Parásitos llegó al Teatro Dolby de Los Ángeles teniendo en su haber los más grandes premios de la industria cinematográfica del mundo (Globos de Oro, Festival de Cannes, entre otros), pero más allá de eso, contando con la aprobación de la audiencia y, sobre todo, de la crítica, pero le faltaba el examen final: el visto bueno de la Academia de Artes y Ciencias. Y lo consiguió.
El largometraje surcoreano conquistó cuatro estatuillas, las correspondientes a Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Película Internacional y Mejor Guion Original.
Bong Joon Ho -quien no habla una palabra de inglés- se había dado por bien pagado después de subir al escenario para retirar el galardón que se otorga al mejor filme en lengua extranjera. Ansiaba acercarse al bar, pero conforme avanzó la noche sus planes se retrasaron porque a su obra le faltaban más reconocimientos.
Parásitos estaba por hacer historia en la edición número 92 de los Óscar. Con el transcurrir de los minutos el realizador descubriría que su mezcla de humor negro, drama y suspenso protagonizada por la familia de Kim Ki-taek se convertiría en la primera producción extranjera que alzara el reconocimiento a Mejor Película.
Y es que desde hace rato en la Academia soplan vientos de cambio, ya que la distribución de los galardones se ha vuelto más equitativa, más justa.
¿Gatopardianos?
Pero se espera, se desea, que esos cambios no sean momentáneos como el del #OscarSoWhite que surgió a finales de 2016 en respuesta a la no figuración de artistas negros entre los nominados a la estatuilla, o el no menos famoso #MeToo, de 2017, gracias al cual se denunciaron abiertamente actos de acoso sexual contra las mujeres que forman parte de la industria cinematográfica estadounidense. Ambos movimientos van y vienen, pero la constitución de los miembros de la Academia sigue inalterable: 68% masculina y 84% blanca.
Dada la cercanía del triunfo de Parásitos y el largo historial de desaciertos de la Academia, que ha dejado a un lado películas de innegable valor artístico para premiar superproducciones huecas, sin discursos ni contenidos significativos, como Baila con lobos o Titanic, son muchos los que desde el escepticismo aplauden el giro inesperado que dieron a los Óscar los casi 9.000 miembros de la Academia, y a quienes corresponderá en febrero de 2021 demostrar que lo del domingo pasado no fue una renovación gatopardiana.
¿Qué pasó con "1917"?
Muchas personas dieron por sentado que 1917, el drama bélico de Sam Mendes, sería la opción escogida por Hollywood para entregarle los máximos laureles, pero no fue así. Ciertamente, fue premiada en tres categorías técnicas, al igual que Ford vs Ferrari, que triunfó en dos renglones de la misma especie; pero el destino final fue otro.
En donde no hubo sorpresas fue en los rangos relacionados con la interpretación: Renée Zellweger resultó victoriosa por Judy y Joaquín Phoenix por Joker. Ambos expresaron emotivos discursos de agradecimiento, pero el de la némesis de Batman fue el que caló más hondo. No solo se esforzó en hacer un llamado a que la raza humana se volviera más compasiva e hizo un mea culpa de su comportamiento en el pasado en la industria sino también recordó unas palabras escritas por su fallecido hermano River: "Corre al rescate con amor y la paz irá detrás de ti". El histrión también se unió a la ovación que recibió el director y el elenco de Parásitos cuando ganaron el Óscar a Mejor Película.
Laura Dern y Brad Pitt recogieron sus premios como Mejor Actriz y Mejor Actor de Reparto, respectivamente.
El largometraje surcoreano conquistó cuatro estatuillas, las correspondientes a Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Película Internacional y Mejor Guion Original.
Bong Joon Ho -quien no habla una palabra de inglés- se había dado por bien pagado después de subir al escenario para retirar el galardón que se otorga al mejor filme en lengua extranjera. Ansiaba acercarse al bar, pero conforme avanzó la noche sus planes se retrasaron porque a su obra le faltaban más reconocimientos.
Parásitos estaba por hacer historia en la edición número 92 de los Óscar. Con el transcurrir de los minutos el realizador descubriría que su mezcla de humor negro, drama y suspenso protagonizada por la familia de Kim Ki-taek se convertiría en la primera producción extranjera que alzara el reconocimiento a Mejor Película.
Y es que desde hace rato en la Academia soplan vientos de cambio, ya que la distribución de los galardones se ha vuelto más equitativa, más justa.
¿Gatopardianos?
Pero se espera, se desea, que esos cambios no sean momentáneos como el del #OscarSoWhite que surgió a finales de 2016 en respuesta a la no figuración de artistas negros entre los nominados a la estatuilla, o el no menos famoso #MeToo, de 2017, gracias al cual se denunciaron abiertamente actos de acoso sexual contra las mujeres que forman parte de la industria cinematográfica estadounidense. Ambos movimientos van y vienen, pero la constitución de los miembros de la Academia sigue inalterable: 68% masculina y 84% blanca.
Dada la cercanía del triunfo de Parásitos y el largo historial de desaciertos de la Academia, que ha dejado a un lado películas de innegable valor artístico para premiar superproducciones huecas, sin discursos ni contenidos significativos, como Baila con lobos o Titanic, son muchos los que desde el escepticismo aplauden el giro inesperado que dieron a los Óscar los casi 9.000 miembros de la Academia, y a quienes corresponderá en febrero de 2021 demostrar que lo del domingo pasado no fue una renovación gatopardiana.
¿Qué pasó con "1917"?
Muchas personas dieron por sentado que 1917, el drama bélico de Sam Mendes, sería la opción escogida por Hollywood para entregarle los máximos laureles, pero no fue así. Ciertamente, fue premiada en tres categorías técnicas, al igual que Ford vs Ferrari, que triunfó en dos renglones de la misma especie; pero el destino final fue otro.
En donde no hubo sorpresas fue en los rangos relacionados con la interpretación: Renée Zellweger resultó victoriosa por Judy y Joaquín Phoenix por Joker. Ambos expresaron emotivos discursos de agradecimiento, pero el de la némesis de Batman fue el que caló más hondo. No solo se esforzó en hacer un llamado a que la raza humana se volviera más compasiva e hizo un mea culpa de su comportamiento en el pasado en la industria sino también recordó unas palabras escritas por su fallecido hermano River: "Corre al rescate con amor y la paz irá detrás de ti". El histrión también se unió a la ovación que recibió el director y el elenco de Parásitos cuando ganaron el Óscar a Mejor Película.
Laura Dern y Brad Pitt recogieron sus premios como Mejor Actriz y Mejor Actor de Reparto, respectivamente.
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