Daniela Bascopé: "Estoy abrazando la incertidumbre"
La actriz, cantante y compositora venezolana, residenciada en México, ha experimentado durante el confinamiento una ola de energía con la que no ha tenido tiempo para aburrirse
Muchas cosas han sucedido en la vida de Daniela Bascopé. Como buena parte de los artistas venezolanos, ella también decidió emigrar, y aunque sus planes inicialmente apuntaban hacia la ciudad de Los Ángeles, las oportunidades para seguir desarrollando su carrera, la llevaron a instalarse en México junto a su pareja, el actor Iván Tamayo.

La también cantante y compositora cuenta que abandonar Venezuela le permitió a su vez, reencontrarse con su familia, la cual lleva años residenciada en el país azteca. Transcurrió el tiempo y Telemundo extendió el contrato de su esposo, dentro de la serie El señor de los cielos (2015). En paralelo, Bascopé pudo sumarse al elenco de producciones como La doña (2016), Al otro lado del muro (2018) y más recientemente, 100 días para enamorarnos (2020).
"Terminamos quedándonos. Además que el hecho de ya tener a mi familia acá fue una gran ventaja para mí. Te sientes más cómodo cuando estás acompañado. Particularmente, me siento súper afortunada porque entre los dos hemos ido construyendo lo que tenemos aquí. He podido tener negocios alternos a la actuación y al mismo tiempo iniciar emprendimientos", comenta Bascopé, vigente en la memoria de muchos venezolanos por su trabajo en telenovelas como Harina de otro costal (2010), entre otras.
-¿Y su faceta como escritora?
-Los proyectos de televisión generalmente duran entre cinco y seis meses. Entonces entre un proyecto y otro siempre hay cierto espacio de tiempo. Es allí cuando dejo que mi creatividad tome el mando y me permita hacer otros proyectos. No sólo cosas que tengan que ver con la escritura, puesto que ya tengo tres libros Vencer y vivir, Primeros auxilios para el alma y Sin señal, que es mi primer libro de ficción, sino también cosas relacionadas con la composición musical y el cine, porque también he dirigido algunos cortos. Además, he podido materializar otros emprendimientos. Entonces, la escritura y la actuación no se pelean por mi tiempo. Hay tiempo para todo. Dedicas un período para la novela y otro para el resto.
-¿Qué la inspira?
-Cada proceso de escritura es diferente. Me pasó con Vencer y vivir; no sé cómo explicarlo sin que suene extraño, pero sentía que algo estaba escribiendo a través de mí. Era como una fuente de inspiración que hacía que no pudiera parar mis dedos. En ese sentido, creo que me conecté con Dios, no sé con qué exactamente. Pero con ese libro apenas me detenía para ir al baño y comer. Era algo que no podía parar. Con mi otro libros, Primeros auxilios para el alma, fue un proceso más estructurado y organizado, más de calendario y así lo terminé. El tercero fue un compendio de cuentos cortos y ensayos. Fueron productos de muchos procesos distintos de mi vida e inspiraciones diferentes.
-¿Ha considerado retomar su carrera como cantante?
-Siempre estuve más enamorada del proceso de componer música que de cantar frente al público. Me enamora más el hecho de contar historias a través de la música. De descubrir notas y crearlas. Probablemente, puede que en algún momento retome el tema de la composición y cantar. Actualmente no lo sé porque estoy abrazando la incertidumbre y cualquier cosa puede pasar.

"Me enamora más el hecho de contar historias a través de la música", asegura la actriz y compositora (CORTESÍA)
-¿Cómo ha sobrellevado la pandemia?
-La cuarentena se ha dividido en dos etapas. En la primera estaba muy detenida observando todo lo que estaba sucediendo. Me sentía abrumada por la cantidad de noticias y no tenía en esa primera etapa, la suficiente energía para hacer muchas cosas y lo respeté. Decidí respetarlo y dije que si eso era lo que sentía no lo iba a forzar. Pero a partir del segundo mes, me entró una ola de energía que no podía detener y por esa razón decidí activarme en mis emprendimientos.
-¿A qué dedica las largas horas de confinamiento?
-Soy muy afortunada porque a diferencia de muchas personas que tuvieron que paralizar sus negocios a consecuencia de la pandemia, yo tuve la suerte de estar grabando 100 días para enamorarnos. En ese momento nos suspendieron. Tuve que regresar a México, pero un par de meses después, retomamos las grabaciones en Miami y pudimos continuar. En mi cuenta de Instagram hay un video donde muestro cómo se grabó en pandemia, porque es algo absolutamente sin precedentes. Adicionalmente, tuve la oportunidad de hacer dos obras de teatro vía Zoom que fue súper gratificante. No sabía que podía sentir en el estómago las mismas mariposas antes de salir a un escenario real, que al digital, ante más de cien personas.
Y prosigue: "También pude iniciar algunos emprendimientos, la verdad no paré de crear y pude estar en estos proyectos que me permitieron ejercer mi oficio a pesar de la circunstancia. Empecé a hacer cursos porque tenía la inspiración y la motivación que vino a partir de toda esta incertidumbre porque nadie sabe a ciencia cierta lo que va a pasar a nivel económico".
-¿Qué reflexión tiene de la vida?
-Mi reflexión sobre la vida siempre cambia. Eso sucede cada cierto tiempo porque no soy la misma. Si le hubieses hecho esta pregunta a la Daniela del año 2007, la respuesta no sería la misma que te daría la de 2012 o 2020. La vida es como un juego. Todo cambia demasiado rápido, nada está estático y cuánto más te aferres a los planes que quieres y cómo los quieres, uno tiene la tendencia de sufrir más. Este año ha sido demasiado revelador para todos, porque está demostrado que todo cambia. Si tenías unos planes maravillosos este año, de repente pudiste hacerlos o quizá no, puesto que todo cambió abruptamente. Creo que en la medida en la que uno se adapte más o conviva más con el concepto de incertidumbre, el tránsito por esta vida será más fácil, llevadero y feliz.
-¿Qué cambió luego de superar el episodio de salud que la puso tan cerca con la muerte?
-El hecho de sentir que tienes una fecha en la que caducas y tenerlo muy presente, te da la oportunidad de aprovechar mejor tu tiempo. Eso no significa que yo no me complique o me sienta mal por temas emocionales. Sin embargo, por haber tenido esa situación tan de cerca, trato de sacarle el máximo de provecho al tiempo. Por eso creo que hago muchas cosas.
-¿Qué recuerda de Venezuela?
-La última vez que estuve en Venezuela, fue en el año 2018, cuando murió mi abuelo. Fui a acompañarlo en sus últimos días. Ese es el último recuerdo que tengo, su último suspiro y El Ávila visto de lejos. Emigrar siempre genera sentimientos encontrados. Por una parte, te da emoción iniciar algo desde cero, pero al mismo tiempo genera ansiedad porque es un lugar que no conoces. No sabes si de repente vas a poder hacer lo que solías hacer en tu país, pero nosotros particularmente hemos tenido mucha suerte. Nos ha ido muy bien en México y hemos podido seguir ejerciendo nuestros oficios. El hecho de tener a mi gente aquí, es definitivamente una ventaja. En ese sentido, no sufrí lo que sufren muchos; del llamado homesick (nostalgia por el hogar y seres queridos). Extraño mucho Caracas, pero mi familia está conmigo.
@EduardoMuriaM
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