"Creemos en la diversión como una filosofía productiva"
Ambos coincidieron en el grupo teatral Skena y ahí, a partir del montaje de Esperando la carroza en 2009, comenzaron a trabajar juntos
CATHERINE MEDINA MARYS
Cuando adquirieron la oficina, ubicada en la planta superior del Sport Center de Santa Mónica, Daniel Dannery y Vladimir Sánchez llenaron el espacio con las pertenencias y herramientas de trabajo propias del oficio de cada uno. Daniel es cineasta, dramaturgo, actor y director de teatro. Vladimir posee una licenciatura en diseño de vestuario por la Universidad de Palermo. Ambos coincidieron en el grupo teatral Skena y ahí, a partir del montaje de Esperando la carroza en 2009, comenzaron a trabajar juntos.
Desempacando el microcosmos individual para crear uno en común, dio la casualidad de que Dannery llevó un ejemplar de la Historia de la fealdad, de Umberto Eco. Vladimir, en cambio, la Historia de la belleza, del mismo autor. Una metáfora que explica de manera perfecta la manera en la que ambos creadores crean y se relacionan entre sí.
"Suelo trabajar desde lo feo, desde lo azaroso. Me gusta trabajar desde lo que el error propicia. Vladimir tiene la posibilidad de convertir eso en algo bello", explica Dannery.
¿Cómo comenzó la aventura común? No lo recuerdan con exactitud. La mente de Dannery sugiere un recuerdo de Vladimir pintando telas para empapelar el escenario. "A mí me gusta recordar a la gente trabajando", explica.
De Skena no solo quedó la amistad, sino un tándem que firma éxitos de taquilla recientes como Rojo, del dramaturgo John Logan, I.D.I.O.T.A., original de Jordi Casanovas, y en la actualidad Las trenzas, o sobre la ausencia. De alguna manera esta sociedad se tradujo en el reconocimiento a Dannery con el Premio Marco Antonio Ettedgui por su labor como "artista multifacético"
En cada proyecto la mano de Dannery suele dirigir, mientras que la de Sánchez le da sentido estético. Han adaptado una filosofía lúdica: si no hay diversión, el trabajo no vale la pena. Sobre todo cuando se hace teatro en un país que no deja dividendos. "Creemos en la diversión como una filosofía productiva", afirman.
"Lo que me divierte de trabajar con Daniel es que coloca mi trabajo en una posición desafiante. Sus propuestas me emocionan porque me permiten explorar terrenos inexplorados", reflexiona Sánchez. Para uno, encontrar un compañero de aventuras. Para el otro, el fin no debe ser un impedimento para llevar a cabo una idea. "Las malas ideas son siempre una genial idea", resume el vestuarista como máxima de vida.