Los cuásares son los objetos más brillantes del universo. Y puede ser que en la búsqueda de ese brillo o grandeza, cinco jóvenes de Barquisimeto, estado Lara, hayan decidido poner el nombre Cuásar a su proyecto musical.
La decisión de Larry Dávila (voz y guitarra), Jossmer Ángel (guitarra), Eleazar Vargas (guitarra), Ska Ángel (batería) y Nevil Sánchez (bajo), de unirse para crear una banda de rock surgió en 2014, año en el que el panorama político, económico y social del país ardía.
Entre la rebeldía juvenil y el arraigo a Venezuela, la banda comenzó a componer, ensayar y soñar con llegar a ser como esas agrupaciones que vieron crecer en su adolescencia. Los problemas nacionales no han amainado, se han complejizado, los espacios se cierran cada vez más, y la migración se intensifica, pero la ilusión conduce a creer que el cambio está a la vuelta de la esquina.
El preámbulo es necesario, pues para estos cinco jóvenes, nacidos entre 1989 y 1998, es inevitable anclarse y basar su vida en las circunstancias que les ha tocado, dificultades que se suman a las normales que implican crear un proyecto desde cero, en este caso uno musical.
Luego de seis años de dudas y trabajo, Cuásar logra alcanzar uno de los mayores logros al que aspira cualquier músico: su primer disco, titulado En la vía, fue publicado el pasado viernes en todas las plataforma digitales, luego de haber tenido que cancelar su concierto en el Centro Cultural BOD, por las medidas tomadas por el Gobierno Nacional en contra del Coronavirus.
El álbum cuenta con diez temas, de los cuales, antes del lanzamiento, ya se conocían cuatro. Uno de ellos es Alice, primer tema publicado por Cuásar en una sesión electroacústica. A este le siguieron Labios muertos, Luces de ciudad y En la vía, que conforman una trilogía publicada durante 2019, acompañado por un videoclip por canción, hilando una misma historia.
En la vía fue grabado en Acústica Studio, con Andrés Carabaño; de la mezcla se encargó Rafael Ferreira, en Buenos Aires, y de la masterización, Eduardo Martínez y Angemyr Lezama en Dbmix Studio.
"Las mismas vicisitudes y los mismos problemas de 2014, que hoy en día se han agudizado y nos hacen sentir frustración y dolor, son los que nos impulsan a seguir trabajando en el proyecto", comenta Sánchez, el bajista.
Opciones había muchas. Entre los chicos que conforman la agrupación hay tres ingenieros, en diferentes áreas, y los dos restantes dejaron a medias sus estudios en Comunicación Social... todo por apostar a la banda.
"Nosotros somos soñadores, con los pies sobre la tierra, pero en la búsqueda de esa meta que nos hará sentirnos realizados. Claro, sin darle la espalda a cualquier situación que nos involucre", dice Ángel, el guitarrista.
Entre esas realidades a las que no les pueden dar la espalda, está la difícil situación en el interior del país. Barquisimeto pasa horas sin luz, desde antes del apagón nacional de 2019, hasta mucho después.
Sobre el viaje, dice Sánchez: "Más allá de la situación que pueda existir en el interior del país, todo está centralizado en Caracas, y para poder proyectar el trabajo era importante venirse. En Barquisimeto, los lugares en los que podemos presentarnos son escasos. En el tiempo que estuvimos acá el año pasado, nos dimos cuenta de lo importante que era venirnos. Empezamos a tocar más seguido, tuvimos un promedio de 18 a 20 toques en ese lapso de seis meses y eso fue para nosotros un récord".
En Barquisimeto, los músicos tiene la oportunidad de tocar en locales como Monchi Express, El Bunker del Este y La República del Este, además del Teatro Juárez y la Flor de Venezuela, que pertenecen a la Alcaldía.
"Aunque se haya reactivado un poco, eso no quiere decir que la movida cultural o musical esté en su mejor momento, a tope. Hemos tenido que luchar con la falta de espacios, quizás con ellos sería más fácil la proyección. Aunque eso tampoco nos limita porque así nos vean cinco personas estaremos ahí, porque es lo que nos gusta", afirma la baterista.
