Mery Godigna Collet: “El arte debe reflejar el momento en que se produce”
La obra de esta venezolana radicada en Texas reúne nuevas técnicas y materiales a través de los cuales el concepto llama a la conciencia sobre los problemas del mundo contemporáneo
Vivimos uno de los momentos quizás más complejos en la historia de la Humanidad. “Tiempos interesantes”, como apuntara el lema de la pasada Bienal de Arte de Venecia, en la que creadores de 79 países pusieron en evidencia que el impacto del hombre en el medio ambiente, las migraciones, la discriminación racial, el maltrato a la mujer, o, más recientemente, las consecuencias del Covid-19 sobre nuestro futuro, atañen tanto al artista como los procesos mismos de su obra.
El trabajo que Mery Godigna Collet (Caracas, 1959) viene realizando desde hace tres décadas se inscribe en esa línea de investigación.
Desde su creación artística, constituida por instalaciones, pinturas, fotografías y videos en los que indaga nuevos materiales y técnicas, pasando por su labor filantrópica, sus libros y crónicas periodísticas, su obra se erige en un llamado al despertar de la conciencia hacia los problemas políticos, económicos, sociales y ambientales que afectan al ser humano en el mundo contemporáneo.
-No hay duda de que estamos viviendo "tiempos interesantes"-afirma la artista-, entendiendo que esa frase proviene de una antigua maldición china y se refiere a tiempos de cambios, inestabilidad, guerras, hambrunas y desastres naturales como los que estamos viviendo. Es verdad que a través de la historia, siempre ha habido tiempos así, pero tal vez estemos viviendo un momento crítico, como lo definió Sir Martin Rees, “un momento en el que la especie humana tiene el futuro del planeta en sus manos”.
“Mi identidad siempre ha estado ligada a Venezuela”
Un total de 34 exposiciones individuales y 40 colectivas entre Venezuela, Colombia, México, España, Italia, Francia, Alemania, Holanda y Bélgica, dan cuenta de una trayectoria guiada por la convicción de que “el arte es y ha de ser el reflejo del momento en que se produce el hecho artístico”, como sostiene esta artista, arquitecto, docente y escritora radicada en Austin, Texas, con una infancia y adolescencia transcurridas entre Italia, Francia y España, país este último en el que en los años 70 inicia precozmente su formación artística en la Real Escuela de San Fernando, en Madrid, y descubre el poder del arte para comunicar y promover causas.
“Crecí cambiando de paisaje, lengua, amigos y direcciones. Era normal para mí, y aún lo es. No duro mucho en ninguna parte. Pero mi identidad siempre estuvo ligada a las hallacas y el pabellón, al arpa, cuatro y maracas; a la sabana, la selva y el Caribe. Y lo sigue estando”, indica esta creadora cuya obra no ha perdido vínculos con su país natal.
Egresada de la Escuela de Arquitectura de la UCV en 1987, ejerció como profesor asistente en Diseño y Dibujo a mano alzada entre 1985 y 1986. En 1990, realiza un viaje a Egipto para investigar las técnicas tradicionales de elaboración del papiro y cursa estudios de arte en Boston, Massachussets.
Su actividad expositiva inició en 1995 con Dímelo tú y, un año después, Blue, en la galería El Muro, seguidas de Retratos (1997) y De sueños, ilusiones, laberintos y temores (1998), en Ars Forum. Las salas de arte de la Siderúrgica del Orinoco, el Museo del Discurso de Angostura, el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos y el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, han dejado apreciar su trabajo, en una carrera compartida con importantes escenarios internacionales a partir de 2000.
En el conflictivo 2020, la encontramos en las colectivas Lo atemporal. Dialéctica de la imagen, en los espacios medievales del Clôitre des Billetes de París, junto a los venezolanos Karim Borjas, Clemencia Labin, Annette Turrillo, Carlos Marcano y Pedro Morales, en TransArtFoundatiion for Art and Anthropology, en Texas, y en Poéticas textiles, comparte con Angélica Raquel Martínez, Margita Pencevova y Annette Trujillo en el Emma Barrientos Barrientos Mexican American Cultural Center de Nuevo México.

El concepto a través de la materia
La obra de Mery Godigna Collet es resultado de una investigación signada por sus preocupaciones ambientales. A medida que su pensamiento visual evoluciona, aparecen nuevas ideas y actitudes sobre cómo aproximarse al arte, hasta que la técnica deviene un medio para que el concepto se exprese a través de la materia, en una tendencia al minimalismo y la síntesis.
