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César Augusto Cova: “Quiero convertirme en mis personajes completamente”

El actor, residenciado en Nueva York, ha sido reconocido con los premios HOLA, ACE y LATA, por su desempeño en las tablas, específicamente en "Filomena Marturano" de la compañía Repertorio Español

  • YOLIMER OBELMEJÍAS

27/05/2020 01:00 am

Antes de que la alarma por el coronavirus se apoderara del mundo y, por ende, de la escena artística, César Augusto Cova participaba en la obra Filomena Marturano de la compañía Repertorio Español, que funciona desde hace cinco décadas en el Gramercy Theater de Nueva York. 
 
El personaje que da vida en el montaje, Ricardo, le ha regalado muchas satisfacciones al intérprete, quien ya tiene seis años residenciado en La Gran Manzana, entre ellas, haber recibido un premio HOLA (Hispanic Organization for Latin Actors) 2020 a Actuación Destacada de un actor de reparto; un premio ACE 2020 a Mejores Actores de Reparto (que comparte con Héctor Luis Rivera); y un premio LATA 2020 a Mejor Elenco por Teatro de Compañía Repertorio Español.

El planeta podrá estar parcialmente detenido por los daños colaterales de la pandemia, pero Cova no permanece inmóvil. A lo largo de este período ha participado en el Dare to go Beyond Workshop de la compañía R.Evolución Latina, de Luis Salgado, y en las charlas virtuales de HOLA, entre otras ocupaciones. 
 
Antes de probar suerte en el mundo de la actuación en Estados Unidos, Cova -de profesión comunicador social- se preparó en Venezuela. “Mi primer encuentro actoral lo hice con Matilda Corral en el Gimnasio de Actores, localizado en el Banco del Libro, en Altamira, un espacio donde al actor acude a ejercitarse en su oficio. Técnicas como la de Susan Barson, Stella Adler, Uta Hagen, William ball, entre otras, son las que se aplican en el entrenamiento del músculo actoral. Matilda me enseñó lo más importante: Sinceridad, estímulo, pertenencia, dedicación, profundidad, nunca juzgar a mi personaje, siempre ponerme en sus zapatos y analizar la sustancia que nos hace seres humanos. Este encuentro cambió mi vida, me mostró mi vulnerabilidad, mis necesidades, mi niño herido y cambió mi manera de ver la vida para siempre. Siempre le estaré agradecido y espero algún día volver para hacer el showcase que le debo”, cuenta el histrión a El Universal


- ¿Qué diferencia quiere marcar en el mundo de la interpretación?

- La diferencia que quiero marcar es que no quiero interpretar, quiero ser esos personajes completamente. Quiero demostrar que el físico no es lo más importante, quiero demostrar que un actor no tiene que engolar la voz para ser bueno o interesante. Quiero dar a entender que son las viejas heridas, los miedos profundos, el ser vulnerable, que son las máscaras y las sombras de los personaje, que son las ideas de las cosas, la grandeza del comportamiento humano. Cuando empecé a estudiar el método, quería hacer con Elia Schneider el ejercicio del método en el que sangras por la nariz, pero me he dado cuenta que todavía me faltan muchas cosas por aprender, inclusive cuando ya aprendí que una de las cosas más importantes para ser actor es ser saludable. Quiero liberarme completamente y mostrar toda la fuerza de transformación que tengo cuando dejo fluir toda esa necesidad que tengo de expresarme, creo que ese río de acciones, con certeza, marcará una diferencia en las cámaras y el teatro.

- ¿Cómo evalúa el avance de las oportunidades para los actores latinos en una escena tan competitiva como la norteamericana?
- Creo que experimentamos un momento importante a nivel de televisión, estamos migrando de la televisión convencional a muchos canales stream donde todos quieren figurar. Me refiero a Netflix, Hulu, Amazon, Apple TV, HBO Now, etc., es decir, que hay muchas más producciones y oportunidades para los actores, es casi como una época de oro. En este estallido mundial del mundo de las series de televisión, la cultura latina se encamina a un auge y se está solidificando en su posición de una buena opción para comprar y vender. Cada día, la cultura latina se asienta más en Estados Unidos y cada vez la cultura americana se interesa más por las historias latinas, sus personajes, su música y costumbres. Es un mercado de mucho interés por lo que creo que ya todas esas oportunidades existen y seguirán creciendo en los próximos años. 

