CATHERINE MEDINA MARYS
EL UNIVERSAL
La situación de la Escuela de Artes dentro de la Universidad Central de Venezuela es la metáfora perfecta de la importancia que ocupan las artes dentro del país.
Cuarenta años después de su fundación, la Escuela permanece sin una sede física, comparte aulas con la Facultad de Filosofía y muchos de sus alumnos la describen como una escuela nómada.
"Ya se hicieron los estudios de suelo en un terreno que pertenece a los galpones de la Facultad de Farmacia", afirma la directora Alicia Smith-Kelly. Los estudios fueron costeados por la misma Universidad, "pero no hay presupuesto para construirla", confiesa.
La creación de esta Escuela fue una iniciativa de Santiago Magariños, quien en 1972 elabora el bosquejo para su creación. El proyecto fue retomado luego por una comisión integrada por profesores de la talla de Antonio Pasquali, Federico Álvarez y Pedro Beroes.
Una segunda comisión se encargaría de desarrollar la línea de estudio, enfocada en la investigación y difusión del arte venezolano y latinoamericano. En esta oportunidad Mauro Parra, Miriam Dembo, Marta Traba, Isaac Chocrón, Esteban Herrera y Mietek Detyniecki serían los actores culturales del país que profundizarían las proposiciones del proyecto.
A lo lago de su historia, la Escuela de Artes ha tenido como directores a figuras como Inocente Palacios, Nelly Barbieri, Daniel Salas, Christiane Dimitriades, Isaac Chocrón, Mariantonia Palacios y Xiomara Moreno, profesionales vinculados a la creación artística, la investigación y la gestión cultural de las instituciones más importantes del país.
De ella han egresado nombres como los de Rober Calzadilla, Laura Guevara, Sandra Silvio, entre otros, que han participado en la programaci´ón aniversaria que lleva adelante la Escuela.
Desde su creación, el pénsum de estudios se ha destacado por su carácter netamente teórico. Esto, según Smith, porque "el objetivo es la formación de profesionales para que se desempeñen como críticos, para ocupar cargos diplomáticos, o dedicarse a la docencia y a la investigación".
Hay, por parte de las autoridades, la conciencia de que la teoría debe ser acompañada por la praxis.
Y, a pesar de que el pénsum no ha sido modificado a fondo desde 1978, se han hecho ajustes curriculares en cada una de las cinco áreas que engloba: Artes Cinematográficas, Artes Escénicas, Artes Plásticas y Museología, Musicología y Gestión Socio-cultural.
El coordinador académico, Elías Castro, destaca las dificultades que han pasado para costear el material didáctico, y rescata, sobre todas las cosas, la "creatividad bien aplicada" del profesorado para impartir sus respectivas cátedras. Señala, por ejemplo, que en el área de Artes Plásticas se han realizado talleres donde los alumnos elaboran obras escultóricas a partir de materiales ya utilizados, en un esfuerzo por sortear la crisis.
Pero los problemas que atraviesa en Artes no sólo se circunscriben al dinero que se infla y escasea, sino a los profesores que deciden renunciar, ya sea por una mejora salarial -un profesor a tiempo completo devenga un salario de Bs. 1.045.732- o, sencillamente, porque se van del país.
Para María Carolina García, docente de la cátedra Teoría e Historia del Teatro, este es uno de los problemas más acuciantes. Señala que, según un foro realizado recientemente dentro del campus universitario, la deserción docente actual es del 30%, en una plantilla de profesores que, según cifras no oficiales, es de 50profesores.
La deserción estudiantil, por otra parte, se ubica en el mismo porcentaje, arrojando un número aproximado de 180 estudiantes que abandonan la carrera cada semestre ´ por diversas causas.
Ya son 40 años de su creación. Pero a pesar de todos los probelmas, los profesionales que ha formado son para la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela, el incentivo para seguir luchando con estoicismo de la única forma que conoce el arte: moldear la dificultad, hasta convertirla en beldad.