Así, el petróleo es tema y materia en Extra Virgin Petrus Oil, en la que el hidrocarburo mismo, mediante un proceso de morfogénesis, va “escribiendo” sus relatos, mientras que en Poemas textiles, es el proceso de elaboración de la seda desde su origen mismo. En otro caso son teorías psicológicas, como la de la disonancia cognitiva, la que da forma a sus “amalgamas escultóricas” del mismo nombre.
“A partir de los 90, mi trabajo se vuelca más hacia la denuncia”, afirma. “En esta era antropogénica en la que nos encontramos, quiero hacer hincapié en la necesidad de repudiar y remediar las acciones destructivas y violentas. Es el "por qué”. Eso conlleva al uso de materiales no convencionales, como en la serie Extra Virgin Petrus Oil, donde expongo la dependencia del petróleo y las crisis global de los 90, creando obras con petróleo y derivados del mismo. La búsqueda de síntesis, que ya estaba presente en mi trabajo, es necesaria en el mundo contemporáneo. Es la herramienta que permite decir más con menos letras, promueve las múltiples lecturas, nuevas revelaciones y la universalidad”.
-¿Cuál es el sentido de dejar “hablar” al material en la obra?
-¡Ah!, la semántica de los materiales en relación con su propio significado y origen. El material es el sistema que permite transmitir mensajes o interactuar de forma codificada. En mi opinión, lo que la letra es al lenguaje, la materia es a la obra de arte. El material permite no solo describir objetos sino también el estado del mismo. La materia originaria incluye materia, técnica, color, formato, función. Allí se crea un lenguaje codificado. Cada sujeto o concepto, requiere de su propio lenguaje para ser expresado. Luego se produce una especie de morfogénesis entre la materia y la intervención del artista. Por eso trabajo con diferentes materiales y técnicas, desde video hasta textiles.
-Claro, es usted arquitecto. ¿De qué otra manera influye esa profesión en su arte?
-Arte y arquitectura siempre han tenido una influencia mutua. La arquitectura se expresa en los términos de espacio-forma-función. Eso agrega una cuarta dimensión, el espacio, que me resulta muy útil en mis instalaciones. Entonces, la relación entre forma (expresión de la función) y significado está muy presente en mi obra. En los años 60, Mendini se refería a la integración arte-arquitectura como la “síntesis ideal”, ya que existe una transferencia de métodos y enfoques entre ambas que permite multiplicidad de significados. Yo estudié en la UCV, producto del genio de Villanueva, él escribe: “En la medida en que manifiesta más unión de conceptos o más participación formal entre ellas, más claramente se despliega el eje social alrededor del cual rota el binomio hombre-cultura.”
La palabra, un instrumento
Además del arte, Mery Godigna Collet hace uso de la escritura como instrumento que le permite ejercer el pensamiento y la crítica mediante la palabra. Autora de dos libros, Nightly Exercises Notebook (1995) y Made with Fiber (2003), y las investigaciones Matter, Time, and Space (1997), Metallic Light (2006) y Extra Virgin Petrus Oil (2008), ha escrito sobre arte y temas sociales en las revistas Le Club, de Caracas y La Gazette du Jeudi, de París, y actualmente es colaboradora regular de Viceversa, de Nueva York.
-¿Cuál es el papel de la literatura en su trabajo?
-Es una herramienta. Hace 30 años yo utilizaba textos en mis obras. Eso fue cambiando. La letra fue tomando otras formas. Esto se evidencia muy bien en el libro/escultura La presencia del vacío (2004, colección Guntz-Mendoza), que consiste en ocho páginas, cada una con un octavo de círculo tallado cuya lectura se altera según la posición del espectador. El simple gesto evocativo y simbólico en mis obras tiene un alto contenido poético. Creo que se evidencia también en la pieza de arte público del mismo título ubicada en Marfa, Texas, y más recientemente en la instalación de gran formato La Boucherie, expuesta en TransArt Foundation for Art and Anthropology en Houston, Texas, y Paris, así como en las pequeñas y discretas Disonancias cognitivas (2019), inspiradas en la teoría psicológica de Festinger.
