“13 Reasons why” finaliza sin lograr redimirse de errores pasados
La serie del grande del "streaming" llega a su final y una vez más la critica ha sido dura con la producción, clasificando el cierre de flojo y sin sorpresas
Una de las producciones dramáticas más duras emitidas por Netflix es la adaptación que el dramaturgo estadounidense Brian Yorkey hizo de la novela Thirteen Reasons Why de Jay Asher. Esa lectura seriada llega a su fin en la misma línea que empezó: tocando temas serios que buscan la reflexión colectiva sobre los problemas que enfrentan los adolescentes de estos tiempos, en especial, los jóvenes de las escuelas cuyas experiencias vitales dicen mucho de lo que es la sociedad estadounidense, donde se ha vuelto usual ver en los noticieros, tiroteos en las secundarias, problemas de drogas y suicidios.
A lo largo de 13 Reasons Why -cuyo nombre original hace alusión al suicidio de la primera protagonista Hannah Baker (Katherine Langford)-, la trama central fue cambiando de personajes, lo que permitió que se extendieran los relatos y con ellos, los horrores que estos adolescentes padecen en durante su educación secundaria y que en la ficción Baker reveló a través de unos casetes.
A lo largo de 13 Reasons Why -cuyo nombre original hace alusión al suicidio de la primera protagonista Hannah Baker (Katherine Langford)-, la trama central fue cambiando de personajes, lo que permitió que se extendieran los relatos y con ellos, los horrores que estos adolescentes padecen en durante su educación secundaria y que en la ficción Baker reveló a través de unos casetes.
Más funerales
La última temporada de 13 Reasons Why permitió al espectador, además de seguir la historia de los personajes principales que aún seguían en la serie, ver cómo las emociones más oscuras se dispersaban a través del perdón. Luego de los traumas emocionales planteados y las venganzas, los protagonistas sólo podrían estar en paz con lo vivido en los últimos años, enfrentándose a sus miedos y aceptando lo que les pasó. En este punto suponemos que la serie quiere llegar a los jóvenes con la premisa de que el suicidio no es la salida, así como en varias oportunidades se contrastan varios de estos mensajes; un tiroteo que no fue, un asesinato frustrado, etc.
No obstante, las despedidas dolorosas no escapan del guión en esta cuarta entrega, y esta vez el sida propicia la muerte de Justin Foley (Brandon Flynn), uno de los personajes más queridos al que las duras vivencias acechaban en cada temporada.
La temporada recibió la calificación de 31% por Rotten Tomatoes. Muy baja para una producción que se estrenó con los mejores comentarios. Con todas las tramas “cerradas” y los personajes ya encontrando su camino a partir de la ceremonia de graduación, la crítica especializada no ha sido empática en esta ocasión con la serie producida por Selena Gomez, tachándola de inestable y de perder el hilo conductor a medida que se va desarrollando la historia. Se resalta también el poco realismo que se le da a la resolución de problemas y traumas emocionales tan complejos en secuencias muy cortas y con recursos más que utilizados en los dramas de adolescentes. Esto ha hecho que muchos de los espectadores que una vez se sintieron reflejados en la interpretación de los personajes, perdieran esa conexión.
Lamentablemente para muchos, el reto que planteaba el final de 13 Reasons Why - así como cautivó y elevó las expectativas en 2017- no se logró y no pudo superar las malas criticas y el peso que la predecesora tercera entrega arrastraba. Mientras que para otra parte de la audiencia, este cierre mantiene todo lo emotivo que se esperaba para culminar la tortura a la que fueron sometidos los adolescentes de esta historia.
La última temporada de 13 Reasons Why permitió al espectador, además de seguir la historia de los personajes principales que aún seguían en la serie, ver cómo las emociones más oscuras se dispersaban a través del perdón. Luego de los traumas emocionales planteados y las venganzas, los protagonistas sólo podrían estar en paz con lo vivido en los últimos años, enfrentándose a sus miedos y aceptando lo que les pasó. En este punto suponemos que la serie quiere llegar a los jóvenes con la premisa de que el suicidio no es la salida, así como en varias oportunidades se contrastan varios de estos mensajes; un tiroteo que no fue, un asesinato frustrado, etc.
No obstante, las despedidas dolorosas no escapan del guión en esta cuarta entrega, y esta vez el sida propicia la muerte de Justin Foley (Brandon Flynn), uno de los personajes más queridos al que las duras vivencias acechaban en cada temporada.
La temporada recibió la calificación de 31% por Rotten Tomatoes. Muy baja para una producción que se estrenó con los mejores comentarios. Con todas las tramas “cerradas” y los personajes ya encontrando su camino a partir de la ceremonia de graduación, la crítica especializada no ha sido empática en esta ocasión con la serie producida por Selena Gomez, tachándola de inestable y de perder el hilo conductor a medida que se va desarrollando la historia. Se resalta también el poco realismo que se le da a la resolución de problemas y traumas emocionales tan complejos en secuencias muy cortas y con recursos más que utilizados en los dramas de adolescentes. Esto ha hecho que muchos de los espectadores que una vez se sintieron reflejados en la interpretación de los personajes, perdieran esa conexión.
Lamentablemente para muchos, el reto que planteaba el final de 13 Reasons Why - así como cautivó y elevó las expectativas en 2017- no se logró y no pudo superar las malas criticas y el peso que la predecesora tercera entrega arrastraba. Mientras que para otra parte de la audiencia, este cierre mantiene todo lo emotivo que se esperaba para culminar la tortura a la que fueron sometidos los adolescentes de esta historia.
@LuRoj
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