Espacio publicitario

Lorenzo Vigas: “Generalmente las primeras ideas son malas”

El cineasta venezolano no cesa de girar con su más reciente película, “La caja”, por todo el mundo: Sidney (Australia), Karlovy Vary (República Checa), Wroclaw (Polonia), Moscú y Hong Kong

  • ANDRÉS CORREA GUATARASMA

31/07/2022 05:00 am

Sidney, Australia.- No basta soñar, pensar, escribir y rodar una película, además hay que promocionarla. Al comienzo de esta entrevista Lorenzo Vigas estaba en Sidney (Australia). Al final en Karlovy Vary (República Checa). Le seguían festivales en Wroclaw (Polonia), Moscú y Hong Kong.

En ese periplo siempre pasa por México, su base central desde hace años. Caracas está en agenda para noviembre. El motivo de este ajetreado 2022 es un proyecto de nombre corto, pero contundente: La caja (The Box).

Cinta rodada en México, con una secuencia invernal en Chile, es el drama de un adolescente huérfano de madre buscando a su padre. Una atmósfera trágica lo persigue y, sin planearlo, se involucra en la brega de los trabajadores migrantes en una región donde las desapariciones, especialmente de mujeres, se apilan en archivos policiales que casi nunca llevan a sentencias. Para el protagonista el gran conflicto es con su conciencia, debatiendo a su corta edad sobre lealtad, afectos y amoralidad. Mientras su abuela –un personaje telefónico- lo añora de vuelta en la capital.

Galardonada en los festivales de Lisboa/Estoril, Miami, Tessaloniki (Grecia), Minneapolis/Saint Paul y Venecia (premio Leoncino d’ Oro Agiscuola, UNICEF), esta es la segunda película de ficción de Vigas (Mérida, 1967), biólogo molecular y cineasta, el primer iberoamericano en ganar el León de Oro en el Festival Internacional de Venecia, con su ópera prima Desde allá (2015).

Hatzín es el nombre del actor y del personaje principal de La caja (CORTESÍA)

A ello suma el cortometraje Los elefantes nunca olvidan (2004) en lo que él define “una trilogía” que ahora cierra, sobre tensas relaciones paternales y caudillismo. Ese interés a él mismo le resulta curioso, pues asegura que es muy diferente a la grata relación cercana que siempre mantuvo con su padre, el cotizado pintor y muralista Oswaldo Vigas (1926-2014).

“Hay una relación directa entre el caudillismo y la ausencia de la figura paterna en el seno del hogar latinoamericano. Al no tener a un padre en casa, corremos el riesgo de ‘idealizarlo’. Su ausencia permite no conocer sus defectos. Y eso es muy peligroso, porque si el caudillo de turno es ‘ideal’, uno está dispuesto a hacer cualquier cosa por él. Así salieron casos como (Juan Domingo) Perón y (Hugo) Chávez”.

-Hablando de su padre, al parecer están circulando muchas obras falsas…
-Me parece un elogio que haya obras falsas de Oswaldo Vigas circulando. Eso quiere decir que hay un coleccionismo ávido por adquirir obras de mi padre. Los artistas que no son “deseados” por un mercado no son falsificados. Esa es la realidad. Ahora bien, ¿cómo hace alguien que quiera adquirir “un Vigas” para estar seguro que la obra que le están ofreciendo es auténtica? Afortunadamente, la Fundación Oswaldo Vigas tiene un departamento de certificaciones que atiende de forma muy eficaz a todo el que lo requiera. Como regla básica, y esto aplica para todos los grandes maestros venezolanos, nunca se debe adquirir una obra sin haber comprobado directamente con la institución pertinente, su autenticidad. Nos llega mucha gente que piensa que hizo un “gran” negocio adquiriendo una obra por debajo de su precio de mercado a una persona con dificultades económicas, o a alguien que tenía que salir del país. La gran mayoría de esas “oportunidades” terminan siendo grandes fraudes. No es complicado evitar esa situación.


