Rosana: “Vengo a regalar música y esperanza”
La cantautora canaria se presentará el 25 de enero en el Centro Cultural BOD con su espectáculo “Como en casa”, un concierto íntimo a pura voz y guitarra
Desde que irrumpió hace 20 años con uno de sus temas más populares, El talismán, Rosana se afianzó con un sello distintivo: el de la autenticidad. Cada canción de esta cantautora nativa de Lanzarote, Islas Canarias, transpira esa cualidad. Sus creaciones son historias que evocan episodios revestidos de verdad. Después de seis años sin venir, volveremos a disfrutar de su arte el próximo viernes 25 de enero, cuando en el Centro Cultural BOD presente su espectáculo Como en casa, un concierto íntimo de voz y guitarra a beneficio de Senos Ayuda, fundación de lucha contra el cáncer de mama, y Guerreros Azules, movimiento que lo hace contra la diabetes. En la conversación telefónica que sostuvimos con ella, dice que viene “con unas ganas locas de compartir en primera persona mi música con la gente”.
-¿Hay algo de Venezuela que le atraiga especialmente?
-Con Venezuela y el resto del mundo lo que más me atrae es la vida y lo que hace la gente con ella. Me gusta salir a pasear la calle y hablar con la gente sobre sus gustos, sus sabores y emociones. En definitiva la gente es la que hace el sitio. De Venezuela lo que más me gusta es el ser humano.
-¿Qué trae en su espectáculo, en un momento en que son escasas las figuras internacionales que nos visitan?
-Estamos en una gira y atacamos la última parte de ella con este encuentro a guitarra y voz en Venezuela, en donde la gente pida las canciones que quiera escuchar y yo se las canto. Ya hemos ido a otros sitios, pues tenemos varios años con Como en casa, que así se llama la presentación, cuya primera parte fue con la banda y esta última a guitarra y voz. De aquí seguiremos a Madrid, luego iremos a Estados Unidos y después a otros países. Es el momento idóneo para regalar música y esperanza.
-¿Qué la sensibiliza más de la situación que vive hoy Venezuela?
-Tengo una ignorancia brutal de lo que ocurre en Venezuela, pues la vida se puede contar de muchas maneras y cada quien la cuenta a su modo. Lo que estoy es con unas ganas locas de ir y compartir en primera persona mi música con la gente, como ha sido desde siempre, ya que la vida pasa antes por las emociones. El resumen de mi visita a Venezuela se resume a mi música y a la necesidad de compartirla. En este sentido puedo decirte que habrá algunas sorpresas.
-¿Sus canciones la reflejan tal como es?
-Mis canciones me reflejan de muchas maneras. En primera persona son un espejo directo, pero otras son historias que me han invadido y que quieren salir. No son nada planificadas, las siento pero no las pienso.
-¿Eso quiere decir que no tiene un momento determinado para componer?
-Normalmente, cuando termino una gira, no hago nada más que componer. Sin promociones ni conciertos que atender, se me abre la puerta para hacerlo. Y cuando estoy en este proceso no paro nunca. Y no me limito solamente a las doce o quince canciones de un disco, sino que escribo muchas más. Y en los momentos en que no me salen, paro y me voy al cine.
-¿Cómo asume la elección de las doce o quince canciones de un disco?
-Siempre hago la escogencia de la misma manera: va viniendo gente distinta a casa en diferentes días: amigos, familia o conocidos. A todos les canto la primera estrofa y el estribillo, luego de lo cual las votan con una puntuación del cero al cinco y entre los mejor puntuados elijo entre quince y veinte temas, los que siento más próximos.
-¿Algo que jamás se permitiría como cantautora?
-Mentir. Ni como cantautora ni como persona. Casi todo lo demás sí me lo permitiría.
-¿Tiene alguna, o algunas canciones, que considere su favorita?
-No, qué va, porque al final, lejos del tópico de que todas son como hijas de uno, cada una es una historia de algo propio. Privilegiar unas sobre otras sería como borrarlas de mi vida, Musicalmente soy quien soy por todo lo que he venido componiendo.
-¿Ha contabilizado cuántas canciones lleva escritas?
-Unas quinientas, entre editadas y sin editar.
-¿Compondría de nuevo para otros cantantes?
-Generalmente compongo para mí, pero soy dueña de una lista de deudas que tengo con varios compañeros que esta vez me propongo cumplir. Son muchos y de todos los lugares.
-¿Sus principales influencias musicales?
-Vengo de una familia de ocho hermanos, además de mi padre y mi madre. Cada uno tenía un cuarto separado y un gusto musical diferente. Soy la última y estoy hecha de retales a todos los niveles, entre ellos la música. A mi padre le gustaba el flamenco y el folklore, el tango y la ranchera. Mis hermanos se paseaban desde los Beatles hasta los Rolling Stones, pasando por Serrat, Sabina y Franco de Vita. Hay un abanico muy amplio del cual me he amamantado, que ha sido al final fiel reflejo de mi música, que no tiene un género único o exclusivo, pues hay bolero, reggae, rock y otros conceptos. Es el resumen de lo que ha sido mi vida.
-Usted dijo hace años que su vida es de un “alegre optimismo”, ¿sigue siendo así?
-Es algo sin remedio, va por la vena. Cuando algo viene en el ADN de uno, por más que a veces se nos enrede el camino, esto no cambia.
-¿Cuándo piensa volver a los estudios de grabación?
-No lo sé. Creo que hasta abril estaré de gira y a partir de allí me siento y empiezo a componer. Este proceso normalmente me lleva de ocho a nueve meses, ese es el promedio, por lo que este año seguro que no empezaré a grabar.
-¿Son sus canciones un tsunami o un remanso de paz?
-Son un tsunami que acaban en un remanso de paz…
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