Espacio publicitario

Carolina Otero Pardo: "Mi obra se manifiesta en la dimensión de lo sutil”

La artista, hija de Alejandro Otero y Mercedes Pardo, expone en la Fundación Transart para el Arte y la Antropología de Houston, la muestra individual "L’inframince"

  • JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

18/12/2022 01:00 am

Ser hija de Mercedes Pardo y Alejandro Otero es una circunstancia a la que Carolina Otero Pardo debe responder cada vez que un periodista venezolano la entrevista. En este caso, también le toca hacerlo, pero curtida en eso de tener que hablar de la influencia de sus padres artistas, recurre a un texto que escribió hace más de 30 años:

… Mis padres han sido ambos mis más grandes e influyentes maestros, no solo en el plano formal, sino a través de su infatigable dedicación al arte: profunda, sincera, solitaria, difícil, sin concesiones. Creo haber aprendido que el desarrollo de la obra de un artista no ha dependido jamás de los comentarios en su entorno. Creo que más bien está supeditada a su propia fe, (a su más íntima y propia duda) y a su honda, siempre inaplazable necesidad -urgencia- de existir, ser y vivir trabajando. En sus manos esta conjugar certeramente realidad y circunstancias y saberlas poner en función de su crecimiento, de su pasión de su necesidad…

Los verdaderos maestros no cierran, abren caminos, no nos limitan, nos dan libertad.
(Publicado en El Universal. Página 4-1. Lunes 16 de septiembre de 1991).

La obra de Otero Pardo a tipografías antiguas (BENNIE FLORES ANSELL)

Zanjado el asunto, Carolina Otero Pardo habla de la exposición que presenta hasta el 15 de enero de 2023 en la Fundación Transart para el Arte y la Antropología de Houston, ciudad donde vive: L’inframince, que agrupa una serie de obras gráficas y piezas labradas en yeso que parecen fundirse con las paredes blancas de un fantástico edificio rectangular al que la luz entra por ventanas triangulares, muchas de ellas ubicadas en las esquinas de la construcción.

-¿Cómo se produjo su encuentro con el arte?
-Crecí rodeada de arte, no solamente artes visuales, también de música, literatura, teatro, danza… Nací en París, y a los 4 años nos mudamos a Venezuela. A los 13 hice mi primer viaje a Europa. Esa experiencia marcó mi vocación. Pasé no más de tres semanas con un morral encima, recorriendo las ciudades y principales museos de arte con mi hermana que estaba estudiando música en Londres. Regresé a Venezuela “como un géiser”, no podía dejar de dibujar… Comprendo que estaba tratando de procesar una experiencia que me sobrepasaba y provocaba en mí una alegría casi extática. Hice en pasteles de óleo una serie de dibujos de catedrales góticas y ciudades medievales; otra sobre la danza de Picasso y un montón de naturalezas muertas…

-¿Y qué quiere expresar a través de él?
-Celebro y amo vivir. Tanto mi trabajo, como mi vocación y mi vida son para mí regalos que atesoro. Mi obra tiene que ver con lo que vivo, experimento y comprendo -o no- y siempre es una reflexión/evocación en torno a la naturaleza y lo creado; la naturaleza y lo cultural en el sentido más amplio.

La muestra cuenta con el acompañamiento musical de una pieza electrónica de Mercedes Otero Pardo (CORTESÍA)

Surpik Angelini, directora-fundadora de Transart, explica en el texto que acompaña a la muestra que L’inframince es un término acuñado por Marcel Duchamp para delinear matices efímeros del mundo. “Nada más ejemplar de l’inframince que el trabajo reciente de Carolina Otero. Sus creaciones viscerales y resonantes surgen del aura mística de paisajes que permearon su imaginario en momentos cruciales de su vida: el bosque tropical de San Antonio de Los Altos en Caracas convertido en parque paradisíaco durante su infancia, con su exuberante vegetación, donde la llovizna neblinosa derretía la arcilla multicolor en sus manos. Más tarde, ya como adulto, el silencio sonoro de los inviernos pacíficos de Noruega, los tenues velos de los campos nevados, las tajantes tallas de los fiordos y los destellos de los glaciares tomaron otro asiento subliminal en su fuero interno…”.

Para la artista, lo que presenta en L’inframince es “una obra que se manifiesta en la dimensión de lo sutil”.

-Expresa Angelini que su trabajo remite a elementos arcaicos como los petroglifos. ¿Qué importancia le da al pasado, a lo primigenio, en su obra?
-Uno tiene afinidades en la vida que nos definen. Siento pasión por el arte de los albores de la civilizaciones; las pinturas de las cuevas europeas, y también los vestigios más antiguos de nuestra América, de Asia, África y Oceanía. Me enloquecen las primeras construcciones humanas: los monumentos megalíticos europeos y las construcciones de la América precolombina; el arte y las construcciones del período llamado la Grecia arcaica, el arte etrusco…Tengo también pasión por las escrituras de idiomas antiguos y actuales, no solo como contenedoras de ideas, sino como dibujos, trazos, rastros, huellas humanas. Lo que me mueve de esas expresiones es la presencia, manifestación, expresión de algo muy primigenio, muy esencial, que es primordialmente humano…

La exposición cuenta, además, con el acompañamiento de la pieza de música electrónica Danza de una flor para el desierto, compuesta por su hermana Mercedes Otero Pardo en 1985 para una escultura de su padre. “Cuando Surpik la escuchó, de inmediato vio una correspondencia entre Danza, L’inframince y mi trabajo”, cuenta la artista, que agrega: “En el espacio de ese edificio que tiene duende, empecé a ver y a oír el viento y la naturaleza en un discurso orgánico”.

La Fundación Transart para el Arte y la Antropología está ubicada en 1412 West Alabama Street. Houston, Texas, 77006. Se atiende por cita a través de los correos: carolinaoterowork@gmail.com y surpik@mac.com.
@juanchi62



Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario