Después de más de 50 años de actividad artística ininterrumpida, Rudy Márquez falleció dejando tras de sí una trayectoria sólida, ya no solamente como cantante, sino también como compositor, productor e impulsor de jóvenes talentos. Formó parte de una generación artística, la de comienzos de la década de los años 60, que aportó estrellas de la música de la estatura de Henry Stephen, José Luis Rodríguez, Cherry Navarro, María Teresa Chacín, Chelique Sarabia, Trino Mora, Mirla, Simón Díaz y Hugo Blanco, entre otras, y a exponentes del rock venezolano, como Los Supersónicos, Los Darts y Los Impala, grupo del que formó parte. Empezó a cantar en 1960 con un grupo llamado Los Demonios del Rock y tras esa primera incursión, ingresa a Los Dangers, en la misma época en que Chelique Sarabia empezó a producir un programa en Radio Caracas Televisión llamado Club Musical, con Los Supersónicos como grupo base. Después empezaron a llamar a otros conjuntos y contrataron a Los Dangers y después a Los Impala, de Maracaibo. Pero un día Venevisión llama a Henry Stephen, entonces cantante de Los Impala, y le hacen una oferta para lanzarlo como solista, por lo que el resto del grupo asumió que aceptaría y llamaron a Rudy para reemplazarlo.

Pero Henry no se fue y Los Impala quedó con dos cantantes. Así siguieron hasta que Sandra Lebroq, la coreógrafa de Renny Ottolina, decidió ser su mánager y les consiguió una casa disquera para llevarlos a España. De esta manera, el 16 de septiembre de 1966 estaban rumbo a la madre patria. Allí estuvieron cuatro años, hasta que deciden regresar ya con la disposición de separarse. Sin grupo y sin proyectos inmediatos como cantante, lo llaman para producir, junto a Edgar Alexander, a artistas emergentes, como Víctor Gámez, ex solista de Los Darts. También creó a los Tres Tristes Tigres, que resultaron un suceso con las versiones al español de los éxitos del británico Gilbert O’ Sullivan, Solo otra vez y Matrimonio. Y como las cifras de difusión y ventas del rock entonces no eran tan altas, su disquera lo lanzó como vocalista romántico. Fue todo un suceso con su tema debut, Háblame suavemente, tema musical de la película El Padrino. En la disquera le dijeron que ese era el camino que tenía que seguir. A partir de entonces su carrera despegó significativamente con numerosas giras nacionales e internacionales, acompañadas de la grabación de discos que no tardaban en figurar entre los más difundidos y vendidos.

Rudy nunca dejaba de hablar de aquellos comienzos en el rock, e inclusive en años más recientes participaba, entusiasta y devotamente, en shows nostálgicos que evocaban esa época, con artistas como Carlos Moreán, María Teresa Chacín, Jorge Chapellin ex solista de los 007 e inclusive con Los Impala, que llegaron a reagruparse para una gira nacional que resultó todo un suceso. Hoy lo recordamos por el legado que dejó en la música, donde destacó con particular brillo.
@aquilinojmata