"Me parece un elogio que haya obras falsas de Oswaldo Vigas circulando. Eso quiere decir que hay un coleccionismo ávido por adquirir obras de mi padre", afirma Lorenzo Vigas (CORTESÍA FUNDACIÓN OSWALDO VIGAS)

-Ser científico de formación, ¿le ayuda en sus procesos creativos artísticos?
-Pareciera no haber una relación entre el pensamiento artístico y el científico. Sin embargo, los dos procesos mentales requieren de la capacidad para la abstracción.

-En esta película el joven protagonista luce confundido y cambia de parecer con frecuencia. ¿Quiere crear esa misma sensación en el espectador?
-No creo que cambie de parecer con frecuencia. Desde un principio se aferra a la idea de que Mario es su padre y de ahí en adelante está dispuesto a cualquier cosa con tal de ganar su puesto en su "casa". Al final es cierto que toma una decisión contraria a lo que venía persiguiendo, pero no lo hace desde la confusión, sino desde la madurez que ha alcanzado a través del desarrollo de la película.

-¿Cómo balancea la justicia e impunidad en esta historia? ¿No hay riesgo de inspirar una espiral de violencia? ¿O apuesta a la redención?
-La película no busca ser "justa" o condenar la impunidad. Es sencillamente el retrato de uno entre miles de niños que están dispuestos a lo que sea con tal de encontrar su lugar y ser aceptados.

-¿Cómo fue la selección del elenco? Se ven muy naturales, como tomados de la realidad.
-El elenco es una combinación de actores profesionales con no actores oriundos del estado Chihuahua (México). Al final es la mano del director la que debe hacer que el tono de unos no desentone con el de otros. Es un tema de dirección de actores.

Vigas: "Ahora tengo la necesidad de hablar sobre la mujer" (CORTESÍA)

-La caja denuncia la desaparición de mujeres en la frontera, pero el grueso de la película descansa en roles masculinos. ¿Cuál fue la intención allí?
-Si bien es cierto que la película explora la masculinidad y el poder que ésta genera, al filmar en el estado Chihuahua no podía desentenderme de los temas importantes de esa región. En los últimos años han desaparecido más de 20 mil mujeres por razones desconocidas.

-Escribió la historia con dos mujeres guionistas. ¿Cómo fue ese proceso si ya entre dos personas es difícil?
-A pesar de haber escrito el argumento de esta historia hace muchos años, cuando comencé a trabajar en el guion decidí colaborar primero con Laura Santullo, con quien creé el "mundo" donde se desarrolla la película, y luego con Paula Markovitch, con quien definí los personajes y sus motivaciones. El proceso de escritura es muy solitario y tener con quién compartir ideas puede ser reconfortante. Y si la colaboración es honesta, el proyecto se puede beneficiar enormemente.

-Siendo el primer hispano ganador del gran premio en el Festival de Venecia, ¿en perspectiva cómo es la sensación casi siete años después y qué tipo de presión genera ahora con su siguiente película?
-Generó muchísima presión durante la realización de La caja. Es normal. Ahora, habiendo podido estrenar esta película, pienso que me saqué la presión de encima. En todo caso eso espero...

-Terminada como dice su trilogía sobre padre/hijo, ¿ya tiene claro su próximo proyecto o al menos hacia dónde quiere ir?
-Ahora tengo la necesidad de hablar sobre la mujer. En este momento trabajo en un guion sobre una mujer que ama de una manera desbordada, sin límites… Veremos a dónde me lleva.

-Sería su primer gran personaje femenino. ¿Alguna preparación, investigación o inspiración en particular?
-No trabajo haciendo investigación; no lo he hecho para ninguna de mis películas. Dejo que salgan las ideas y trato de darles un sentido. Generalmente las primeras ideas son malas y es importante darse cuenta de que no funcionan. Por eso es sano nunca enamorarse de ellas.



Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario