Arturo Correa: “Siempre he dicho que a mí me gusta sanar con mi obra”
La galería de arte Ascaso, de Las Mercedes, expone hasta noviembre la muestra "Liminal laberintos", del artista venezolano residenciado en Estados Unidos
“Sus pinturas planas, desentendidas de perspectivas u horizontes que guíen al espectador, combinan figuras, textos e imágenes icónicas contemporáneas e históricas recolectadas del pasado y el presente. Objetos dispares aparecen como flotando en el aire, colocados arbitrariamente a manera de un collage travieso sin escalas de referencia. Parecen abordar los absurdos e injusticias de la vida con un cierto cinismo optimista y un tono burlón e irónico. Algunos objetos están pintados con precisión quirúrgica, otros con libertad salvaje y orgánica. Todos se refieren al viaje personal y epifánico de Arturo a través de la memoria y la filosofía. Si no fuera por el exuberante colorido de estas imágenes realistas y expresionistas, su obra ciertamente semejaría un Sturm und Drang existencialista y sombrío. Pero en vez de ello, prefiere balancearse con deleite entre ambos extremos”.
Este texto escrito para el catálogo de la exposición Searching (Galería de Arte Ascaso, 2016) por la artista y docente estadounidense Barbara Anderson Hill, describe a la perfección el universo pictórico de Arturo Correa (Valencia, estado Carabobo, 1967), de quien se expone hasta noviembre en la Sala 2 de la galería de arte Ascaso, de Las Mercedes, la muestra Liminal laberintos, un conjunto de obras en las que rayas irregulares de colores semejan tiras de tela volando por el aire y que se superponen a la manera de las líneas de un sistema de transporte subterráneo, o bien, en las que personajes de historietas o comiquitas parecen y aparecen en plena consecución de una misión indescifrable.



Este texto escrito para el catálogo de la exposición Searching (Galería de Arte Ascaso, 2016) por la artista y docente estadounidense Barbara Anderson Hill, describe a la perfección el universo pictórico de Arturo Correa (Valencia, estado Carabobo, 1967), de quien se expone hasta noviembre en la Sala 2 de la galería de arte Ascaso, de Las Mercedes, la muestra Liminal laberintos, un conjunto de obras en las que rayas irregulares de colores semejan tiras de tela volando por el aire y que se superponen a la manera de las líneas de un sistema de transporte subterráneo, o bien, en las que personajes de historietas o comiquitas parecen y aparecen en plena consecución de una misión indescifrable.

A Secret Path to Taste the Stars (CORTESÍA GALERÍA ASCASO)
Pierre Nodoyuna junto a Hello Kitty. Pepe Trueno al lado de Coraje, el perro cobarde. Mr. Magoo y la Hormiga Atómica… Personajes infantiles con los que Arturo Correa crea una especie de particular vocabulario que no responde a lógica alguna en su empeño por contravenir los modos operantes del pop art, pero que también hablan de un hombre al que la paternidad le ha cambiado la manera de ver el mundo, su mundo… el arte.
La obra de Arturo Correa, no queda duda, tiende puentes. Los que unen a todos esos personajes animados que corren, saltan y vuelan por sus lienzos. Los que unen lo que se llevó de Venezuela y lo que ha tomado de Florida. Los que unen a sus grandes influencias artísticas: Bob Rauschenberg, David Salle, Jean-Michel Basquiat y Francesco Clemente. Esos puentes, también, que lo llevan a superar el impacto de hechos tan abominables como el atentado terrorista del 11 de Septiembre o a sobreponerse a la fuerza desatada e incontrolable de un huracán como Ian.
Desde Naples, en Florida, Arturo Correa habla de su trabajo con la precisión que debió heredar de su padre cirujano y la introspección que le inculcó su madre psicóloga. “Vienen días de mucho trabajo aquí en mi estudio para ver cómo mi obra sigue descifrando caminos en este espacio al cual llamamos vida”. Esta es su única certeza.
