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Gaby Spanic: “Han dicho cualquier cosa de mí”

La actriz venezolana se reinventa llevando al teatro un unipersonal basado en sus personajes de “La Usurpadora” que la traerá de vuelta a Venezuela

  • EDUARDO ANDRES MURIA

08/03/2020 01:00 am

Amaranta, Paulina Martínez y Paola Bracho. La Intrusa o La usurpadora. Personajes que representan el éxito de una de las figuras venezolanas con mayor proyección en la industria de las telenovelas mexicanas. Pese a que permanece vigente en la memoria de quienes han seguido su trabajo, actualmente, Gabriela Spanic (Ortiz, 1973) encarna su propia historia. El papel que probablemente no quiso para su carrera.

La otrora Miss Guárico 1992 asegura que una persona juró acabar con su carrera profesional. Una “campaña patrocinada” que la mantiene expuesta al constante escándalo. “A veces pienso que por tener un éxito tan grande, han querido buscarle las cinco patas al gato. Como que no me van a perdonar ese éxito tan bello, eso que fue una bendición de Dios”, expresa vía telefónica desde México.

La actriz comenta que no se ha peleado con el mundo y, que por el contrario, ha querido defenderse, cuando han querido silenciarla. “Lamentablemente, en cualquier empleo, no solo en el mío de actriz, existe algo llamado envidia. El síndrome de procusto. Detrás de todo esto se están metiendo como mi proyecto de vida que es mi trabajo y que ha sido aplaudido en el mundo”, expresa. La exmiss estará de vuelta en Venezuela para presentar el unipersonal Ay por favor, La usurpadora, una comedia que llevará a diferentes ciudades del país.

-¿Por qué se fue?
-Fue una oferta de trabajo muy buena. Cualquiera en mi lugar se hubiera ido. Era trabajar en el Hollywood de las telenovelas, México, con Televisa y un gran proyecto. Se lo agradezco muchísimo a Carlos Romero y Alberto Gómez. Desde un principio, Carlos siempre me quiso para La usurpadora. Él conocía mi trabajo, cuando hice casting le encantó y le dijo a Arquímedes Rivero que yo hiciera el papel... Y así fue. Entonces todo se dio, lo que es del cura va para la iglesia como se dice en Venezuela. Soy una mujer muy agradecida y con muy buena memoria, y le doy gracias a Dios, a Carlos, a Alberto, a Carlos Gutiérrez, a Arquímedes Rivero, a Salvador Mejía y a Televisa.

-¿Cómo mantenerse vigente en el público venezolano desde el exilio?
-Amo a mi público venezolano porque no se deja enredar por las noticias maliciosas. Siempre me quiso y reconoció mis trabajos. En realidad, el público en general de todas partes del mundo. Me siento un ser privilegiado porque mis trabajos los recuerdan siempre con mucho cariño. Desde Amaranta en La cosa divina hasta el personaje de Ivana, de la telenovela Como tú ninguna... Muchos personajes que hice, todavía son recordados y eso para mí como actriz es un privilegio.

-¿Cómo fue su proceso de adaptación a México?
-Como venezolana recién llegada, lo más difícil fue el acento. Para mí no existen los acentos neutros. Soy de las que piensa que cada uno de nosotros tiene su sello personal, que forma parte de nuestra cultura, de nuestro país, cada quien con su estilo. Al principio tuve que hablar un supuesto tono neutro y sufrí muchísimo por eso. También me costó mucho acostumbrarme al apuntador.

-¿Cómo es el método de trabajo allá, encontró diferencias?
-Las diferencias no son muchas, pero sí las hay. Para hacer La usurpadora tenía un ejército a disposición, hay al menos cinco personas de vestuario y una asistente de dirección que te pasa la letra antes; en Venezuela no lo hacíamos así. Tienes a la continuista o script. Allá tenía una, pero estábamos acostumbrados a llevar la memoria del personaje con fotos polaroid. Marcar la escena. El actor venezolano lleva mucho la continuidad psicología y del vestuario. Acá en México no y entiendo por qué, porque se debe respetar un libreto y unos tiempos; lo que está exactamente escrito. Cada industria tiene su forma de trabajar. Cada una tiene su aspecto positivo, más bien agradezco a Venevisión y Televisa por la oportunidad. No fue fácil, pero me adapté.


