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María Elena Morán: “Cuando hablo de realismo, incluyo en él el paisaje mental”

Su novela "Volver a cuándo", ganadora del Premio Café Gijón y recién publicada en España por Ediciones Siruela, narra con acento maracucho el drama de Venezuela

  • MARITZA JIMÉNEZ

19/02/2023 01:00 am

“Desde que empecé a pensar en los personajes, supe que trabajaría el habla maracucha”, afirma María Elena Morán acerca de uno de los rasgos estilísticos que más llamó la atención del jurado que otorgó el prestigioso premio Café Gijón en España a su novela Volver a cuándo, una “exploración íntima y familiar” de la crisis de la Venezuela de las últimas décadas, y que acaba de publicar en España Ediciones Siruela.

En ella, la escritora hace gala de "una escritura coloquial, de gran musicalidad y con hallazgos expresivos muy sugerentes", afirmó el jurado, en el veredicto que reconoció en la segunda novela de esta joven periodista, guionista y narradora zuliana “una obra de extraordinaria calidad literaria”.

Volver a cuándo no es una historia más de la diáspora, sino un relato “escrito con honestidad” sobre el desengaño de quienes alguna vez creyeron en el proceso de transformación del país. En ella, Nina, su protagonista, una joven venezolana, emigra a Brasil en busca de un futuro más prometedor, dejando en Venezuela a su hija y su madre, pero también al padre de la niña, símbolo de la autocracia y el poder.

-¿Cómo se vincula su familia con la revolución, y luego, por qué el distanciamiento?
-La vinculación de mi familia con la revolución es la de gente que creyó en la promesa, y quiso construirla desde los lugares que ocupaban como profesores universitarios, estudiantes, artistas. Ciudadanos que, aun sin cargos o conexiones directas, participaron activamente de ella en alguna medida. En mi familia el desencanto y el desprendimiento fueron tomándonos poco a poco, a medida que la asfixia a la democracia iba apareciendo más y más evidente en el horizonte. Esto es hablando de mi familia nuclear (papá, madre y hermana), pues en la familia extendida la relación con la revolución de una forma general no era de apoyo.

Nació en Maracaibo en 1985, bajo el signo de sagitario. Graduada en Comunicación Social en la Universidad del Zulia (2007), reside actualmente en Sao Paulo. Estudió Guion Cinematográfico en la EICTV de Cuba y en 2022 obtuvo Magister y Doctorado en Escritura Creativa por la Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul, Brasil. Tiene cuentos en diversas antologías y revistas, y su primera novela, Los continentes del adentro, fue publicada en Brasil (Zouk, 2021) y España (Ménades Editorial, 2021).

Aunque se valió de acontecimientos históricos e historias reales tomadas en préstamo para la ficción, su novela no es exactamente autobiográfica, explica a propósito de cierta confusión circulante entre ella y su personaje.

“Siempre hay algo nuestro en cada personaje y, en el caso de Nina, hay mucho de mí, pero no tanto con relación a su situación o a la trama que ella vive, sino a ciertos trazos de personalidad. Comparto con Nina algunas características, como la resistencia a pedir ayuda, la terquedad, la impulsividad y el hecho de que ambas nos asentamos en Porto Alegre, Brasil, pero nuestras circunstancias son completamente diferentes”.

En Camilo, el personaje masculino de la novela, “se concentra la mayor crítica, pero también es quien atraviesa el dilema más grande. Al mismo tiempo que actúa de esa forma manipuladora, medio golpista, sufre siendo esa persona en la que se ha convertido. Es una especie de villano que sabe que lo es, pero desearía no serlo”.

 
La primera novela de Morán se titula Los continentes del adentro (RAFAEL TRINDADE)

La incorporación del “habla maracucha” a su novela, afirma, “es una cuestión de pertenencia, de reivindicación de su valor en lo lingüístico y en lo cultural, pero también es, para mí, una cuestión de verosimilitud. Mis personajes buscan ser realistas y, como tales, tienen un contexto muy específico, delimitado en tiempo, espacio, condición socioeconómica. Todos mis narradores tienen focalización interna; es decir, que narran desde la cabeza de los personajes o muy cerquita de ellos, siendo así, ¿cómo hablar de otra forma? Por otro lado, esa elección del maracucho también me resultaba muy interesante en términos de la "plasticidad" que tiene. Creo que una parte del ritmo y de la musicalidad que tiene el libro vienen de ahí”.

-Periodista, guionista, novelista… ¿poeta?
-Estudié periodismo pero nunca lo ejercí. Escribo un poema una vez por cuaresma, y a veces ni eso; escribo guiones porque es la forma más estimulante de pagar las cuentas y porque es un buen entrenamiento para la literatura: fugas para no admitir que el sueño era ser novelista y ahora parece que lo soy.

-¿Por qué Brasil?
-En los primeros semestres, estudiando periodismo audiovisual en LUZ, me di cuenta de que me interesaba más la ficción. Entonces fui acercándome más a ella por la vía del cine, porque no me atrevía a pensar en la literatura, que me parecía una cosa inmensa, que solo unos pocos tenían el talento y la capacidad para escribir.

“Luego, de 2009 a 2012 estudié guion en la EICTV, en Cuba, donde conocí a mi compañero, Rafael, brasileño, que estaba estudiando dirección de fotografía. Nos enamoramos y, al final de los tres años de la escuela, decidimos irnos juntos para Brasil, donde el panorama parecía más promisor (y de hecho lo fue). Allá comencé a participar en talleres literarios, supuestamente para mejorar mi portugués, y ese fue el empujón que necesitaba para comenzar a escribir literatura. Hice una Maestría y un Doctorado en Escritura Creativa, durante el cual trabajé Volver a cuándo como tesis, y aquí estamos. En conclusión, llegué a Brasil por una historia de amor y, casi como de ñapa, me vino la valentía para la literatura”, agrega.

Volver a cuándo ha servido, en cierto modo, para revelar la existencia de la primera producción literaria de Morán, que, aunque publicada en español y portugués, tuvo escasa divulgación en su momento.

-Los continentes del adentro es, teóricamente hablando, una novela realista, pues todo lo que en ella puede haber de fantástico tiene una explicación realista, que es el sufrimiento psíquico. Sin embargo, la sensación de lectura escapa al rigor de las clasificaciones teóricas y creo que el universo delirante es una de las características que más llama la atención del libro. Ya en Volver a cuándo hay un personaje fantasma que anda por allí, en un más allá, queriendo interferir en ese catastrófico “más acá” llamado Maracaibo de 2019.

“Entonces soy algo así como una realista de amplio espectro o una realista flexible. Tal vez soy pseudorrealista o medio fantástica. Me gustaría ser realmaravillosa. En todo caso, creo que quise ser una infrarrealista a lo Bolaño y terminé siendo una panrealista. Ya fuera de juego, creo que lo que importa es decir que, cuando hablo de realismo, incluyo en él el paisaje mental, con sus devaneos, sueños y memorias como partes indisociables, y quizás eso explique mucho”, comenta Morán.

-Ha dicho que está pensando en presentar su novela en Venezuela, en darle forma cinematográfica.
-Por ahora esos son apenas deseos dichos en voz alta. Quiero presentar la novela en Venezuela, pero tendré que entender cómo organizarlo, pues la distribución y venta de libros son asuntos complicados en nuestro país. Ya una adaptación cinematográfica es el sueño de todo escritor, imagínate el de una escritora que también es guionista... Pero el libro está circulando hace menos de dos semanas. Creo que es un poco prematuro entregarme a esas ganas delirantes.
@weykapu



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