Pierre Nodoyuna junto a Hello Kitty. Pepe Trueno al lado de Coraje, el perro cobarde. Mr. Magoo y la Hormiga Atómica… Personajes infantiles con los que Arturo Correa crea una especie de particular vocabulario que no responde a lógica alguna en su empeño por contravenir los modos operantes del pop art, pero que también hablan de un hombre al que la paternidad le ha cambiado la manera de ver el mundo, su mundo… el arte.
La obra de Arturo Correa, no queda duda, tiende puentes. Los que unen a todos esos personajes animados que corren, saltan y vuelan por sus lienzos. Los que unen lo que se llevó de Venezuela y lo que ha tomado de Florida. Los que unen a sus grandes influencias artísticas: Bob Rauschenberg, David Salle, Jean-Michel Basquiat y Francesco Clemente. Esos puentes, también, que lo llevan a superar el impacto de hechos tan abominables como el atentado terrorista del 11 de Septiembre o a sobreponerse a la fuerza desatada e incontrolable de un huracán como Ian.
Desde Naples, en Florida, Arturo Correa habla de su trabajo con la precisión que debió heredar de su padre cirujano y la introspección que le inculcó su madre psicóloga. “Vienen días de mucho trabajo aquí en mi estudio para ver cómo mi obra sigue descifrando caminos en este espacio al cual llamamos vida”. Esta es su única certeza.

Figuring the Aftermath (CORTESÍA GALERÍA ASCASO)
-La palabra “liminal” hace referencia a “cruzar límites” o también a no estar en un sitio ni en otro. Partiendo de su exposición en la galería Ascaso, ¿qué límites está cruzando Arturo Correa?, ¿en qué lugar se encuentra como artista?
-Para mí, la vida es un cruce de límites permanente. A partir de las circunstancias nos movemos de un momento a otro. Recuerda que las circunstancias pueden ser respuestas a acciones planificadas o eventos fortuitos de los cuales no tenemos control.
-¿De qué forma lo marcaron las conversaciones abiertas entre su padre cirujano y su madre psicóloga? Pudo haber conectado con la medicina, pero lo hizo con el arte, ¿por qué?
-Yo diría que eran debates sanos, pero con una marcada tendencia a defender sus puntos de vistas por el entrenamiento que sus carreras les proporcionaban. Mi papá, por ser cirujano, es una persona que recurre a la ciencia para resolver y mejorar la condición física en el ser. Mi mamá, por ser psicóloga, recurre al poder de la mente para el bienestar de la persona. Cabe destacar que los dos tenían un fin en común: el sanar o curar a las personas. Yo siempre he dicho que a mí me gusta sanar con mi obra. Si tú estudias la evolución de mi obra te darás cuenta de que está compuesta por series, donde las mismas representan al ser y a mi persona. Con mis obras trato de mostrar que lo bueno siempre está ahí a pesar de las adversidades. Trato de proporcionar mapas para navegar en este océano al cual llamamos vida.
-Su obra se alimenta de aquello que observa, que vive. ¿Qué claves de su personalidad descubre en cualquiera de sus creaciones?, ¿podría decirse que hablamos de “autorretratos interiores”; me explico: de obras que retratan su interioridad?
-Claro, mi obra parte de lo que vivo y observo. Es por eso que mi discurso está enfocado en demostrar que hay muchas cosas buenas a pesar de las adversidades que experimentamos. Soy yo como persona el que tengo que decidir si me quedo anclado por circunstancias negativas o si, por el contrario, decido avanzar y encontrar caminos que me ayuden a seguir adelante.
-La palabra “liminal” hace referencia a “cruzar límites” o también a no estar en un sitio ni en otro. Partiendo de su exposición en la galería Ascaso, ¿qué límites está cruzando Arturo Correa?, ¿en qué lugar se encuentra como artista?
