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A CONTROL REMOTO

En honor a Juan Vicente

El 20 de febrero se estarán cumpliendo 108 años del nacimiento del notable compositor venezolano, que dejó un significativo legado de historias, canciones y recuerdos

  • AQUILINO JOSÉ MATA

16/02/2025 01:00 am

El próximo jueves, 20 de febrero, se estarán cumpliendo 108 años del nacimiento de Juan Vicente Torrealba, el maestro del arpa, quien saltó a la estelaridad al concebir un estilo de canciones que se nutrieron de la música del llano, pero revestidas de un cautivante sonido estilizado de reminiscencias urbanas. Aunque creció y vivió su infancia y adolescencia en el llano, nació en Caracas. “Mi familia venía a la capital a pasar cortas temporadas y en una de ellas nací yo, entre las esquinas de Tejar y Rosario. A los ocho meses me llevaron al llano, al hato Banco Largo, cerca de Camaguán, propiedad de mi familia”, nos contó en una de las tantas ocasiones que conversamos, pues tuve el privilegio de ser su amigo. Años después, lo mandaron de nuevo a la capital a estudiar. “Pero no aprendí nada, yo llegué hasta quinto grado. Luego me llevaron para el hato y mientras mi hermano mayor se ocupaba del ganado, yo preparaba a los caballos. Además, aprendí a tocar la guitarra”.

Así estuvo hasta 1948, cuando decidió venir a su ciudad natal, “con la finalidad de hacerme una economía propia, pues lo que producíamos en el hato era de varios hermanos”. Empecé en 1949 en Radio Nacional, tocando guitarra. Interpretaba música llanera y valses tradicionales. Allí conocí a María Luisa Escobar, compositora y encargada de las relaciones públicas de la radio. Ella me dijo: “Su música es muy bonita profesor, pero usted debe darla a conocer”. Entonces me regaló un acetato de 12 pulgadas y dio la orden para que grabara esa noche lo que yo quisiera. Me llevé a mi hermano Arturo y a mi hijo Santana Torrealba, que tenía 9 años. Toqué un pajarillo y un carnaval instrumental. Allí nacieron Los Torrealberos”.

Por consejo de la misma María Luisa Escobar, decidió dejar la guitarra por el arpa. “Ella me convenció de que la música que hacía lo lógico era que se tocara con este instrumento. Había dejado un arpa en el hato Banco Largo y la fui a buscar. Aprendí a tocarla sobre la marcha, fui mi propio maestro y así afloraron las composiciones que luego serían populares. Una de mis primeras creaciones fue Concierto en la llanura. Después vinieron las cantadas, popularizadas por Mario Suárez, Rafael Montaño, Magdalena Sánchez y Héctor Cabrera, títulos como Rosa Angelina, Desilusión, La potranca zaina, Muchacha de ojazos negros, Sabaneando y Solo con las estrellas. Los años 50 fueron míos con esas canciones. Cuando empecé no sabía hacer letras, por lo que tuve la colaboración de Germán Fleitas Beroes, que era de Camaguán y tenía la misma visión del llano que yo. Entre otras, él escribió Guayanesa y Esteros de Camaguán. A Ernesto Luis Rodríguez, que era un poeta fabuloso, también lo utilicé. Cuando compuse Valencia recurrí a él para la letra. Y también escribió Rosario, Por el camino real y Junto al jagüey.

-¿Una de tus grandes satisfacciones?
-Haber recibido en 2015 el premio Grammy Latino como reconocimiento a mi trayectoria.

Fallecido el 2 de mayo de 2019, a los 102 años, Juan Vicente Torrealba dejó un apreciable legado de canciones que testimonian su fructífera y valiosa obra.
@aquilinojmata





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