Luego de su creación, el lanzamiento de Alice y su primer toque en El Jaleo, en Cuásar se enfocaron en la creación de su primer disco.
"Hacer un álbum toma mucho tiempo e involucra muchos sacrificios, por lo que tenerlo en tus manos es muy gratificante. Sabemos que la industria ha cambiado y no necesitas encerrarte un año o dos años en un disco, pero sí creo que es un proceso que todas las bandas deberían experimentar, porque es lo que te hace creértelo y vivirlo", cuenta Ángel, el baterista.
Cuásar es para sus integrantes un sueño al que le dedican todas sus energías.
"Hay muchas personas que ahora están viviendo sus sueños. Todos ellos han parado todo y han decidido gastar su tiempo para hacerlo realidad. Y es genial usar tu tiempo en algo que nos hace sentir vivos", afirma Dávila, el vocalista.
Entre los momentos más importantes para esta agrupación larense se encuentra su participación en 2017 en la edición deluxe del Festival Nuevas Bandas, logrando clasificar en su circuito y tocar por primera vez en Caracas. Ese primer contacto con el público caraqueño los impulsó a mejorar y buscar otro camino para consolidar su propuesta.
"El disco lo empezamos a grabar antes de participar en el Nuevas Bandas, pero esa experiencia nos hizo pensar en lo que nos hacía falta para llegar al profesionalismo", declara Ángel, el guitarrista.
Entre todos nombran a La Vida Bohême, Los Mesoneros, Viniloversus, Okills e incluso algunos exponentes nacionales del género urbano, como modelos a seguir, pues a todos los vieron crecer durante su adolescencia.
"A todos nos toca hacer un público desde cero. No podemos despertar y ser famosos. Nosotros como banda nueva tenemos que hacer lo que ellos hicieron en su momento: empezar con cinco personas viendo los toques... aunque la gente se olvida de eso cuando ya el proyecto es famoso", finaliza Dávila.
Cuásar se prepara para emprender una gira por varias ciudades del país. La titularon Supernova porque no dejan de mirar al firmamento.
La decisión de Larry Dávila (voz y guitarra), Jossmer Ángel (guitarra), Eleazar Vargas (guitarra), Ska Ángel (batería) y Nevil Sánchez (bajo), de unirse para crear una banda de rock surgió en 2014, año en el que el panorama político, económico y social del país ardía.
Entre la rebeldía juvenil y el arraigo a Venezuela, la banda comenzó a componer, ensayar y soñar con llegar a ser como esas agrupaciones que vieron crecer en su adolescencia. Los problemas nacionales no han amainado, se han complejizado, los espacios se cierran cada vez más, y la migración se intensifica, pero la ilusión conduce a creer que el cambio está a la vuelta de la esquina.
El preámbulo es necesario, pues para estos cinco jóvenes, nacidos entre 1989 y 1998, es inevitable anclarse y basar su vida en las circunstancias que les ha tocado, dificultades que se suman a las normales que implican crear un proyecto desde cero, en este caso uno musical.
Luego de seis años de dudas y trabajo, Cuásar logra alcanzar uno de los mayores logros al que aspira cualquier músico: su primer disco, titulado En la vía, fue publicado el pasado viernes en todas las plataforma digitales, luego de haber tenido que cancelar su concierto en el Centro Cultural BOD, por las medidas tomadas por el Gobierno Nacional en contra del Coronavirus.
El álbum cuenta con diez temas, de los cuales, antes del lanzamiento, ya se conocían cuatro. Uno de ellos es Alice, primer tema publicado por Cuásar en una sesión electroacústica. A este le siguieron Labios muertos, Luces de ciudad y En la vía, que conforman una trilogía publicada durante 2019, acompañado por un videoclip por canción, hilando una misma historia.
En la vía fue grabado en Acústica Studio, con Andrés Carabaño; de la mezcla se encargó Rafael Ferreira, en Buenos Aires, y de la masterización, Eduardo Martínez y Angemyr Lezama en Dbmix Studio.