Varios de sus trabajos de videoarte se basan en los mismos elementos poéticos. Asiente la artista: "Silence (2016, colección Guntz-Mendoza), por ejemplo, se podría describir como una novela visual escrita en cuatro capítulos, donde la misma imagen del humo, al cambiar de color y de sonido, cuenta cuatro historias diferentes. Y en No particular shape (2015, colección MexicArte Museum), nuestro tiempo aparece definido por la tecnología y la migración y cómo ambas se mueven en forma líquida, produciendo una narrativa acuosa de píxeles que se mueven frenéticamente.
Pero, por otra parte, están sus constantes referencias al elemento poético, presente, implícita y explícitamente, en el nombre y el resultado de series como Petro poemas, presentada en 2016 en el Museo de Arte Contemporáneo de Austin, o sus Poemas textiles, esculturas intervenidas con impresiones sobre seda japonesa expuestas en 2015 en Warehouse de Nuevo México y en 2018 en el Museo Palazzo de Belriguardo en Voghiera, Italia, o, más recientemente, en la colectiva Textiles poéticos, del Mexican American Cultural Center de Austin.

Labor filantrópica
Además de contribuir con sus exposiciones en la recaudación de fondos para programas de apoyo a la mujer y niños maltratados, poblaciones indígenas y víctimas del Sida, Mery Godigna Collet lleva adelante una destacada labor filantrópica, iniciada a la par de su carrera, en 1990, como fundadora de la firma Neo-Arkhos, para la promoción de diseñadores contemporáneos; Fundaya, fundación sin fines de lucro para brindar ayuda a esas poblaciones originarias y desde 2014 es parte de la directiva de la Fundación Internacional de la Mujer en Marfa, Texas.
Actualmente preside Trivu.org, fundación encargada del WaterProjet, para la dotación de agua al Africa subsahariana.
-Las fundaciones que ha creado o apoyado hablan de una necesidad de ir más allá de la propuesta artística, al campo de la realidad.
-¡El arte es realidad! Pero lo considero algo íntimo. Mi coparticipación en diversas fundaciones es un acto más social. A través de los años, en mi práctica profesional he tenido la suerte de conocer artistas y fundaciones relacionadas con arte en diversas partes del mundo. La coparticipación en diversas fundaciones me da la oportunidad de poner en contacto ese mar de gente y crear diversas colaboraciones. El arte es un lenguaje universal y trabajar con fundaciones sin fines de lucro abre todo un espectro de posibilidades no vinculadas al aspecto económico.
“La filantropía –añade- siempre se puede ejercer de forma personal. Pero la labor con fundaciones te permite el intercambio social y cultural a una escala de grupo y allí compruebas y demuestras que, al fin y al cabo, todos somos la misma cosa, sea cual sea nuestro origen. Puede haber diferencias regionales o locales, pero al fin de cuentas, es lo mismo. Cosa que está demostrando con éxito el Covid 19”.
-¿Cómo ve el cambio de posición, o de actitud, de la mujer en el arte actual?
-La mujer siempre ha sido la gran creadora desde hace dos millones de años. Hace apenas unos 3.000 años fue relegada a un plano más doméstico, convirtiéndose en artesana. Penélope y su tapiz. Pero eso es un tema de conversación largo. La mujer, poco a poco ha ido reconquistando su espacio en diversas áreas, inclusive en el arte. Sigue habiendo un prejuicio en el subconsciente colectivo. Yo, a veces, hubiese querido usar un seudónimo masculino. Pero hay que seguir empujando las puertas para las que vienen atrás. Hoy, en el arte contemporáneo, al menos la mitad de las obras de arte más memorables son producto de mujeres. La mujer suele ser más crítica de sí misma y eso inhibe. Pero las cosas están cambiando y la mujer adquiere cada vez más seguridad.
“El aporte de las mujeres, en esta etapa, va a ser fundamental”, ha escrito. “Las jóvenes de hoy tienen un poder, una capacidad de convocatoria que no tuvieron las pasadas generaciones. Hay ejemplos importantes: Malala, Greta, Emma González. Hay que subrayar, también, que los países gobernados por mujeres son los que han reaccionado mejor a la emergencia causada por el Covid-19”.
Un tema que, como artista de su tiempo, tampoco se deja en el tintero: “Los cambios van a ser lentos, pasaremos por una crisis profunda, pero los resultados finales serán positivos. Miro hacia el futuro con gran optimismo”.
@weykapu
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