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Malu Valerio dialoga con las recetas de cocina de Antonieta Sosa

La exposición "El tiempo se diluye", que se presenta en la galería ABRA del Centro de Arte Los Galpones, es un reconocimiento a una de las pioneras del arte conceptual en el país

  • MARITZA JIMÉNEZ

12/03/2023 01:00 am

¿Qué ocurre en lo interno de los hogares de las mujeres artistas? La pregunta da base a El tiempo se diluye. Un diálogo con el archivo de cocina de Antonieta Sosa, emprendido por Malu Valerio (Cumaná, 1982), una creadora “artivista post feminista” animada por la búsqueda de “iluminar” áreas menos visibles, como “lo cotidiano, lo doméstico, lo silenciado, lo oculto, especialmente en la vida de las mujeres”.

La muestra, una instalación interdisciplinaria que tiene lugar hasta el 2 de abril en el galpón 9 de la galería ABRA (Centro de Arte Los Galpones, de Los Chorros), constituye una inmersión en la vida íntima de esta artista pionera del arte corporal en Venezuela, hoy aquejada por la demencia senil, a través de sus cuadernos de recetas culinarias, en cuyas anotaciones al margen, con los nombres de otros artistas y momentos, podemos acercarnos a registros de vida de casi cuatro décadas del arte de nuestro país.

Valerio se aproxima a Sosa desde su archivo de recetas de cocina (CORTESÍA GALERÍA ABRA)  

En sala, el mantel, servilletas, fotografías de las páginas y dibujos, todo en azul, color que para Valerio, con profunda formación en el área de la fibra y el textil, simboliza “el agua, la sopa y el tema de la salud mental, que en el caso de Antonieta Sosa es muy importante”, reconstruyen el ambiente íntimo de la casa, reproduciendo en imágenes la experiencia compartida de preparación de una de sus recetas.

A un lado, un video juvenil de Sosa en una de sus reconocidas performances de los años 70, y al extremo una reproducción de su Anto 163cm, el tamaño de su cuerpo propuesto como una unidad de medida, mientras una pintura de Malu Valerio, la única en el conjunto, deja ver un detalle de sus manos.

Consultada sobre las razones de la escogencia de la obra de Sosa para este trabajo, Valerio recuerda que Cas(A)nto, presentada en el Museo de Bellas Artes en 1998 -justo cuando inició su preparación artística-, significó un antes y un después en su proceso de formación. Posteriormente la artista formó parte del jurado calificador de su tesis de grado. “Allí fue clave nuestro diálogo, que recuerdo con gran estima”, afirma.

“Al momento de ejecutar este proyecto –continúa-, sabía que tenía que escoger a una artista venezolana con quién dialogar y decidí trabajar con su archivo, aunque aún no sabía que iba a hallar sus cuadernos de recetas, pero sí que quería enfocarme en el interés de ella por lo doméstico, y que quería explorar ámbitos menos conocidos de su práctica artística, por lo que el hallazgo de esto cuadernos de recetas fue de gran significancia. Encontrar en los cuadernos de recetas referencias a personas y eventos del arte y la cultura del país, me permitió pensar en cómo algo tan cotidiano y ‘marginal’ como la comida, contiene en sí la sustancia suficiente para que volteemos a ver y revalorizar el acto de comer en su amplitud y hondura”.

Para la artista, el azul simboliza "el agua, la sopa y el tema de la salud mental" (CORTESÍA GALERÍA ABRA)

Protagonista y testigo de las búsquedas espirituales de sus padres, que la llevaron a vivir en su infancia en la Gran Sabana y a recorrer el Camino de los Libertadores por todo el continente, Valerio vivió experiencias que, dice, le enseñaron a valorar otras culturas y visiones, y a indagar “más allá de los márgenes”.

“Me interesa acercarme desde un lugar excéntrico, alejado de los focos, procurando hallar asociaciones y nexos que expandan otras posibilidades y lecturas, mirando con frecuencia lo cotidiano, lo doméstico, lo silenciado, lo oculto, especialmente en la vida de las mujeres. Para mí el arte es una activación, una pregunta, un estímulo a la duda que lo lleva a uno a moverse de lugar, a cambiar ideas fijas y a jugar a ser otras o a situarnos en el lugar de otras personas”.

-¿Cómo define el “post feminismo” y cómo se ubica en él?
-Existen diversas “olas” dentro del llamado movimiento feminista. Las revisiones más recientes hacen crítica interna al movimiento en sí mismo, sacuden sus bases y empujan a soltar ideas estancas. La crítica interna a las contradicciones que el mismo movimiento encarna, a las omisiones y a las grandes ausencias que el movimiento feminista manifiesta, hacen que este se amplíe, se flexibilice de alguna manera y reconsidere posturas radicales que en lugar de sumar, han dividido y debilitado al movimiento. Me considero una feminista crítica, flexible y afín al diálogo, a la construcción colectiva, a la acción de calle, pero también defensora de mi intimidad, del silencio, de la pausa y la lentitud, desde los oficios creativos que ejerzo, que vistos desde la óptica del feminismo radical podrían considerarse antifeministas. Por ejemplo, decido revisar el espacio doméstico, no para desmontarlo ni demolerlo, sino para hacerlo visible, valorizarlo e invitar a otras personas a ver su propio entorno inmediato desde una perspectiva integrada y analítica.

-¿Artivista ecofeminista?
-El artivismo es un neologismo que une los conceptos arte y activismo, donde el arte es una herramienta para dialogar acerca de temáticas o problemáticas diversas, con énfasis en el entorno natural, el medio ambiente, la crisis ecológica y la afectación a comunidades vulnerables, donde son las mujeres y niñas quienes cargan con mayor parte de la afectación al ser desplazadas, violentadas, traficadas, esclavizadas, explotadas, a la vez que procuran proteger su entorno, preservar sus traiciones y cultura, cuidar la vida, no solo humana, sino de otras especies y animales, y también vegetales; es decir, con una conciencia ecofeminista.

La historia de esta propuesta comenzó en 2020, cuando Valerio fue invitada por el Instituto Goethe de Bolivia a participar junto a grupo de mujeres artistas del continente en El Siglo de las Mujeres, un diálogo “a distancia” que se concretó, por iniciativa suya, en “Hacer la sopa, cuaderno de recetas”, cinco cuadernillos que permitieron a las participantes “visibilizar qué ocurre en lo interno de los hogares de mujeres creadoras en este tiemponotiempo”.
@weykapu



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