A CONTROL REMOTO
En honor a Aldemaro, María Rivas y Alberto Naranjo
Músicos y cantantes de distintas generaciones, exponentes del jazz y el pop nacional, se reunieron en un concierto-tributo para celebrar la vida y el legado de tres de las más emblemáticas e influyentes luminarias de la música popular
Tres nombres emblemáticos, de poderoso peso específico y arraigo en la historia de la música popular en Venezuela son, sin ninguna duda, los de Aldemaro Romero, María Rivas y Alberto Naranjo. En honor a este trío de notables artistas se celebró un brillante concierto-tributo, que por iniciativa del promotor artístico Enzo Espósito, tuvo lugar el pasado 21 de septiembre, Día Mundial de la Paz, en la plaza central del Centro Comercial San Ignacio. Fue una muy lucida celebración de la vida y legado del genio creador de la Onda Nueva, de la intérprete de El Manduco y del director del Trabuco Venezolano.
Una sobresaliente banda de jóvenes músicos de la cantera del Sistema, bajo la dirección del maestro Javier Josué Pinto, que para la ocasión estrenaban la Alna Jazz Orquesta, formación que homenajea al maestro Alberto Naranjo (las dos primeras letras de su nombre y apellido forman parte de su denominación) acompañó al destacado grupo de vocalistas participantes. Vale decir que esta formación le hace franco honor al fallecido creador del Trabuco Venezolano, por la apreciable y consistente calidad que imprimió a todas y cada una de sus ejecuciones.
El plantel de cantantes emergentes, a juzgar por su cabal desempeño, fue seleccionado entre lo más descollante de la nueva generación del jazz nacional. Lo integraron Valentina Becerra, Bárbara Lauro, Lucía González, Deilyn Uzcátegui, Manu Moreno y Roniel Centeno, quienes alternaron con invitados especiales de la generación intermedia de la estatura de la gran Hana Kobayashi, Dhamaris Rangel, voz principal de la Simón Bolívar Big Band Jazz; Mona Kaló, vocalista de la orquesta Los Melódicos, y Annaé Torrealba, quien cerró el concierto con una versión fuera de serie de Rosario, la inmortal canción compuesta por su abuelo, Juan Vicente Torrealba.
Ninguno de los participantes, emergentes y veteranos, deslució para nada. Y es que una de las fortalezas de este inolvidable concierto fue precisamente la coherencia en cuanto a su impecable buen hacer, se trató de un grupo parejo cuyas cualidades vocales e interpretativas la nutrida audiencia premiaba con repetidos aplausos y ovaciones.
Vale resaltar que buena parte del repertorio que se interpretó allí fue el del disco Muaré (1996), el último grabado por la cantante María Rivas, con arreglos de Alberto Naranjo. En la preparación de este álbum quedaron tres arreglos inéditos, que ni se tocaron ni se grabaron en su momento: el de Oh bebado equilibrista, con el que abrió el concierto la cantante Valentina Becerra; el de Cómo lo haces tú, del maestro Aldemaro Romero, que cantó Mona Caló, y el de Georgia on my Mind, que interpretó Hana Kobayashi en uno de los grandes momentos de un espectáculo en el cual no hubo baches ni fisuras.
Este Tributo a tres grandes, que con muy buen sentido organizó Enzo Espósito, debería servir de aliciente para presentar periódicamente eventos similares, utilizando como materia prima a los talentos emergentes, que en materia musical constituyen una cantera estimable y numerosa. Es la manera de darle exposición a los futuros herederos artísticos de Aldemaro Romero, María Rivas y Alberto Naranjo.
@aquilinojmata
Una sobresaliente banda de jóvenes músicos de la cantera del Sistema, bajo la dirección del maestro Javier Josué Pinto, que para la ocasión estrenaban la Alna Jazz Orquesta, formación que homenajea al maestro Alberto Naranjo (las dos primeras letras de su nombre y apellido forman parte de su denominación) acompañó al destacado grupo de vocalistas participantes. Vale decir que esta formación le hace franco honor al fallecido creador del Trabuco Venezolano, por la apreciable y consistente calidad que imprimió a todas y cada una de sus ejecuciones.
El plantel de cantantes emergentes, a juzgar por su cabal desempeño, fue seleccionado entre lo más descollante de la nueva generación del jazz nacional. Lo integraron Valentina Becerra, Bárbara Lauro, Lucía González, Deilyn Uzcátegui, Manu Moreno y Roniel Centeno, quienes alternaron con invitados especiales de la generación intermedia de la estatura de la gran Hana Kobayashi, Dhamaris Rangel, voz principal de la Simón Bolívar Big Band Jazz; Mona Kaló, vocalista de la orquesta Los Melódicos, y Annaé Torrealba, quien cerró el concierto con una versión fuera de serie de Rosario, la inmortal canción compuesta por su abuelo, Juan Vicente Torrealba.
Ninguno de los participantes, emergentes y veteranos, deslució para nada. Y es que una de las fortalezas de este inolvidable concierto fue precisamente la coherencia en cuanto a su impecable buen hacer, se trató de un grupo parejo cuyas cualidades vocales e interpretativas la nutrida audiencia premiaba con repetidos aplausos y ovaciones.
Vale resaltar que buena parte del repertorio que se interpretó allí fue el del disco Muaré (1996), el último grabado por la cantante María Rivas, con arreglos de Alberto Naranjo. En la preparación de este álbum quedaron tres arreglos inéditos, que ni se tocaron ni se grabaron en su momento: el de Oh bebado equilibrista, con el que abrió el concierto la cantante Valentina Becerra; el de Cómo lo haces tú, del maestro Aldemaro Romero, que cantó Mona Caló, y el de Georgia on my Mind, que interpretó Hana Kobayashi en uno de los grandes momentos de un espectáculo en el cual no hubo baches ni fisuras.
Este Tributo a tres grandes, que con muy buen sentido organizó Enzo Espósito, debería servir de aliciente para presentar periódicamente eventos similares, utilizando como materia prima a los talentos emergentes, que en materia musical constituyen una cantera estimable y numerosa. Es la manera de darle exposición a los futuros herederos artísticos de Aldemaro Romero, María Rivas y Alberto Naranjo.
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