José Miguel Navas: “Ser transexual en Venezuela es un camino lleno de espinas”
“Fany”, libro con el que el joven poeta trujillano radicado en España aborda por primera vez el tema, acaba de ser reeditado por la editorial Los Poetas del 5 y será presentado en Madrid
La transexualidad sigue siendo un tema desde el punto de vista sociológico, jurídico y cultural. Pero el joven poeta trujillano José Miguel Nava, comunicador social y lector del tarot radicado actualmente en España, lo explora desde el punto de vista espiritual en un libro pionero en nuestras letras: Fany.
Se trata del poemario con el que hace dos años recibió el premio “Descubriendo Poetas” de la ciudad de Puerto Ordaz, y hoy acaba de ser publicado en su tercera edición por la editorial del Movimiento Latinoamericano “Los poetas del Cinco”, fundada por la venezolana Gladys Mendia en Santiago de Chile en 2004 con el propósito de motivar y dar a conocer la creación literaria emergente de nuestros países.
“Creo que mi propuesta poética con Fany es necesaria en mi país, porque da visibilidad a temáticas que ocurren cerca de todos, pero que por prejuicios y miedos, nunca sabemos del drama de personas que viven en el cuerpo equivocado”, afirma José Miguel Navas, nacido en Valera en 1992.
Comunicador social e investigador de la poesía de la mujer, su literatura explora nuevas dimensiones de lo femenino desde su proyección más espiritual. Así, en su primer libro, La próxima textura (2014 y 2019), indaga el extrañamiento de haber nacido en otro cuerpo, mientras La rosa abstracta (2015) se inspira en el cáncer de su madre. Esteban corre (2017), es una historia de amor gay.
Además, en Madrid, donde subsiste con sus lecturas del tarot desde una perspectiva poética, acaba de publicar Poetas danzantes, una antología de poesía de género sexodiverso de Venezuela, con ilustraciones de Carlos Luis Sánchez Becerra, que próximamente será presentada en esa capital.
“La transexualidad y ser transgénero tiene toda una carga simbólica en la historia de la humanidad. Fany es un primer paso que doy para entender el origen de muchas cosas”, dice, relatando el origen de su libro:
“Surgió –explica– desde la necesidad de comunicar mi experiencia con lo femenino, al mismo tiempo que la historia de una amiga mía de Valera, que inició su camino de cambio de sexo. Una tarde me contó su ambición por pertenecer al sexo e identidad que ella sentía correctos. Ser transexual en Venezuela es un camino lleno de espinas, y me conmovió la certeza de mi amiga para reconocerse mujer desde siempre y su coraje para entender que la feminidad es una forma de vida y de estar. Así comencé a escribir los poemas usando el 'yo' de mi amiga, quizás buscando un poema único. Para mí fue una sorpresa que en 2018 ganara el concurso de Puerto Ordaz, porque era apenas un compendio que no llegaba a las 20 páginas”.
-Un año más tarde –continúa- Gladys Mendia, editora de Los Poetas del Cinco, leyó el libro con devoción y publicó una edición gratis para descargar. A los dos días me llamó emocionada para decirme que el libro había tenido tantas descargas que decidieron publicarlo en papel para presentarlo en la Feria de Santiago de Chile. Así comienza el andar editorial de Fany, la historia de Pablo que realmente es ella, que ya alcanza una tercera edición.
Valera es, dice, una ciudad “con una energía muy ecléctica”: “Somos andinos, pero al mismo tiempo guaros, y tenemos algo de maracuchos. Es una pequeña ciudad, rodeada de colinas, y con pocas librerías, que al mismo tiempo, fue cuna de grandes escritores de nuestro país, como Ana Enriqueta Terán y Antonieta Madrid”.
En Maracaibo cursó estudios de Comunicación Social, aunque nunca ejerció la profesión, pues a los 17 años, “el lenguaje poético me habló desde el otro. Me conmovían mucho las palabras y cuando alguien leía un texto, sentía una especie de llamado”.
-Un día –prosigue su relato–, Zulay Raaz, una profesora y amiga mía de Cabimas, me regaló mis primeros libros de poesía. Leí entonces por primera vez a Jacqueline Goldberg en una pequeña antología de sus libros editada en Maracaibo, y comencé a indagar en las mujeres poetas. Luego viajé a Mérida, y de regreso en el bus, escribí mi primer poemario, La próxima textura, un homenaje a la poeta Lucia Velásquez.
“Luego llegó a mi vida Clarice Lispector, cuya obra leo como filosofía desde hace varios años, y me dediqué a estudiar la poesía de María Antonieta Flores y Wafi Salih. Más tarde, en el taller Poética de la Cura, en el año en que falleció mi madre, leíamos, además, la obra de Carmen Verde Arocha y Sol linares”.
-¿Qué ha significado la poesía en su vida?
-Para mí la poesía es encontrarse con Dios, pero en su sentido más amplio y honesto. Leer poesía y escribirla, me da calidad de vida y me hace más sensible con el otro. Percibo la escritura del poema como una oportunidad para acercarme a mi entorno. De hecho, en mis poemarios las temáticas nacen gracias a otra persona que me cuenta su historia, y yo la interpreto, la imprimo, en mis poemas. La poesía me da equilibrio y compromiso, y todo en mi vida gira al lenguaje poético. Leo el tarot, y los arcanos entran en un diálogo conmigo, como si se tratara de un recital. La ciudad se expresa en mí desde sus imágenes y texturas, en la soledad de mí mismo. Estando lejos de mi país, siento más cerca que nunca la poesía, porque ella me recuerda que tengo un propósito y no debo abandonarla. Ser extranjero se vuelve así una aventura menos dolorosa y el amor florece en cada verso.
-¿Qué opina de la producción poética en Venezuela?
-Me emociona mucho la producción de poesía en Venezuela. La noto muy visible en todas partes del mundo. Acá en España me gusta conocer poetas de otros países y que muestren interés en los nuestros. Además, siento que la grave crisis que vive Venezuela le da a los jóvenes de mi generación un poder en la palabra, que se convierte en coraje y sentido, mientras los poetas de mayor edad, logran consagrar su obra. Soy fanático de las editoriales venezolanas. Creo que Los Poetas del 5 Editores de Gladys Mendia, el Team Poetero, Ediciones la Poeteca, OT Editores de Luna Benitez, Eclepsidra y Taller Blanco Ediciones, hacen un trabajo increíble. Y soy lector a tiempo completo de María Antonieta Flores, Wafi Salih, Carmen Leonor Ferro, Linda López, Luis Glod, Gabriela Rosas, María Gabriela Lovera y José Napoleón Oropeza, para nombrar sólo algunos.
@weykapu
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones