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Daniela Alvarado: “En pandemia pasé más tiempo con mi papá”

La actriz, hija de Carmen Julia Álvarez y Daniel Alvarado, procesa día a día la desaparición física de su padre y lo que ha sido 2020 para ella. Retomó la publicación de "Qué pena con la visita" en IG

  • YOLIMER OBELMEJÍAS

26/07/2020 02:03 am

El periodismo enfrenta a quien lo ejerce a escribir sobre el país, la política, la economía, el arte y la vida, entre otras fuentes, pero una de las asignaciones más difíciles es hacerlo sobre la muerte o conversar con un entrevistado que recientemente ha perdido a un familiar querido. Más duro todavía es verlo o escucharlo llorar. 

El martes 7 de julio en la tarde entrevisté a Daniela Alvarado por el inicio de su ciclo de entrevistas Qué pena con la visita en Instagram. La Daniela de aquel momento hablaba con entusiasmo acerca de su nuevo proyecto profesional, pero al día siguiente, un duro golpe la aguardaba: El fallecimiento de su papá, el primer actor Daniel Alvarado. 

Por respeto a su dolor, al de su mamá Carmen Julia Álvarez, al de sus hermanos y al de toda su familia, y por congruencia, esa conversación no fue publicada. Dos semanas después y luego de que Daniela incluyera de nuevo en su Instagram Qué pena con la visita (grabado antes de la pérdida de su padre) me comuniqué con ella para preguntarle si quería cambiar algunas de las respuestas que me dio aquella vez y muy amable y profesionalmente me dijo que lo que me declaró en las últimas cuatro preguntas. 

Daniela, agradezco que en medio de tu infinita tristeza me hayas respondido y hayas compartido conmigo y con los lectores de El Universal tus pensamientos y sentimientos en este momento. Te envío mi abrazo y mi respeto, extensivos para todos los tuyos. 
 
- ¿Desde cuándo trabaja en el concepto de Qué pena con la visita? ¿Qué hizo que se animara a experimentar este formato de entrevistas, a través de Instagram?
- Qué pena con la visita nace de la pandemia y de tener que reinventarme, una vez más, en este país. La verdad es que y, tengo que reconocerlo, en esta pandemia lo he vivido todo, lo único que no he vivido es la enfermedad, gracias a Dios, pero me ha pasado de todo. Me pongo a enumerar y creo que la gente no me creería para nada lo que me tocó vivir los primeros 40 días, después los otros 60 y así he ido. Qué pena con la visita es una frase que yo digo mucho es como decir: “¡Qué pena con la visita!”, “La gente siempre haciendo el ridículo”. De ahí nace, del querer preguntar, de lo que siempre he querido saber y de la gente a la que he querido preguntárselo. 

- ¿Qué figuras nacionales o internacionales que exploran espacios de este estilo admira, han sido una fuente de inspiración para usted?
- Traté, en lo posible, de buscar a todos los admiro muchísimo, a los que me ha tocado entrevistar y a los que vienen también porque, Dios mediante, estoy preparando una segunda temporada más tranquila, menos apurada, pero a todos los admiro muchísimo y lo escogí por una razón específica. Todo partió de la admiración y también del hecho de que quería que todas fueran personas distintas. No quería que todos fueran actores, cantantes o artistas. Quería que fueran personas a las cuales normalmente no puedo tener acceso como Andrés Chumaceiro, la doctora Carolina Vásquez o Diego Arroyo Gil. Mi admiración hacia ellos parte de esas cosas que siempre he querido ir preguntarles y no tenía una respuesta, por decirlo de alguna manera. 

- ¿Visualiza Qué pena con la visita como un programa de entrevistas o como una conversación informal que tiene con amigos?
- Me gusta que sea una conversación informal más no este tema de los “en vivo”, que tuvo tanto auge. Creo que no habían decretado la pandemia cuando todo el mundo decidió hacer “en vivo” y por más que hice muchos, no en mi cuenta sino en otras, no era algo que me gustaba realmente y cuando lo imaginaba y decía: “Si hiciese algo en mi Instagram, me gustaría que fuera diferente”; sobre todo, porque ya la gente no tiene televisión, y no por el tema de DirecTV, sino porque hace tiempo se perdió, quedó muy lejos lo que era la televisión venezolana, por eso el tema del formato de televisión que me gusta en Qué pena con la visita, pero también quería que tuviera el contenido. 



- ¿Es crítica con su trabajo? ¿Es de esas personas que vuelven a ver los trabajos que hacen?
- Sí, soy muy crítica con mi trabajo, pero, por ejemplo, el primer día de Qué pena con la visita no lo quise ver (risas). Lo vi como dos días después. Lo que hice fue ir corrigiendo el tema de los patrocinantes, la edición, la música, las gráficas, todo eso, pero en el momento no quise sentarme a verlo. 

- Desde que nació ha estado expuesta a la mirilla pública y le han hecho infinidad de entrevistas, ¿Qué se propone hacer en Qué pena con la visita para no caer en temas o situaciones incómodas con su entrevistado?
- Con Qué pena con la visita no voy a molestar a nadie. No quiero que sea un espacio para hacer preguntas incómodas. Si el entrevistado quiere que le haga preguntas incómodas, las voy a hacer, pero no es eso lo que quiero. Quiero que la gente se entretenga y que, si está cocinando la cena, porque normalmente lo lanzo en la noche, lo ponga en el teléfono, y cocine y escuche la entrevista. No es un espacio para crear incomodidad. No me gusta. De hecho, pregunto: “¿Qué quieres?”, “¿qué no quieres?”, “¿de qué te puedo preguntar?” Y muchos de los entrevistados me han dicho: "No quiero hablar de esto" y yo: "Ok, no hablemos de esto" porque es un espacio donde quiero que se sientan a salvo. 

 
- ¿Qué feedback ha obtenido de sus afectos más cercanos?
- Gracias a Dios, tengo una familia muy bonita y me ha dicho: “¡Qué lindo!”, “¡qué chévere!”, “¡qué bonito el formato!”, “¡qué agradable poder ver algo distinto, no siempre lo mismo el tema de los ‘en vivo’ que, a veces, se corta la señal y es todo un tema!” y también, las típicas cosas: “Mira, ¿por qué esto?”, “hay que agilizar un poco las cosas” y los consejos de las partes técnicas que siempre es bueno recibirlos. 

- Actriz, empresaria y ahora entrevistadora de oficio, ¿Qué le falta por hacer a Daniela Alvarado?
- ¡Uy!, Me falta mucho por hacer y mucho por aprender. Creo que uno no deja de aprender todos los días. Sonará trillado y ridículo, pero es verdad. ¿Qué nos íbamos a imaginar que viviríamos esta película? Porque esto es una película. ¿Qué nos íbamos a imaginar que viviríamos una pandemia? Y que la nueva normalidad era andar con tapabocas y guantes. Es muy loco. Pero sí, me falta mucho, pero, de verdad, soy completamente honesta: Mi mayor deseo es poder ser mamá. Ésa es una de las cosas que más deseo. 
 
- ¿Qué planes se plantea de cara a lo que resta de 2020 que, a todas luces, se vislumbra de confinamiento por la pandemia mundial?
- No sé qué vislumbra. Solo quiero que se acabe este año ya. Estoy cansada. Estoy agotada. Demasiados golpes. No solo la pandemia. Es todo. Ha sido muy duro. Demasiadas pérdidas. 

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Mi papá olía a madera, almendras, siempre dulce, siempre cercano. Abrazar a mi papá era completamente pacífico, como comer pan dulce una tarde, o simplemente como ver un atardecer, como comerse un helado de vainilla con chocolate y sentir que no había más nada, sólo ese momento y yo. Me besaba y me decia: ¿Como estás hija? ¿Como te sientes? ¿Que has hecho? ¿Como están tus cosas? Y la verdad es que no había necesidad de responder, mi papá ya sabía como me sentía, que había hecho y como andaban mis cosas. Mi papá me olía incluso a la distancia, no sé si a madera o almendras, sólo sé que lo hacía. Hoy me acuesto a dormir y ese olor viene a mi corriendo para abrazarme, para decirme que sigue allí, como un atardecer, como comer helado de vainilla con chocolate... Extraño tanto tus abrazos papá... Te amo #CosasQueEscribo

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- ¿La pandemia despertó en usted el deseo de interpretar algún personaje o de escribir algún texto u obra de teatro?
- Creo que lo único que ha despertado en mí el principio de esta pandemia es esta parte inevitable de tener que reinventarme constantemente, que es lo único que puedas hacer para poder mejorar, para poder cambiar, para adaptarte a la situación que se está presentando. 
 
- ¿En qué cambió la pandemia a Daniela Alvarado?
- Hay una sola cosa que agradezco del confinamiento: Que pude aprovechar para pasar más tiempo con mi papá porque él vivía muy lejos de nosotros. Se lo agradezco mucho. 

- ¿Cuál considera ha sido el mayor aprendizaje que le ha dejado?
- Lo único que te puedo decir que he aprendido de este año es que Dios no nos manda cosas que no podamos soportar. Definitivamente… Quiero creerlo. ¡Dios es tan grande! Sigo creyendo que perdí parte de esa inocencia que me caracterizaba y que era muy de mi papá… ¿Qué más aprendí? Mi mayor aprendizaje es que tengo que abrazar más. Que hay que abrazarse más. Yo no pude abrazar a mi papá. No se me permitió. Entre el covid y que se lo llevaban, no pude. Así que me quedo con eso, con querer abrazar más a la gente. @yolimer

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