- ¿Qué personaje sueña con encarnar?
- Sueño desde el primer momento que leí Las aventuras de Juan Planchard en ser ese personaje. Hay un sentimiento intrínseco que comparto con él, hay muchas cercanías en sus valores familiares, en sus visiones del país y hay un gusto innegable por esa apasionada historia de amor en un mundo de fantasías financiadas por un proyecto de país que se llamó Cadivi. Además, me gusta la idea de vivir en Nueva York, Los Ángeles, Venezuela y Cuba a lo hollywoodense. Hay otros personajes. Dentro de mí vive un tenor que canta The Phantom of the Opera, un ediposo príncipe Hamlet y un ex alcohólico new yorker llamado Jackie, a quien Verónica le rompe el corazón cuando se da cuenta que su amante dejó su sombrero en la mesa de noche, al mismo estilo del zorro cuando deja su Z marcada al irse furtivamente. Me encanta esa obra The Motherfucker with the Hat de Stephen Adly Guirgis.



- Dice que su vida cobró sentido cuando se inició en la actuación, ¿eso quiere decir que no volverá a los medios de comunicación?
- Sí, cambió mi manera de ver la vida. Empecé a analizar todo lo que hacía, a cuestionar todo lo que veía, a entender por qué la gente hace las cosas. Me dio grandes responsabilidades: a hablar en primera persona, a no tenerle miedo al ridículo, a ser libre. Ser intenso me ayudó mucho en ese proceso de bajarle dos. Me ha ayudado también a ver que las cosas más simples. Nunca olvido que me gradué de periodista y aún conservo ese buen hábito de despertar y leer las noticias del país y del mundo. Me encantaría estar en los medios de comunicación, de hecho, la semana que viene sale mi primer artículo para un nuevo medio que se llama La Guía Cultural New York donde se promete conectar al público con la cultura hispana en La gran manzana y donde he aceptado la deliciosa labor de escribir sobre la musa de la danza.

- ¿En qué ha ocupado su tiempo durante el confinamiento?

- Estoy empezando un nuevo proyecto con un grupo de teatro independiente que se llama Teatro Columna, cuyas directoras artísticas son Leyma López y Zulema Clares. Estábamos trabajando en el montaje de una obra del dramaturgo y poeta cubano Virgilio Piñera llamada Electra Garrigo, la obra griega basada en el antes y el después de la revolución cubana. Consta de la estructura coral de ese clásico acompañada de distintivos elementos cubanos, entre ellos: el envenenamiento de Clitemnestra Plá con una lechosa. Allí, voy a encarnar a Orestes Garrigo, hijo de Clitemnestra Plá y Agamenon Garrigo, y hermano de Electra. La pieza promete una buena comedia y ya estamos ajustándonos a las nuevas demandas tecnológicas (live en Internet), inclusive cuando nos aferramos a la idea de que el teatro tiene que suceder en el teatro. 

- El confinamiento ha generado mucha demanda virtual, están pasando muchas cosas que no me quiero perder. Entre mis actividades más destacadas durante la cuarentena están: el Dare to go Beyond Workshop de la compañía R.Evolución Latina, liderado por el talentosísimo héroe sin capa y estrella de Broadway, Luis Salgado. Por más de un mes, participé en todas las clases de baile jazz, street jazz, baile contemporáneo, tango, entre otras. Un encuentro bastante particular el darme cuenta que menos mal escogí la actuación y no el baile. Pude sacar mis dotes en las lecturas que R.Evolucion Latina ofreció de la obra de William Shakespeare, Titus Andronicus, con un grupo de aproximadamente de 20 actores le dimos vida a la obra más sangrienta del escritor inglés. La obra tenía shows programados para finales de mayo y nos íbamos a presentar en el reconocido Pregones Theater, pero dadas las circunstancias de la cuarenta la producción se ha pospuesto hasta nuevo aviso. 

- No he perdido la oportunidad de participar en las charlas virtuales que la Hispanic Organization for Latin Actors (HOLA) ha estado ofreciendo en la cuarentena. Desde cómo enfrentar el proceso de audición, clases de vocalización, de dramaturgia (con la venezolana Lupe Herenberg) hasta cómo capitalizar las redes sociales y mejoramiento de la dicción y el acento. Esta institución ha atravesado grandes cambios en este año y hay mucho talento venezolano en esa nueva directiva. Honestamente, están llevando la organización a otro nivel mucho más cercano a los actores hispanos, no solo en Nueva York sino en el mundo. 

- ¿En qué lugar se ve de aquí a 10 años?
- En 10 años me veo derrochando la competencia inconsciente o la maestría del arte de actuar. Me veo a otro ritmo y, sobre todo, feliz. Me veo en un avión viajando continuamente de San Pedro, Los Ángeles, California a mi Venezuela amada. Me veo también con papel y lápiz y con cámaras y acciones. @yolimer


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