Karim Borjas: “El espacio virtual es una tela de infinitas posibilidades”
Instalado en Francia desde hace cuatro décadas, en su obra pintura y escultura funden sus límites para dar cuenta de nuevas narrativas de la realidad
Si le preguntan cuándo volverá a Venezuela, Karim Borjas recuerda El mito del eterno retorno, de Mircea Eliade: “No te puedes imaginar las veces que lo he intentado, pero siempre acontece algo que me lo impide. La idea inicial era pasar seis meses afuera y seis en el país. Y en eso se me pasaron 40 años”.
-¿Qué lo motivó a marcharse?
-Esa es una larga historia que pertenece al olvido. Lo único cierto es que me fui porque veía llegar a pasos agigantados la nefasta e inevitable deriva del país. ¿Visionario’? Tal vez, pero todo era evidente. Aunque nunca imaginé que caeríamos tan bajo.
Nació en Caracas en 1959, y desde su infancia mostró interés por la pintura y la escultura. En su adolescencia, numerosos viajes por el país nutrieron centenares de pinturas que hizo en ese período: escenas cotidianas, paisajes bucólicos, marinas, retratos de amigos y familiares. Así, además del desarrollo de la destreza, fue adquiriendo poco a poco, dice, “una visión más aguda de la obra y el carácter amateur comienza a convertirse en una reflexión”.
Estudiante de Economía, Seguros y Administración, un día los abandonó para dedicarse exclusivamente a las artes plásticas, hasta 1983, cuando decidió marcharse a Francia, donde, luego de quedar en tercer lugar entre 134 postulantes en las equivalencias ante el Ministerio de Cultura, en 1986 obtuvo el Diploma Nacional Superior de Expresión Plástica con mención y felicitaciones del jurado y continuó sus estudios en arte en la universidad Paris VII.
Desde entonces emprende una búsqueda personal, que lo lleva a recorrer Europa, Medio Oriente y parte de África del norte, utilizando el término “Peincriture” (pintura-escritura) para definir parte de esa investigación que deviene su obra, y que jamás se ha detenido.

-Su trabajo reúne técnicas diversas, conceptos, que parecen apuntar a un cambio de visión o de perspectiva de la realidad.
-Yo sólo expreso un sentimiento o mi empatía. Antes, mi obra pictórica estaba impregnada de una suerte de nostalgia territorial, una poética sublimada, una visión lejana del eterno regreso. Ahora mi visión es otra.
-¿A qué se refiere?
-Tener otra visión de la obra pictórica es la utilización y adaptaciones de las nuevas tecnologías en tu experimentación creativa. De la misma forma que antes utilizaba la materia pictural, ahora la digitalización se ha convertido en un medio más para desarrollar conceptos expositivos. Mi experiencia dentro de la plástica me lleva a concebir el espacio de una manera global, tanto visual , como sensorial (conceptual). Tener otra visión es ver más allá del plano bidimensional. Tener otra visión es imaginar todas las posibilidades que se nos presentan. El espacio virtual se convierte así en una tela de infinitas posibilidades. Yo soy de una vieja escuela, donde cada día hay que hacer algo. E imaginarlo es igual de bueno que hacerlo, es recrear sueños de factible realización.
Merecedora de los premios Charles Oulmont de la Fundación de Francia en París y a la mejor exposición anual de la Asociación Internacional de Críticos de Arte en San Juan Puerto Rico, su obra, como artista y curador, ha sido presentada en más de dos centenares de exposiciones, individuales y colectivas, en importantes manifestaciones artísticas de América, Europa África, Asia y Medio Oriente.
Entre ellas, las más recientes, este año en los espacios medievales del Clôitre des Billetes, en París, y en Rabat, Marruecos.
“Como muchos otros, yo continúo la creación desde mi reflexión, descomponiendo, transformando, sintetizando sentimientos como los escritos dentro de mi bitácora de viaje, o creando proyectos, muchos de los cuales quedarán como propuestas virtuales en espera de su realización. Al final, lo más importante es no parar. De todas formas, como dije, nosotros somos y seremos con nuestras obras los testigos de nuestro tiempo”.
-¿Qué lo motivó a marcharse?