"Las mismas vicisitudes y los mismos problemas de 2014, que hoy en día se han agudizado y nos hacen sentir frustración y dolor, son los que nos impulsan a seguir trabajando en el proyecto", comenta Sánchez, el bajista.
Opciones había muchas. Entre los chicos que conforman la agrupación hay tres ingenieros, en diferentes áreas, y los dos restantes dejaron a medias sus estudios en Comunicación Social... todo por apostar a la banda.
"Nosotros somos soñadores, con los pies sobre la tierra, pero en la búsqueda de esa meta que nos hará sentirnos realizados. Claro, sin darle la espalda a cualquier situación que nos involucre", dice Ángel, el guitarrista.
Entre esas realidades a las que no les pueden dar la espalda, está la difícil situación en el interior del país. Barquisimeto pasa horas sin luz, desde antes del apagón nacional de 2019, hasta mucho después.
Precisamente fue aquel apagón el que llevó a los Cuásar a viajar a la Gran Caracas -residen en La Guaira- para abrirse paso en la movida musical de la capital.
Sobre el viaje, dice Sánchez: "Más allá de la situación que pueda existir en el interior del país, todo está centralizado en Caracas, y para poder proyectar el trabajo era importante venirse. En Barquisimeto, los lugares en los que podemos presentarnos son escasos. En el tiempo que estuvimos acá el año pasado, nos dimos cuenta de lo importante que era venirnos. Empezamos a tocar más seguido, tuvimos un promedio de 18 a 20 toques en ese lapso de seis meses y eso fue para nosotros un récord".
En Barquisimeto, los músicos tiene la oportunidad de tocar en locales como Monchi Express, El Bunker del Este y La República del Este, además del Teatro Juárez y la Flor de Venezuela, que pertenecen a la Alcaldía.
"Aunque se haya reactivado un poco, eso no quiere decir que la movida cultural o musical esté en su mejor momento, a tope. Hemos tenido que luchar con la falta de espacios, quizás con ellos sería más fácil la proyección. Aunque eso tampoco nos limita porque así nos vean cinco personas estaremos ahí, porque es lo que nos gusta", afirma la baterista.
Luego de su creación, el lanzamiento de Alice y su primer toque en El Jaleo, en Cuásar se enfocaron en la creación de su primer disco.
"Hacer un álbum toma mucho tiempo e involucra muchos sacrificios, por lo que tenerlo en tus manos es muy gratificante. Sabemos que la industria ha cambiado y no necesitas encerrarte un año o dos años en un disco, pero sí creo que es un proceso que todas las bandas deberían experimentar, porque es lo que te hace creértelo y vivirlo", cuenta Ángel, el baterista.
Cuásar es para sus integrantes un sueño al que le dedican todas sus energías.
"Hay muchas personas que ahora están viviendo sus sueños. Todos ellos han parado todo y han decidido gastar su tiempo para hacerlo realidad. Y es genial usar tu tiempo en algo que nos hace sentir vivos", afirma Dávila, el vocalista.
Entre los momentos más importantes para esta agrupación larense se encuentra su participación en 2017 en la edición deluxe del Festival Nuevas Bandas, logrando clasificar en su circuito y tocar por primera vez en Caracas. Ese primer contacto con el público caraqueño los impulsó a mejorar y buscar otro camino para consolidar su propuesta.
"El disco lo empezamos a grabar antes de participar en el Nuevas Bandas, pero esa experiencia nos hizo pensar en lo que nos hacía falta para llegar al profesionalismo", declara Ángel, el guitarrista.
Entre todos nombran a La Vida Bohême, Los Mesoneros, Viniloversus, Okills e incluso algunos exponentes nacionales del género urbano, como modelos a seguir, pues a todos los vieron crecer durante su adolescencia.
"A todos nos toca hacer un público desde cero. No podemos despertar y ser famosos. Nosotros como banda nueva tenemos que hacer lo que ellos hicieron en su momento: empezar con cinco personas viendo los toques... aunque la gente se olvida de eso cuando ya el proyecto es famoso", finaliza Dávila.
Cuásar se prepara para emprender una gira por varias ciudades del país. La titularon Supernova porque no dejan de mirar al firmamento.
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