"La mayoría de la prensa mexicana me ha apoyado, pero hay medios minoritarios a los que les gusta el escándalo", dice Spanic (CORTESÍA)

-¿Por qué su carrera se ha visto envuelta en tantos escándalos?
-Es una historia muy larga que comenzó hace casi doce años, con una campaña de desprestigio patrocinada por alguien que juró acabar mi carrera. Uno de esos psicópatas que sí existen en la Tierra; y lamentablemente, también hay personas que se dejan comprar. Han dicho cualquier cosa de mí sin importarles que tenga un hijo. El meollo del asunto está detrás de este cobarde que juró hacerme la vida imposible. Gente del cuarto poder se ha vuelto un poco insensible, han comprado personas para que hablen mal de mí, han puesto palabras en mi boca que no he dicho, me han difamado y desprestigiado. Llegaron a decir que el caso de mi envenenamiento era mentira, se reían sin importarles mi hijo, que tenía dos años. Y siguen haciéndolo. Hasta que llega un momento que uno dice ¡basta! Específicamente cuando digo nadie, me refiero a estas personas irresponsables que han hecho un show mediático denigrante de mí como mujer, madre y profesional. La mayoría de la prensa mexicana me ha apoyado, pero hay medios minoritarios a los que les gusta el escándalo. No saben todo lo que he sufrido, pero soy una mujer que se reinventa y valora y tiene la autoestima muy alta.

-¿A quién se refiere específicamente?
-Esta persecución es encabezada por un disque hombre, un cobarde. A algunos no les da vergüenza y les gusta hacer daño. No saben lo que he padecido. En el fondo pareciera que quieren dominar mi vida. De verdad que desprestigiar a una persona y tratar de echar sus logros a la basura y dañar hasta su bolsillo y por ende el de un menor, es increíble. Deberíamos ser más responsables y no estar señalando, violentando los derechos humanos de los demás. Lo que ha pretendido ese grupito es quitarme mi proyecto de vida. Es como que si a un gran pintor le cortaran las manos, eso es lo que han intentado hacer con Gaby Spanic.

“Me atacan desde programitas de TV, de farándula, que dan pena. No sé cómo albergan tanta maldad en algunos ‘programuchos’ que dejan mucho que desear. En vez de educar, están incitando a la violencia y al odio. Eso es muy vergonzoso. Como madre me he levantado y he dicho las cosas como son”, agrega.

-¿Cambiaría algo?
-Siempre he sido una mujer responsable. No me meto con nadie. Hago todas las cosas con amor.Amo a los míos, a mi sangre, lucho y hago el bien sin mirar a quién. No cambiaría mi forma de trabajar porque siempre he sido impecable en mi trabajo y por eso Gabriela ha permanecido en la memoria colectiva del público. La verdad que a veces las cosas que uno cosecha no fueron precisamente las que sembró. Hay mucha gente mala y también hay muchísima gente buena. De ambas he aprendido.

¿Qué le hace falta a su carrera?
-A mi carrera le hace falta justicia. Hay gente que no le mete a Dios, que se creen todopoderosos y dueños de la verdad. Pero sé que Dios hará justicia en mi profesión, en mi vida y en la de mi hijo. Mi carrera siempre fue impecable, hasta que llegó esa manzana de la discordia.

-¿Cómo surgió la idea del unipersonal Ay por favor, La usurpadora?
-No es realmente hacer la telenovela en teatro. Es una sorpresa, algo completamente diferente. La obra habla del empoderamiento de la mujer, pero de una manera divertida y dinámica. Hay muchas reflexiones y humor negro, creo que se van a ir con un buen sabor de mí.

@EduardoMuriaM

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