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Big, mimo trotamundos

  • EDGAR MORENO-URIBE

14/02/2019 01:00 am

La intolerancia, o sea la falta de tolerancia en los ámbitos religiosos, sociales y sexuales, fue el tema escogido por el barquisimetano Victor Vargas para su debut profesional en el teatro, a una edad que no es precisamente para dar los primeros pasos en tan exigente y competida disciplina artística, para ese entonces estaba en los 40.

Lo conocimos, pues, en el teatro San Martín de Caracas, durante la temporada del 2007, con su pieza Mientras amanece, dirigida muy profesionalmente por Gonzalo Cubero y con las precisas de David Villegas y William Escalante, quienes escenificaron un estrujante drama sobre un asesinato cometido en un motel y además revelaron las historias íntimas de esos hombres involucrados en semejante crimen: un macho heterosexual mata a un amadamado gay porque le cobra “servicios prestados”, después de amanecer juntos.

Aquel novel dramaturgo nos declaró, en ese entonces, que “el racismo, la homofobia, la xenofobia y el genocidio, que es lo tratado en Mientras amanece, no son más que diferentes tipos de intolerancia. Han servido de excusa para hablar precisamente sobre la intolerancia, un tema que me preocupa en extremo. Los venezolanos, que tenemos fama mundial de afables y receptivos con aquellos que son diferentes, para mí es un cuento que tiene más de mito que de realidad, algo que me ha costado tragar desde siempre. Hemos estrenado el siglo XXI como una sociedad con niveles muy bajos de tolerancia, niveles casi alarmantes. Algo que debería llevarnos a la reflexión a todos”.

Victor, tras las normales repercusiones de aquel drama, calcado de la vida real, tomó las de Villadiego y con su esposa saltó a Madrid, y ahora desde esa urbe nos manifiesta que ha continuado escribiendo y haciendo literatura. “Desde que en 2003 decidiera abandonar mi profesión de informático y retomar mi vocación literaria no he dejado de hacerlo. Por ejemplo, sin ir más lejos, hace un par de semanas se lanzó en el mercado español mi más reciente novela titulada Me llaman Big. La ha publicado Huso Editorial (una edición cuidada y hermosa) y estimamos presentarla acá durante la segunda quincena del mes de febrero. En ella se relata la historia de un mimo que crea sus propios espectáculos para luego representarlos, de forma exclusiva, a niños en situación de riesgo en países que se encuentran inmersos en conflictos bélicos. Big, el nombre artístico del protagonista principal de la novela, es una especie de mimo trotamundos que va saltando de guerra en guerra con el fin de llevar un poco de alegría a los niños”.

Puntualiza que durante el año pasado también presentó su texto La naturaleza de las cosas (Ediciones Carena, 2018), un libro de relatos cuyos textos giran en torno a los objetos y la influencia que dichos objetos ejercen sobre la cotidianidad de los seres humanos. "El libro tuvo muy buena acogida, tanto en medios, lectores, así como en la crítica especializada. Y para cerrar mi respuesta a tu pregunta, en estos días me encuentro trabajando en lo que será mi próxima novela. Estoy apenas en la etapa preliminar, tomando algunas decisiones importantes antes de sentarme a escribir, pero el tema, el argumento y gran parte de lo que va a suceder en esta nueva obra los tengo bastante claros en mi cabeza. Quizá con lo que me encuentro ahora mismo luchando es con el tono que tendrá la novela. El tono es un elemento esencial y hasta que no lo tenga definido no puedo iniciar el proceso de escritura. Como has visto, la literatura continúa siendo parte importante de mi vida”.

¿Satisfecho? 
Qué puedo decirte… Por cuestiones de mi propia naturaleza me cuesta aceptar que estoy satisfecho al cien por ciento con lo que hago o he hecho. Siempre aspiro más. Así que dejémoslo en que estoy contento y entusiasmado con los resultados logrados.

¿Qué viene ahora?
 Ahora me toca promocionar a Me llaman Big. Parte de mi tiempo durante los próximos meses lo dedicaré a esta actividad. Luego haremos una pequeña gira por varias ciudades de España. Lo que sigue será intenso y es quizá la parte que menos me agrada del oficio de escribir, pero a la vez soy consciente de que en esta época el que un autor se involucre con la promoción de sus libros es esencial para darlos a conocer entre los lectores. Te confieso que yo preferiría utilizar ese tiempo para seguir creando, pero, insisto, es algo con lo que los autores debemos involucrarnos y que debemos comprometernos a hacer para dar a conocer nuestra obra.

¿Dónde dejó al teatro o el teatro lo abandonó? 
No. De ninguna manera. Ni yo he dejado al teatro ni él me ha abandonado a mí. Me costaría sacar mi vida adelante sin estar ligado de una u otra forma al teatro. De hecho la novela que acaban de publicarme tiene un lazo muy fuerte con el teatro. Si bien la última pieza que subí a mi web está fechada en 2014, no significa que desde entonces no haya creado nuevas obras. Aunque te confieso que sí hubo un pequeño parón de un par de años. Pero en 2017 y 2018 he retornado a la escritura teatral. Ahora mismo mantengo dos piezas reposando en el cajón de “cuarentena” para, en su momento, darles una revisión exhaustiva y posteriormente colgarlas en mi web. Además, me rondan en la cabeza nuevas ideas para crear al menos otras cinco piezas más. Solo necesito organizarme y encontrar el tiempo para sentarme a escribirlas. Permíteme añadir que el parón que tuve con la escritura teatral se debió en buena medida a que, en 2015, estrenamos un espectáculo con el que fuimos invitados a un festival de teatro en Medellín, después hicimos un par de temporadas en salas de teatro alternativas de Madrid y a esto siguió una gira por varias ciudades de España. Tuvimos ocasión de presentamos en lugares emblemáticos para las artes escénicas españolas como el Teatro Real Carlos III de Aranjuez o el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria. Te estoy hablando del montaje de Babyboom en el Paraíso, pieza de Ana Istarú que he dirigido, un espectáculo que conservamos en el repertorio de la compañía y con el que seguimos presentándonos de tanto en tanto en centros culturales de la Comunidad de Madrid gracias a nuestra alianza con una productora que ha asumido su distribución. La última función que dimos fue en octubre pasado y estamos en conversaciones para una posible función en Lanzarote el próximo mes de mayo. Estela Perdomo (la actriz que interpreta a la Ariana Morelli de la obra) y yo estamos muy contentos con el trabajo que hemos conseguido porque es un espectáculo que llega muy bien al espectador que viene a verlo; se ríe y conmueve a la vez que reflexiona sobre ese maravilloso misterio que es la maternidad.

¿O sea que el teatro sigue? 
Por supuesto que sí, mis piezas continúan produciéndose y estrenándose alrededor del mundo. Por estos días dos compañías trabajan en el montaje de dos de ellas: una en Chile y otra en Ecuador. Y me siento un gran afortunado por todo esto. 

¿Y Venezuela? 
Se todo lo que pasa en mi patria. Me preocupa. 

emorenouribe@gmail.com 
@EAMORENOURIBE
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