una celebración del ciclo de vida humano" (Cortesía)

-¿Cómo se logró unir actores en varias ciudades de Estados Unidos para grabar ocho historias?
-Como vengo de Venezuela, logré que se tomaran las limitaciones y las convertimos en una ventaja. Teníamos personas en Nueva York, Carolina del Norte, Chicago, Nueva Jersey, Los Ángeles. Usábamos los usos horarios a nuestro favor. La limitación de no poder mover la cámara, de no tener un equipo, la usamos porque sabíamos que en 2025, cuando la gente vuelva a ver la serie, para recordar cómo era la pandemia, tiene que ver que su forma de comunicación era Zoom. La dirección fue realizada desde esa plataforma, la producción envió equipos y se les enseñaba a usarlo, se fue creando un esquema.

-¿Fue fácil dirigir a nivel técnico desde la distancia?
-Muchos de los actores estaban acostumbrados a llegar a un set y que le pasaran la utilería, el vestuario, todo; ellos sólo tenían que ir a actuar. Pero acá debieron aprender a hacer su propio maquillaje, a ponerse un micrófono, fijar un encuadre. Fuimos creando un equipo de apoyo que siempre se estaba presente en las reuniones de Zoom. 



En la agenda de Velasco, la planificada en enero, no estaba esta realización; en su lugar, el director estaba esperando poder viajar a Colombia en mayo para iniciar la filmación de su segundo largometraje, The Whistler, un thriller basado en la leyenda de El Silbón.

“El contrato está firmado y todo autorizado para filmar en Colombia. En teoría, yo ya debería estar terminando la edición de la película, pero todo se tuvo que cancelar. Por ahora, nadie se ha echado para atrás, pero nadie está tomándose el riesgo de invertir sin saber si va a haber salas de cine abiertas”, explica el director residenciado en Los Ángeles, California.

-¿Cuál considera que es la mayor preocupación de la industria cinematográfica hoy en día?
-Hay varias preocupaciones. La primera está relacionada con el ruido y sobresaturación en redes y plataformas; hoy en día para que un producto destaque entre tanto material, tiene que ser muy particular o tener actores que sean muy reconocidos. Por otra parte, una producción con artistas muy conocidos tiene que encontrar un seguro, no meter a un actor en una situación donde no se le puede garantizar su seguridad. Hay producciones como Batman, de mucho dinero, que han tenido que parar varias veces, y ellos se lo pueden permitir, pero también una película como ésa o la de James Bond tienen que estrenar en salas de cine porque no hay un medio en streaming que pueda pagar tanto dinero.

-¿Para una producción como The Whistler es más conveniente estrenar en salas de cine o streaming?
- Como artista todo depende de lo que tú quieres decir. Si tu meta es comunicar una historia y que la vea mucha gente, lo mejor es la plataforma digital. Si quieres ganar mucho dinero y generar algo que se convierta en un movimiento donde la gente grite y llore, la sala es lo mejor. Hay mucho auge para contenido; si me dicen que puedo filmar ahora tomando las medidas necesarias y estrenar en una plataforma, diría que sí, porque lo que yo quiero es hacer la película.

Velasco llegó a Los Ángeles en 2002. En Venezuela había participado en dirección de telenovelas, pero ninguna de ellas le sirvió en esos primeros años como carta de presentación de su trabajo. En 2010 estrenó La hora cero, una de las películas más importantes del cine nacional, la cual, a su criterio, le hizo crear una marca.

“Dirigir en Los Ángeles es el equivalente a ir a jugar fútbol en el Barcelona o jugar beisbol en las Grandes Ligas. Creo que lo bueno que tiene esta ciudad es que saca lo mejor y lo peor de ti, pero si en verdad es lo que quieres hacer es una buena oportunidad para aprovechar. Te puede ir bien dirigiendo en Venezuela, pero eres parte de una minoría, si te va bien en Los Ángeles, lo eres dentro de una mayoría”, expresa.

En Estados Unidos su primer proyecto fue Cybergeddon, fue un thriller de crimen digital del visionario narrador y creador de CSI Anthony E. Zuiker. A su vez tuvo que dedicarse a trabajos técnicos, de cámara y otros, hasta llegar a las direcciones que tiene en su haber hoy en día.

“Es difícil llegarle, pero cuando lo haces vives más cómodo. Una de las cosas más importantes acá es lo que te hace distinto a los demás, se aprecia el talento, un punto de vista, sin tratar de copiar a un Steven Spielberg o un Alfonso Cuarón, porque ellos ya existen, entonces, ¿para qué te van a contratar a ti?”, comenta.

-¿Cuál es la marca entonces en su dirección?
-Mi fuerte es el trabajo actoral, me gusta llegar a la esencia de los actores, llevarlos a probar cosas y hacerlos destacarse. Me tuve que forjar en Venezuela, encontrar mi voz con La hora cero y eso fue lo que me consiguió un representante aquí. Ahora saben que puedo estar para un proyecto que mezcla guachafita con cosas criollas y un tumbao. Poniéndolo en términos beisbolísticos: jugué en Los Criollitos, luego para los Leones del Caracas y me ficharon para los Dodgers (Grandes Ligas)... Ya lo que me tienen es que poner a batear.

 @CarolynManrique



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