Henry Martínez: “Mis canciones están siempre envueltas en poesía”
Más de 200 composiciones en 50 años de carrera ubican al músico como uno de los más destacados cantautores venezolanos
La tradición colonial de la Calenda o Pregón de Navidad fue rescatada en 1987 por Rafael Salazar, Pedro León Zapata, y otras personalidades artísticas del país, reunidos ese año en la plaza Bolívar de Caracas para compartir el mensaje de alegría y unión de esta celebración de origen medieval.
Para esa ocasión, el cantautor, médico y poeta Henry Martínez, compuso La Navidad le canta a la vida o Pregón de Navidad como algunos la llaman, que cantantes nacionales e internacionales han sumado a sus repertorios, junto a otros temas navideños del autor, como El nacimiento, Renace un niño o Allá viene un niño, interpretadas por voces como Maga Urdaneta, Cecilia Todd, Andrea Imaginario o María Teresa Chacín, quien lo escogió para celebrar sus seis décadas en el canto.
Martínez fue integrante del grupo Venezuela 4 en los años 70, dirigido por Luis Laguna, y es autor de más de 200 canciones que han interpretado Marc Anthony, Jerry Rivera, María Teresa Chacín, Cecilia Todd y Gualberto Ibarreto, entre muchos otros. Y su canción Criollísima, con letra de Laguna, fue arreglada recientemente por Paul Muriat.
“He sido grabado también por el brasileño Hamilton De Holanda y cantado por la Escuela Coral de Buenos Aires, que dirige Carlos López, director también del grupo Les Luthiers. A través de la estadía de Cecilia Todd en Argentina, han llegado a conocer bastante mi música allá”.
Nació en Maracay, el 13 de febrero de 1950, y desde niño reconocieron sus padres su don y lo animaban a cantar sus canciones en reuniones familiares. A los cinco años aprendió a tocar el cuatro y a los 12 la guitarra acústica. Aldemaro Romero y Luis Laguna figuran entre sus formadores.
Pero a la hora de escoger carrera optó por la medicina, compartiendo sus pasiones con el ejercicio de la medicina familiar, una especialidad casi extinta en Venezuela. Durante 25 años trabajó en este campo, en el Seguro Social, el Ministerio de Sanidad y el sector empresarial en Cagua. “Un médico que toque algún instrumento, componga, cultive alguna rama del arte, tiene una sensibilidad más amplia para tratar al paciente”, afirma.
Como guitarrista, el ritmo latino y el jazz lo atrajeron inicialmente, así como los acordes de los brasileños Laurindo Almeida, Luiz Bonfa y Bola Sete, y las letras de Vinicius de Moraes, Silvio Rodríguez o Serrat, de las que emergerá con un estilo romántico propio, que influirá en el repertorio musical venezolano.
“Mis canciones están siempre envueltas en poesía. Me es muy fácil decir cosas de otra manera”, indica, mencionando su libro Síntoma de jengibre, con sus poemas escritos entre 1960 y 1980, editado por La Liebre Libre en Maracay.
Además de compositor y cantante, Henry Martínez desempeña un destacado trabajo en los años 80, durante el llamado boom de la música venezolana, cuando Álvaro Serrano lo invita a incorporarse al sello Sonográfica, y a principios de los 90, se muda a Miami, donde trabaja para Warner/Chappell Music, la editorial mundial de música de Warner Music Group, y compone para artistas latinos como Marc Anthony, Frankie Negrón y Gerry Rivera, entre otros.
Pero hoy, la situación de la música venezolana la ve “un poco complicada”, por los grandes cambios en la comercialización y en la industria a nivel mundial, y transformaciones que comienzan con el desplazamiento del otrora novedoso CD por las plataformas digitales, y el predominio de los ritmos simples y el lenguaje crudo y directo de la llamada canción urbana, en las preferencias de grabación.
A ello suma el problema del pago de los derechos de autor, que Sacven le adeuda desde hace seis años. “Es algo en lo que deberían intervenir las autoridades”, opina.
Menciona la reedición de su primer disco de estudio como cantautor, Ya eres abril, editado por la Bigott en 2003, con la cantante Martirio y Rodolfo Mederos como artistas invitados, el cual tuvo que reeditar él mismo, por no encontrar, en todos estos años, a nadie interesado en grabar sus canciones.
