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John Petrizzelli: “La escritura necesita un compromiso con el planeta acosado por el hombre”

En su más reciente libro, "Los oficios", publicado por Lector Cómplice, el periodista, cineasta y escritor aborda la narración neofantástica

  • MARITZA JIMÉNEZ

05/05/2024 01:00 am

“Para mí, cada película, corto o largo, y cada libro, es una aventura diferente. Quizás soy un poco camaleónico y puedo cambiar de interés o de tema fácilmente. En Los oficios, publicado por Lector Cómplice gracias al tesón de Les Quintero, vuelvo al cuento después de muchos años de mi primer libro, Negro lógico, que más bien se trataba de narrativa experimental”.

Con estas palabras se refiere el cineasta, fotógrafo y escritor John Petrizzelli (Caracas, 1956), al libro que lo trae de regreso a Venezuela y en el que, después del abordaje poético de El conjuro de los cardos, asume el recurso de la narrativa en ocho relatos en los que el elemento neofantástico es una herramienta crítica para poner en entredicho los límites de lo real.

Periodista egresado de la UCAB, se formó como cineasta en la Universidad de Nueva York y en 1979 empezó una carrera que le ha deparado más de 20 premios internacionales; una carrera caracterizada por su óptica personal en el documental sobre raíces culturales, y la ficción sobre personajes marginales y procesos históricos.

Al mismo tiempo ha cultivado la literatura desde los años 70, cuando formó parte de talleres literarios como La Gaveta Ilustrada y Calicanto, donde reconoce a la escritora Antonia Palacios como una influencia literaria y vital determinante.

En 1978 publica su primer libro Negro lógico, del que salen algunos cortometrajes. En 2018 incursiona de nuevo en el mundo literario con Historias para las posibilidades del músculo, recopilación de cuentos breves y fragmentos en prosa poética. En El conjuro de los cardos (2020) reúne fotografías y textos de sus diarios de viaje por el mundo a lo largo de 30 años.

“Quedé muy satisfecho con El conjuro de los cardos, afirma, “pero en Los oficios decidí emprender otra línea de escritura. Quería contar a través de diversos personajes experiencias en las que estos relataran sus vivencias desde la perspectiva de sus oficios. Una monja de clausura, un vendedor de bienes raíces, un peluquero, un capitán de barco y otros personajes nos hablan de situaciones relacionadas con sus trabajos que desembocan en lo absurdo o lo fantástico, pero que asumimos como reales por la manera en que nos las cuentan”.

-Son personajes que responden a ciertas características: clase media, outsiders, observadores. ¿Cómo los escoge y por qué Los oficios?
-Los escogí porque me permitían moverme en diferentes ambientes, en su mayoría urbanos, pero que incluyen también el mar. Decidí hacer un intento de desdoblarme en estos narradores oficiantes para, desde un lenguaje muy concreto, hacer creíble lo que pudiera parecer sorprendente. En esas descripciones de los hechos, la realidad gira hacia la fantasía o lo imposible, asomando otra dimensión que se da por sentada de parte de los narradores. La narración aquí pretende ser lo más realista posible, utilizando el lenguaje que me parecía más adecuado a cada oficio. Por eso no asume ningún vuelo lírico ni usa la metáfora para expresarse.

Destaca, como un elemento importante, “la crítica social a los ambientes donde transitan los oficiantes”: “Los animales, por ejemplo, cobran gran importancia en muchas de las historias, respondiendo a una idea que tengo desde la pandemia, la cual he desarrollado en varios de estos cuentos: los animales volverán pronto a recuperar su espacio en el planeta cuando nosotros pensemos haberlo destruido todo”.

 

 
Imágenes de la película de Petrizzelli, Cosas de casa, actualmente en producción (CORTESÍA)

-¿Cómo influye su experiencia como cineasta y fotógrafo en la construcción de sus ambientes y personajes?
-El ser cineasta me permite ver estas historias como películas, en las cuales los puntos de giro nos llevan a unos finales sorprendentes. Es una estrategia que está presente en todos estos cuentos, uno de los cuales ya llevé al cine. Se trata de The English Lessons, o Las lecciones de inglés, la historia de un profesor de inglés online que se tropieza con una alumna sorprendente por su naturaleza, que cambiará su vida para siempre. Llevarla al cine no fue difícil, porque son relatos fundamentalmente visuales donde se describen eventos, más que meditar o elucubrar sobre ellos. Esta película estará lista pronto y esperamos competir en diferentes festivales internacionales antes de traerla al país.

-Como escritor, ¿qué se propone John Petrizzelli?
-La escritura necesita un compromiso con el planeta acosado por el hombre y su codicia y en vías de desaparición. Esa militancia para denunciar lo que sucede me lleva por caminos narrativos donde, a través de la sátira o el absurdo, me ocupo a mi manera de criticar a la sociedad actual.

-¿Qué ha pasado con la película de anunció el año pasado?
-Cosas de casa, mi último trabajo de largometraje, que he estado filmando con la fotografía de los hermanos Luis y Andrés Rodríguez y el sonido de Josué Saavedra, ha sido difícil, porque he tenido que trabajar sin financiamiento, solo con la buena voluntad de actores y técnicos. En este viaje he logrado completar ya 50% de la producción, y espero editar un trabajo en construcción (work in progress) para culminarlo a finales de año.

En ella aborda una situación muy de la Venezuela de hoy: “La historia de casas abandonadas de la gran burguesía que yacen en ruinas, o simplemente cerradas a calicanto, en las cuales se incorporan fantasmas del pasado, principalmente el personal doméstico como criadas, cocineras, choferes y mayordomos, en contrapunto permanente con los espectros de los dueños de casa. Estos fantasmas se incorporan para contar historias de su cotidianidad que pueden resultar absurdas o macondianas, como es nuestro país”.

-Hace más de 30 años salió del país, y ha vivido prácticamente en el mundo entero. ¿Por qué siempre regresa a Venezuela?
-Uno nunca puede borrar sus orígenes, y aquí es maravilloso trabajar en el mundo cultural. Todavía se puede trabajar en equipos donde la gente cree en los proyectos más allá de lo individual, y la prueba es el trabajo que estoy haciendo actualmente aquí con Cosas de casa. Quizás en Europa el individualismo ha acentuado las diferencias creativas y se trabaja menos en equipo. Por todo eso, estoy profundamente agradecido con Venezuela.
@weykapu




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