Domingo Hindoyan se convirtió en el primer venezolano en alzar la batuta en la Ópera Metropolitana de Nueva York (MET), y el pasado 6 de octubre repitió la hazaña frente a la Lyric Opera of Chicago, dirigiendo la orquesta en la ópera La Bohème.
Nacido en Caracas hace 38 años, Hindoyan, quien hace uso artísticamente del apellido materno, es hijo del reconocido Domingo García, violinista y expresidente de la Orquesta Sinfónica de Venezuela.
A los 5 años inició sus estudios de violín en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, y a los 17 ingresó a la Sinfónica Juvenil de Chacao.
Luego se va a Europa a estudiar violín en el Conservatorio de Ginebra, pero, tal como se lo había advertido su padre, la dirección de orquesta se convirtió en su gran pasión.
Posteriormente se muda a Alemania, donde fue director invitado de la Ópera de Berlín y es nombrado primer asistente del argentino Daniel Baremboin en la temporada 2013/14, creándose una importante reputación como director de ópera.
Actualmente está radicado en Ginebra, Suiza, donde fundó un núcleo del Sistema, consciente de la importancia y el impacto social que esta institución tiene en los niños.
Su primer concierto profesional fue en 2009, con la orquesta de Cámara de Ginebra. "Ese día dirigí La danza galanta, de Kodály; el Concierto N° 25 para piano y orquesta, de Mozart; y la suite italiana Pulchinella, de Stravinski".
"A partir de allí comenzó todo lo que estoy viviendo ahora", agrega este venezolano que ha dirigido las orquestas Filarmónica de Londres, Radio Francia, la de Salzburgo, Lausanne, la Royal Scottish National Orchestra, la Orchestre de la Suisse Romande, la Basel Symphony Orchestra, la Orchestre Philharmonique Royal de Liège, la Orquesta de Valencia, la New Japan Philharmonic Orchestra y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, entre otras.
Y es que desde niño, siempre tuvo curiosidad por la figura del director y dice que nunca olvidará cuando, a los 14 años, el maestro Juan Cristóbal Palacios, de la Sinfónica Juvenil de Chacao le entregó la batuta por diez minutos para dirigir la Suite Peer Gynt, de Grieg.
"Ese momento me dejó marcado", afirma este director que, a pesar de su prestigio internacional, no olvida sus raíces:
"Mi historia latina siempre va a estar ahí. Mi música, mi temperamento, cada situación de vida afecta en mi desempeño, más lo estudiado y los conocimientos. Es un orgullo que somos muchos latinos en el mundo que compartimos podio con otros maestros y esa es la universalidad de la música clásica", señaló.
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