Muerte de Sael Ibáñez deja un vacío en el medio literario venezolano
La inesperada muerte de Sael Ibáñez causó sorpresa en el medio cultural venezolano, el escritor que ejerció destacada labor editorial, disfrutaba de reconocimiento y aprecio en las esferas literarias
Nacido en Camaguán, estado Guárico, en 1948, del llanero mostraba esa oculta sabiduría y una risa fácil en la que diluía los conflictos. Enseñanzas, tal vez, de la década que pasó como seminarista en San José de Calabozo y el interdiocesano de Caracas.
Pero lo suyo fue siempre la escritura. Egresó de la Escuela de Letras de la UCV, desde la que participó en el movimiento de Renovación Universitaria de fines de los 60, y posteriormente viaja a Madrid, donde por cuatro años cursa postgrado en Filología Hispánica y más tarde, estudios de inglés en Londres y Ciencias de la Información en la Simón Bolívar de Caracas.
Uno de los fundadores de la revista “El Falso Cuaderno”, la labor editorial fue una de sus más destacadas actividades.
Ganador de la Bienal Literaria de la UCV y el Premio Municipal de Literatura, su obra forma parte de la antología de relatos “Morir en Latinoamérica” (Hiperión) y fue traducida al inglés junto a la de otros autores venezolanos contemporáneos en el libro “Translation” (Nueva York, 1994).
Pero lo suyo fue siempre la escritura. Egresó de la Escuela de Letras de la UCV, desde la que participó en el movimiento de Renovación Universitaria de fines de los 60, y posteriormente viaja a Madrid, donde por cuatro años cursa postgrado en Filología Hispánica y más tarde, estudios de inglés en Londres y Ciencias de la Información en la Simón Bolívar de Caracas.
Uno de los fundadores de la revista “El Falso Cuaderno”, la labor editorial fue una de sus más destacadas actividades.
Durante 14 años dirige en la Biblioteca Nacional la sección de Libros Raros, Antiguos y Manuscritos, y posteriormente ocupa la presidencia del organismo, al igual que la de Monte Avila Editores, y, finalmente dirige la “Revista Nacional de Cultura”, en la que deja una importante huella en la recuperación del legado de la que fuera la más antigua revista cultural venezolana.
Su obra literaria se inicia en 1973, con “Descripción de un lugar” (1973), “A través de una mirada” (1978) y “La noche es una estación”, reeditada por Monte Avila con un tiraje de 35.000 ejemplares. En la década de los 90, da a conocer “El club de los asesinatos particulares” (1996) y posteriormente “Vivir atemoriza” (2003). E#N 2007, incursiona en la poesía con “Abc de la intuición”.
Su obra literaria se inicia en 1973, con “Descripción de un lugar” (1973), “A través de una mirada” (1978) y “La noche es una estación”, reeditada por Monte Avila con un tiraje de 35.000 ejemplares. En la década de los 90, da a conocer “El club de los asesinatos particulares” (1996) y posteriormente “Vivir atemoriza” (2003). E#N 2007, incursiona en la poesía con “Abc de la intuición”.
Ganador de la Bienal Literaria de la UCV y el Premio Municipal de Literatura, su obra forma parte de la antología de relatos “Morir en Latinoamérica” (Hiperión) y fue traducida al inglés junto a la de otros autores venezolanos contemporáneos en el libro “Translation” (Nueva York, 1994).
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