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Javier Cercas: “Soy feminista radical”

El escritor español, autor de "Soldados de Salamina", participó en el Hay Festival Cartagena, realizado hace unos días en la ciudad costera colombiana

  • DULCE MARÍA RAMOS

09/02/2020 01:00 am

La obra del escritor español Javier Cercas ha sido traducida a más de treinta idiomas. Entre sus novelas destacan Soldados de Salamina, La velocidad de la luz, Anatomía de un instante, El impostor y recientemente Terra Alta, reconocida con el Premio Planeta.

-Los lectores que ya se han acercado a Terra Alta, encuentran muchas referencias de Los miserables.
-La mejor definición de un clásico la dijo Ítalo Calvino: “Un clásico es aquel libro que nunca deja de decir aquello que tiene que decir”; de ahí que los clásicos siempre dicen cosas nuevas y siempre serán actuales. En este caso, Melchor Marín, el protagonista, lee en prisión un libro que le cambia la vida: Los miserables. Él siente que ese libro es el espejo en que se mira. Por eso el lector a lo largo de la novela, descubrirá que la vida de este chico no se entiende sin Los miserables.

-Y a usted qué libro le cambió la vida.
-A mí no me ha cambiado la vida un solo libro, han sido muchos. Siempre fui muy lector, especialmente de novelas de aventuras, pero a los catorce años fui a mi pueblo, al lugar donde nací, me enamoré locamente, era la primera vez que me enamoraba y le daba un beso a una chica, y entonces cuando regresé a casa, estaba desesperado, así que busqué el libro más serio de la biblioteca y encontré San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno. El libro cuenta la historia de un cura que pierde la fe; entonces yo que era un chico estupendo, deportista, estudioso y muy católico, también perdí la fe para siempre, empecé a beber cervezas, a fumar y entré en un estado de confusión del que aún no he salido. Busqué en la literatura aquello que había tenido en la religión: seguridad. Leía encarnecidamente, como un vampiro, leía para sobrevivir y empecé a concebir el sueño insensato de ser escritor. La literatura se convirtió en el sustituto de la religión, cuestión que es absurdo porque la literatura no proporciona certezas ni tranquilidad, proporciona preguntas y desasosiego. Nosotros leemos los libros, pero ellos también nos leen a nosotros.

-¿Y hoy?
-Hoy es muy difícil. Los libros que me cambian ahora son los que yo escribo. Para mí escribir un libro es una aventura que cambia mi modo de ver el mundo con la esperanza que ocurra también en mis lectores.

-En el caso de su más reciente novela, ¿qué quiere cambiar en sus lectores?
-No quiero cambiar nada. No tengo pretensiones pedagógicas ni propagandísticas, creo que eso es letal para la literatura. Este libro se plantea una pregunta relacionada con la justicia, quiere ser un libro muy entretenido y a su vez plantear el valor de la ley, la posibilidad de la justicia y de la legitimidad de la venganza. Hacer las preguntas complejas, pero no responderlas es la labor del novelista.

-Es inevitable no hablar de la polémica que desató el premio.
-De mí habla mal todo el mundo, especialmente en España por asuntos políticos. La polémica surgida no tiene el más mínimo sentido. Yo aconsejo que nadie viva de lo que se dice en las redes sociales, es el reino de la mentira. De mí pueden decir lo que quieran. No entiendo porque los periodistas pierden el tiempo en las redes, cuando deben ser el vehículo de la verdad. Me asombra. Mi único error es opinar de política.

-¿Usted cree que un escritor debe estar comprometido políticamente?
-Qué haga cada quien lo que quiera. Ahora no entiendo el que no lo hace cuando vive en lugares con situaciones tan tensas como Europa o Venezuela.

-Antes de iniciar nuestra conversación, un señor se nos acercó con una edición especial de Soldados de Salamina.
-Es una bendición tener un libro que te ha hecho conocido. ¿Qué mis otros libros son mejores o superiores? Qué importa, algo tendrá ese libro cuando la gente lo ha elegido como su favorito.

-Cambiando de tema, ¿cómo ha visto desde su contexto el movimiento #MeToo?
-La causa de la igualdad entre los hombres y las mujeres es la segunda más importante en este momento; la primera es que nos estamos cagando el puto planeta. Es un hecho evidente que las mujeres han sido esclavas de los hombres desde que el mundo es mundo, es una injusticia increíble. Sin embargo, hay algo que me preocupa, las causas hay que defenderlas bien. Yo soy ultra-feminista, maxi-feminista, feminista radical. Te voy a poner un ejemplo, si al señor Woody Allen lo han absuelto dos tribunales, es inocente porque una persona lo es hasta que se demuestre lo contrario, si esto se convierte en una cacería de brujas, en un linchamiento de todo aquel que no nos gusta, si todo aquel que resulta ser sospechoso es culpable, se arruinará esta causa y será un fracaso para todos.

-Nombra el caso de Allen, ¿pero la justicia se puede equivocar?
-Claro, la justicia se puede equivocar, pero quien no respeta las formas de una justicia democrática, no respeta a la justicia. En un sistema democrático solo soy culpable si me condenan. ¿Algún culpable puede salir ileso y libre? Por supuesto, pero es preferible que unos cuantos culpables escapen a que un solo inocente pague, eso sí es una atrocidad.

-¿Cómo ve la situación de España?
-En España hubo una crisis brutal en 2009, comparable a la que ocurrió en el año 1929, que generó el auge de los totalitarismos en Europa y desembocó en la Segunda Guerra Mundial. La crisis del 2009 ha provocado en toda Europa el surgimiento del nacional-populismo, que es una máscara posmoderna de lo que fue el fascismo, una manifestación de esto es Donald Trump. La historia nunca se repite, se repiten los errores que cometemos los seres humanos; de ahí que existan muchos paralelismos entre ambos períodos. En España se ha manifestado en la crisis catalana, y en Podemos, que ha llegado al poder muy domesticado, ahora son demócratas, ojalá se conviertan en verdaderos demócratas y se olviden de sus orígenes disparatados. Nosotros tenemos una gran ventaja, ya no somos españoles, somos europeos, la idea de una Europa unida es lo mejor que se nos ha ocurrido, la única utopía razonable, después de mil años matándonos, hemos decidido que vamos a colaborar entre nosotros. Por eso, en Europa no vamos a ir hacia el chavismo ni hacia nada que se le parezca.

-Usted estuvo hace cinco años en Venezuela.
-No voy hablar sobre Venezuela. Es muy obvio lo que está ocurriendo. No le voy a decir a los venezolanos qué es lo que pasa. Detesto a esa gente que va a mi país a decirme lo que está pasando.

-Y finalmente, ¿cómo es la ventana por donde mira Javier Cercas?
-Tengo acceso directo, aquí está delante de nosotros. Esta filtrada por las cosas que me interesan: la literatura, la filosofía, la historia, el cine. El mundo está aquí, ahora, no necesito una ventana.

@DulceMRamosR
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