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María Gabriela de Faría, actriz

“Me encantaría teletransportarme, ese sería mi superpoder”

La intérprete venezolana encarna a Ángela Spica, la ingeniera, en "Superman", la relectura de "El hombre de acero" firmada por James Gunn

  • YOLIMER OBELMEJÍAS

13/07/2025 01:00 am

Y aunque en Superman (2025), de James Gunn, María Gabriela de Faría (Caracas, 1992) interpreta a Ángela Spica, la ingeniera, mitad humana, mitad máquina, en la vida real no es más que una mujer que puede acusar cansancio cuando suma más de 30 horas despierta cumpliendo compromisos promocionales y entrevistas para la nueva película de “El hombre de acero”.

Aun así, cuando se encienden las cámaras y los grabadores, la venezolana, con 23 años de trayectoria artística (que incluye en su haber el fenómeno latinoamericano llamado Isa TKM, 17 producciones televisivas y ocho para la pantalla grande), muestra su mejor cara y su mejor sonrisa al momento de iniciar la conversación, a sabiendas, que deberá responder muchas más, una vez esta concluya.

Además de actriz, De Faría es cantante y filántropa (Foto: DAVID CHRISTOPHER LEE)

Y como un ser de carne y hueso, le confesó a El Universal que, a lo largo de los seis meses de rodaje, lejos de dulces sueños, se repetía en su cabeza, una vez caía en brazos de Morfeo, una pesadilla recurrente, en la que no hablaba con el tono de voz correcto para la mala del Universo extendido de DC Comics.

-En la historia del cine contemporáneo, nunca una actriz venezolana dio vida a la villana en un largometraje de superhéroes, ¿qué significó ese reto para usted?
-Fue un regalazo espectacular poder hacer este personaje. Fue divertidísimo y súper retador básicamente porque lleva una parte importante de la acción de la película y eso era algo nuevo para mí. Antes de rodarla, no había hecho nada que tuviese tanta fisicalidad y fue durísimo al principio, pero la verdad es que ha sido de las cosas más divertidas que he hecho.

"No había hecho nada que tuviese tanta fisicalidad", dice la actriz sobre su personaje en Superman (CORTESÍA)

-Más allá de lo físico, ¿cuáles fueron los mayores retos que enfrentó para encarnar a Ángela Spica?
-Encontrar ese lugar medio entre que es un humano y una máquina también y cómo se comunican esas dos partes de ella, cómo se enfrenta a la vida, a los otros humanos y a las otras máquinas también; encontrar esa manera incluso de caminar, que no fuese tan orgánica; de hablar, la forma en la que el personaje habla es diferente a como hablo yo, tiene un tono de voz que es mucho más bajo que el mío, y poder mantener esa línea, que fuese consistente, fue lo que más me costó. Ángela es tan diferente a mí, en todo sentido, y poder representarla a través de los meses de rodaje fue retador. Por cierto, yo tenía una pesadilla recurrente, que era que estaba en el set y hablaba como yo, ¿sabes? Hablaba con mi tono de voz, que es súper agudo y, de repente, me despertaba y decía: “¡Ok!, ¡Es una pesadilla”, “Ok, María Gabriela, ¡No seas boba!”. Yo sé que es muy tonto, pero me acabo de acordar de esa pesadilla que tuve durante seis meses de rodaje.

-Como actriz, ¿cómo procesó el que la dirigiera James Gunn?
-He sido fan de James por muchos años; es decir, me encanta su humor, la manera en la que se acerca a los personajes, a las historias, soy fan de sus playlists en Spotify y cuando empecé a trabajar con él fue como “¡Wow! ¡Qué emoción!”, o sea, es un tipo que admiro tanto, que me parece tan talentoso y además, conocerlo personalmente y tener una relación con él ha sido un regalazo porque además es un hombre maravilloso y siento que se parece mucho a mí. Es súper inapropiado, súper grosero y yo soy súper grosera. Un poco antes de conocer a James hubo una parte de mí que me dijo: “Ay, María Gabriela, guárdate”, “Debes ser profesional”, y resulta que James es igual que yo y eso fue tan refrescante y liberador. Él nos dio la libertad de llevar esos rasgos a los personajes, a David Corenswet (Superman), a la ingeniera, que fuimos un poco más atrevidos en las decisiones que tomábamos, porque él nos lo permitió, ni siquiera para nuestros roles, sino para nosotros como personas.

-En esta ocasión, interpretó a la mala, pero si tuviese la posibilidad de pedirle al Universo que le concediera un superpoder, ¿cuál sería?
-¡Ah! Yo creo que teletransportarme porque viajar está candela y ya estoy como saturada. Viajo mucho por trabajo y ¡Wow!, ¡Se pierde tiempo! Y, más allá de eso, porque me encantaría teletransportarme cuando yo quisiera ir a casa de mis papás y cenar con ellos, llegar a su restaurante y estar ahí. Y si bien es cierto, estoy en Los Ángeles por decisión propia, me encantaría poder estar cerca de mis afectos. Estoy lejos de casa y siempre existe ese dolor de patria y por patria quiero decir Venezuela, quiero decir mi familia y quiero decir mis amigos. Me encantaría teletransportarme, ese sería mi superpoder.
@yolilu





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