-Esa es una larga historia que pertenece al olvido. Lo único cierto es que me fui porque veía llegar a pasos agigantados la nefasta e inevitable deriva del país. ¿Visionario’? Tal vez, pero todo era evidente. Aunque nunca imaginé que caeríamos tan bajo.
Nació en Caracas en 1959, y desde su infancia mostró interés por la pintura y la escultura. En su adolescencia, numerosos viajes por el país nutrieron centenares de pinturas que hizo en ese período: escenas cotidianas, paisajes bucólicos, marinas, retratos de amigos y familiares. Así, además del desarrollo de la destreza, fue adquiriendo poco a poco, dice, “una visión más aguda de la obra y el carácter amateur comienza a convertirse en una reflexión”.
Reflexión que hoy constituye uno de los rasgos característicos de un trabajo en el que pintura y fotografía rompen sus límites para adentrarse en contenidos más profundos que potencian la imagen y la proyectan a “una frontera desconcertante de lo virtual con lo real”.
Estudiante de Economía, Seguros y Administración, un día los abandonó para dedicarse exclusivamente a las artes plásticas, hasta 1983, cuando decidió marcharse a Francia, donde, luego de quedar en tercer lugar entre 134 postulantes en las equivalencias ante el Ministerio de Cultura, en 1986 obtuvo el Diploma Nacional Superior de Expresión Plástica con mención y felicitaciones del jurado y continuó sus estudios en arte en la universidad Paris VII.
Desde entonces emprende una búsqueda personal, que lo lleva a recorrer Europa, Medio Oriente y parte de África del norte, utilizando el término “Peincriture” (pintura-escritura) para definir parte de esa investigación que deviene su obra, y que jamás se ha detenido.

"Historia del olvido". Fotografía plegada, varias dimensiones (CORTESÍA)
-Su trabajo reúne técnicas diversas, conceptos, que parecen apuntar a un cambio de visión o de perspectiva de la realidad.
-Yo sólo expreso un sentimiento o mi empatía. Antes, mi obra pictórica estaba impregnada de una suerte de nostalgia territorial, una poética sublimada, una visión lejana del eterno regreso. Ahora mi visión es otra.
-¿A qué se refiere?
-Tener otra visión de la obra pictórica es la utilización y adaptaciones de las nuevas tecnologías en tu experimentación creativa. De la misma forma que antes utilizaba la materia pictural, ahora la digitalización se ha convertido en un medio más para desarrollar conceptos expositivos. Mi experiencia dentro de la plástica me lleva a concebir el espacio de una manera global, tanto visual , como sensorial (conceptual). Tener otra visión es ver más allá del plano bidimensional. Tener otra visión es imaginar todas las posibilidades que se nos presentan. El espacio virtual se convierte así en una tela de infinitas posibilidades. Yo soy de una vieja escuela, donde cada día hay que hacer algo. E imaginarlo es igual de bueno que hacerlo, es recrear sueños de factible realización.
-Sobre un cambio de visión o de perspectiva de la realidad, yo no sé si es un cambio. En todo caso, son nuevas herramientas que se nos presentan para desarrollar proyectos a gran escala, donde el individuo está inmerso dentro de la obra casi abstracta, cuyo contenido actúa de forma subliminal. La imagen se recompone en el inconsciente como una vibración que nos interpela, algo no tangible que nos conmueve. Yo no soy muy optimista con el cambio de comportamiento del individuo, en todo caso estamos todavía muy lejos.
Merecedora de los premios Charles Oulmont de la Fundación de Francia en París y a la mejor exposición anual de la Asociación Internacional de Críticos de Arte en San Juan Puerto Rico, su obra, como artista y curador, ha sido presentada en más de dos centenares de exposiciones, individuales y colectivas, en importantes manifestaciones artísticas de América, Europa África, Asia y Medio Oriente.
Entre ellas, las más recientes, este año en los espacios medievales del Clôitre des Billetes, en París, y en Rabat, Marruecos.
“Como muchos otros, yo continúo la creación desde mi reflexión, descomponiendo, transformando, sintetizando sentimientos como los escritos dentro de mi bitácora de viaje, o creando proyectos, muchos de los cuales quedarán como propuestas virtuales en espera de su realización. Al final, lo más importante es no parar. De todas formas, como dije, nosotros somos y seremos con nuestras obras los testigos de nuestro tiempo”.
@weykapu
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