A CONTROL REMOTO
Un país llamado “El pez que fuma”
El 3 de noviembre se estrenará el documental de Alejandro Picó sobre la emblemática obra de Román Chalbaud
A mediados de la década de los setenta del siglo pasado, Venezuela vive en pleno auge petrolero. Son tiempos de prosperidad económica, lo que posibilita que el Estado por fin se decida a apoyar el cine y otorgue los primeros créditos oficiales para la producción de películas, que hasta entonces se hacían con no pocos sacrificios y dificultades. De esta forma se inicia “boom” del cine nacional. Fue una etapa en la cual la producción no solo creció, sino que generó, mediante historias que nos tocaban muy de cerca, la identificación del público con esas cintas. Al reconocerse en los anhelos, conflictos e intereses que en ellas se planteaban a través de historias en diferentes géneros, las audiencias convirtieron a muchas de esas películas en auténticos éxitos de taquilla, que en ocasiones hasta superaban en recaudación al cine importado de Hollywood.
En este contexto de abundante efervescencia económica y artística, surgen títulos como Cuando quiero llorar no lloro (Mauricio Walerstein, 1973), La quema de Judas (Román Chalbaud, 1974), Crónica de un subversivo latinoamericano (Mauricio Walerstein, 1975), Soy un delincuente (Clemente de la Cerda, 1975), Juan Vicente Gómez y su época (Manuel de Pedro, 1975), Los muertos sí salen (Alfredo Lugo, 1976 ) y Fiebre (Alfredo Anzola, 1976), entre otros. Luego, en 1977, se estrena El pez que fuma, uno de los más icónicos títulos del cine venezolano, dirigido por Román Chalbaud, quien había debutado en 1959 como realizador con la adaptación de una obra teatral suya, Caín adolescente. El quinto largometraje de este realizador, basado en otra obra de su autoría, transcurre en un burdel de un barrio del litoral guaireño, a cuyo nombre alude el título de la película, regentado por La Garza (quizás la interpretación más celebrada de esa inmensa actriz que fue Hilda Vera) y a la que muchos críticos relacionaron como una metáfora de la Venezuela de entonces.
Resultó tan contundente su impacto, que ahora, más de 40 años después, llega a la cartelera el documental Un país llamado El pez que fuma, a estrenarse el próximo 3 de noviembre. Alejandro Picó, su joven director, disecciona esta emblemática obra abordándola a través de testimonios inéditos de Chalbaud y de varios de sus actores, entre ellos Orlando Urdaneta, Miguelángel Landa, Haydée Balza y Pilar Romero, así como también del director de fotografía César Bolívar, el crítico Rodolfo Izaguirre, el dramaturgo Ibrahim Guerra y el director cinematográfico Thaelman Urguelles. El resultado es un entretenido y muy ilustrativo espectáculo en torno a la significación de este filme del más prolífico de nuestros realizadores, con 21 títulos en su haber.
Alejandro Picó, quien viene del mundo de la publicidad, comenzó a interesarse por el séptimo arte, de allí que se inscribió en la Escuela de Cine y TV. Para cumplir el requisito de producir una obra al finalizar sus estudios, se decidió a hacer este documental sobre El pez que fuma, película que vio en su adolescencia y le dejó profunda huella. Primero hizo un cortometraje, pero se apasionó tanto por lo que logró investigar, que lo convirtió en este emotivo documental de hora y media de duración. Sin duda, un merecido homenaje a Román Chalbaud en sus 91 años recién cumplidos.
@aquilinojmata
En este contexto de abundante efervescencia económica y artística, surgen títulos como Cuando quiero llorar no lloro (Mauricio Walerstein, 1973), La quema de Judas (Román Chalbaud, 1974), Crónica de un subversivo latinoamericano (Mauricio Walerstein, 1975), Soy un delincuente (Clemente de la Cerda, 1975), Juan Vicente Gómez y su época (Manuel de Pedro, 1975), Los muertos sí salen (Alfredo Lugo, 1976 ) y Fiebre (Alfredo Anzola, 1976), entre otros. Luego, en 1977, se estrena El pez que fuma, uno de los más icónicos títulos del cine venezolano, dirigido por Román Chalbaud, quien había debutado en 1959 como realizador con la adaptación de una obra teatral suya, Caín adolescente. El quinto largometraje de este realizador, basado en otra obra de su autoría, transcurre en un burdel de un barrio del litoral guaireño, a cuyo nombre alude el título de la película, regentado por La Garza (quizás la interpretación más celebrada de esa inmensa actriz que fue Hilda Vera) y a la que muchos críticos relacionaron como una metáfora de la Venezuela de entonces.
Resultó tan contundente su impacto, que ahora, más de 40 años después, llega a la cartelera el documental Un país llamado El pez que fuma, a estrenarse el próximo 3 de noviembre. Alejandro Picó, su joven director, disecciona esta emblemática obra abordándola a través de testimonios inéditos de Chalbaud y de varios de sus actores, entre ellos Orlando Urdaneta, Miguelángel Landa, Haydée Balza y Pilar Romero, así como también del director de fotografía César Bolívar, el crítico Rodolfo Izaguirre, el dramaturgo Ibrahim Guerra y el director cinematográfico Thaelman Urguelles. El resultado es un entretenido y muy ilustrativo espectáculo en torno a la significación de este filme del más prolífico de nuestros realizadores, con 21 títulos en su haber.
Alejandro Picó, quien viene del mundo de la publicidad, comenzó a interesarse por el séptimo arte, de allí que se inscribió en la Escuela de Cine y TV. Para cumplir el requisito de producir una obra al finalizar sus estudios, se decidió a hacer este documental sobre El pez que fuma, película que vio en su adolescencia y le dejó profunda huella. Primero hizo un cortometraje, pero se apasionó tanto por lo que logró investigar, que lo convirtió en este emotivo documental de hora y media de duración. Sin duda, un merecido homenaje a Román Chalbaud en sus 91 años recién cumplidos.
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