“Eso yo lo acepto, porque sé que no escribo para las grandes masas, canciones populares, que puedan pegar en la radio y vendan 50 millones de copias. No soy de esos. Yo sé hasta dónde llego, y hasta dónde tengo una importancia para la gente que sigue mi carrera desde hace 50 años y sabe cómo escribo, que mis letras siempre están trabajadas con un componente poético que a muchos cantantes no les gusta, pero a otros sí”.
@weykapu
Para esa ocasión, el cantautor, médico y poeta Henry Martínez, compuso La Navidad le canta a la vida o Pregón de Navidad como algunos la llaman, que cantantes nacionales e internacionales han sumado a sus repertorios, junto a otros temas navideños del autor, como El nacimiento, Renace un niño o Allá viene un niño, interpretadas por voces como Maga Urdaneta, Cecilia Todd, Andrea Imaginario o María Teresa Chacín, quien lo escogió para celebrar sus seis décadas en el canto.
Martínez fue integrante del grupo Venezuela 4 en los años 70, dirigido por Luis Laguna, y es autor de más de 200 canciones que han interpretado Marc Anthony, Jerry Rivera, María Teresa Chacín, Cecilia Todd y Gualberto Ibarreto, entre muchos otros. Y su canción Criollísima, con letra de Laguna, fue arreglada recientemente por Paul Muriat.
“He sido grabado también por el brasileño Hamilton De Holanda y cantado por la Escuela Coral de Buenos Aires, que dirige Carlos López, director también del grupo Les Luthiers. A través de la estadía de Cecilia Todd en Argentina, han llegado a conocer bastante mi música allá”.
Nació en Maracay, el 13 de febrero de 1950, y desde niño reconocieron sus padres su don y lo animaban a cantar sus canciones en reuniones familiares. A los cinco años aprendió a tocar el cuatro y a los 12 la guitarra acústica. Aldemaro Romero y Luis Laguna figuran entre sus formadores.
Pero a la hora de escoger carrera optó por la medicina, compartiendo sus pasiones con el ejercicio de la medicina familiar, una especialidad casi extinta en Venezuela. Durante 25 años trabajó en este campo, en el Seguro Social, el Ministerio de Sanidad y el sector empresarial en Cagua. “Un médico que toque algún instrumento, componga, cultive alguna rama del arte, tiene una sensibilidad más amplia para tratar al paciente”, afirma.
Como guitarrista, el ritmo latino y el jazz lo atrajeron inicialmente, así como los acordes de los brasileños Laurindo Almeida, Luiz Bonfa y Bola Sete, y las letras de Vinicius de Moraes, Silvio Rodríguez o Serrat, de las que emergerá con un estilo romántico propio, que influirá en el repertorio musical venezolano.
“Mis canciones están siempre envueltas en poesía. Me es muy fácil decir cosas de otra manera”, indica, mencionando su libro Síntoma de jengibre, con sus poemas escritos entre 1960 y 1980, editado por La Liebre Libre en Maracay.
Además de compositor y cantante, Henry Martínez desempeña un destacado trabajo en los años 80, durante el llamado boom de la música venezolana, cuando Álvaro Serrano lo invita a incorporarse al sello Sonográfica, y a principios de los 90, se muda a Miami, donde trabaja para Warner/Chappell Music, la editorial mundial de música de Warner Music Group, y compone para artistas latinos como Marc Anthony, Frankie Negrón y Gerry Rivera, entre otros.
Pero hoy, la situación de la música venezolana la ve “un poco complicada”, por los grandes cambios en la comercialización y en la industria a nivel mundial, y transformaciones que comienzan con el desplazamiento del otrora novedoso CD por las plataformas digitales, y el predominio de los ritmos simples y el lenguaje crudo y directo de la llamada canción urbana, en las preferencias de grabación.
A ello suma el problema del pago de los derechos de autor, que Sacven le adeuda desde hace seis años. “Es algo en lo que deberían intervenir las autoridades”, opina.
Menciona la reedición de su primer disco de estudio como cantautor, Ya eres abril, editado por la Bigott en 2003, con la cantante Martirio y Rodolfo Mederos como artistas invitados, el cual tuvo que reeditar él mismo, por no encontrar, en todos estos años, a nadie interesado en grabar sus canciones.
“Eso yo lo acepto, porque sé que no escribo para las grandes masas, canciones populares, que puedan pegar en la radio y vendan 50 millones de copias. No soy de esos. Yo sé hasta dónde llego, y hasta dónde tengo una importancia para la gente que sigue mi carrera desde hace 50 años y sabe cómo escribo, que mis letras siempre están trabajadas con un componente poético que a muchos cantantes no les gusta, pero a otros sí”.
@weykapu
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones