FERNANDO BRACHO BRACHO
MIRADA EXPUESTA | “Mauricio Babilonia”
El periodista y fotógrafo zuliano convierte a uno de los personajes de “Cien años de soledad” en múltiples representaciones del deseo erótico
“Quizás por haberme criado en Encontrados, un pequeño pueblo al sur del Lago de Maracaibo, la lectura de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, me impresionó y me influyó tanto en una época de mi vida: estaba en un Macondo.


“De esa lectura, en 1987, salió mi primera exposición fotográfica: Remedios, la bella, y 30 años después, en 2017, empecé a recrear a Mauricio Babilonia, dos de los personajes de esa novela que más marcaron mi memoria.


“Encontrados es, además de una zona ganadera, una zona agrícola con muchas plantaciones de plátanos y cambures, como vengo de una familia de agricultores y ganaderos tenía bastante acceso a ellas. Allí, entre mi infancia y mi adolescencia, vi mis primeros Mauricio Babilonia sin aún conocer el del Gabo: esos hombres, llegados de la costa colombiana y de las riberas del río Magdalena a trabajar en la zona, con sus dorsos desnudos, sudorosos, bien formados, rodeados de unas mariposas que luego serían plagas, cortaban los racimos de plátanos y cambures a fuerza de machete como hacían los trabajadores de la compañía bananera de la cual Mauricio era su mecánico, ese fue un espectáculo fantástico que sexualicé y quedó aferrado en mis recuerdos.

“De esas imágenes salió la idea la serie Mauricio Babilonia -que forma parte de mi proyecto homoerótico Lover Men- y que luego iría estilizando estéticamente y agregándole el morbo y el erotismo que no conseguí en lo real. El Mauricio de Gabriel García Márquez fue una chispa que revivió un incendio de deseos de mi juventud”.

Con este memorioso relato poco hay que agregar al trabajo que presenta el periodista y fotógrafo Fernando Bracho Bracho, a no ser que se trata de una serie que posee un enorme aliento poético que puede ser apreciado en las cuentas @lovermen_project (en Instagram) y @lovermen007 (en Twitter), o también en el IG: @ferbrachobracho.
@juanchi62


“De esa lectura, en 1987, salió mi primera exposición fotográfica: Remedios, la bella, y 30 años después, en 2017, empecé a recrear a Mauricio Babilonia, dos de los personajes de esa novela que más marcaron mi memoria.


“Encontrados es, además de una zona ganadera, una zona agrícola con muchas plantaciones de plátanos y cambures, como vengo de una familia de agricultores y ganaderos tenía bastante acceso a ellas. Allí, entre mi infancia y mi adolescencia, vi mis primeros Mauricio Babilonia sin aún conocer el del Gabo: esos hombres, llegados de la costa colombiana y de las riberas del río Magdalena a trabajar en la zona, con sus dorsos desnudos, sudorosos, bien formados, rodeados de unas mariposas que luego serían plagas, cortaban los racimos de plátanos y cambures a fuerza de machete como hacían los trabajadores de la compañía bananera de la cual Mauricio era su mecánico, ese fue un espectáculo fantástico que sexualicé y quedó aferrado en mis recuerdos.

“De esas imágenes salió la idea la serie Mauricio Babilonia -que forma parte de mi proyecto homoerótico Lover Men- y que luego iría estilizando estéticamente y agregándole el morbo y el erotismo que no conseguí en lo real. El Mauricio de Gabriel García Márquez fue una chispa que revivió un incendio de deseos de mi juventud”.

Con este memorioso relato poco hay que agregar al trabajo que presenta el periodista y fotógrafo Fernando Bracho Bracho, a no ser que se trata de una serie que posee un enorme aliento poético que puede ser apreciado en las cuentas @lovermen_project (en Instagram) y @lovermen007 (en Twitter), o también en el IG: @ferbrachobracho.
@juanchi62
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