-Para mí, la vida es un cruce de límites permanente. A partir de las circunstancias nos movemos de un momento a otro. Recuerda que las circunstancias pueden ser respuestas a acciones planificadas o eventos fortuitos de los cuales no tenemos control.
-¿De qué forma lo marcaron las conversaciones abiertas entre su padre cirujano y su madre psicóloga? Pudo haber conectado con la medicina, pero lo hizo con el arte, ¿por qué?
-Yo diría que eran debates sanos, pero con una marcada tendencia a defender sus puntos de vistas por el entrenamiento que sus carreras les proporcionaban. Mi papá, por ser cirujano, es una persona que recurre a la ciencia para resolver y mejorar la condición física en el ser. Mi mamá, por ser psicóloga, recurre al poder de la mente para el bienestar de la persona. Cabe destacar que los dos tenían un fin en común: el sanar o curar a las personas. Yo siempre he dicho que a mí me gusta sanar con mi obra. Si tú estudias la evolución de mi obra te darás cuenta de que está compuesta por series, donde las mismas representan al ser y a mi persona. Con mis obras trato de mostrar que lo bueno siempre está ahí a pesar de las adversidades. Trato de proporcionar mapas para navegar en este océano al cual llamamos vida.
-Su obra se alimenta de aquello que observa, que vive. ¿Qué claves de su personalidad descubre en cualquiera de sus creaciones?, ¿podría decirse que hablamos de “autorretratos interiores”; me explico: de obras que retratan su interioridad?
-Claro, mi obra parte de lo que vivo y observo. Es por eso que mi discurso está enfocado en demostrar que hay muchas cosas buenas a pesar de las adversidades que experimentamos. Soy yo como persona el que tengo que decidir si me quedo anclado por circunstancias negativas o si, por el contrario, decido avanzar y encontrar caminos que me ayuden a seguir adelante.

Kaos (CORTESÍA GALERÍA ASCASO)
-¿Qué punto de inflexión en su carrera supuso el atentado del 11-S?
-Fue un momento importantísimo en mi obra. Me terminé de dar cuenta que la vida tiene su rumbo y que nosotros no tenemos el control para impedir dichos eventos. Lo que sí tenemos es ese regalo que Dios nos dio de navegar de aguas tormentosas a destinos de calma.
-¿Qué espera mostrar a las personas que visiten Liminal Laberintos?, ¿qué quiere expresar con las obras de la muestra?
-Me encanta que la gente piense y trate de descifrar el porqué de las líneas, el porqué de las comiquitas, el porqué de las rampas... La vida es un sinfín de cosas que no entendemos, pero al nosotros esforzarnos por descifrar situaciones que no tienen “lógica” o “sentido”, avanzamos y crecemos como seres humanos.
-¿Crecer, madurar, son en su caso procesos idénticos en lo personal y en lo profesional?
-¡Absolutamente! Yo maduro realizando mi obra.
@juanchi62
-¿Qué punto de inflexión en su carrera supuso el atentado del 11-S?
-Fue un momento importantísimo en mi obra. Me terminé de dar cuenta que la vida tiene su rumbo y que nosotros no tenemos el control para impedir dichos eventos. Lo que sí tenemos es ese regalo que Dios nos dio de navegar de aguas tormentosas a destinos de calma.
-¿Qué espera mostrar a las personas que visiten Liminal Laberintos?, ¿qué quiere expresar con las obras de la muestra?
-Me encanta que la gente piense y trate de descifrar el porqué de las líneas, el porqué de las comiquitas, el porqué de las rampas... La vida es un sinfín de cosas que no entendemos, pero al nosotros esforzarnos por descifrar situaciones que no tienen “lógica” o “sentido”, avanzamos y crecemos como seres humanos.
-¿Crecer, madurar, son en su caso procesos idénticos en lo personal y en lo profesional?
-¡Absolutamente! Yo maduro realizando mi obra.
@juanchi62
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