Andrea Aguilar: “La música y el arte me ayudan a nunca parar de crear”
La cantante, compositora y artista visual venezolana, residenciada en Nueva York, presenta este mes la tercera canción de su autoría: "Fragmented Mind", sobre las emociones que se reprimen
Andrea Aguilar pasó buena parte de su infancia en compañía de la música. En su casa, en Punto Fijo, estado Falcón, su papá y sus tíos tocaban diferentes instrumentos y cantaban. Era parte del compartir familiar. De hecho, cuando su padre entonaba alguna canción de sus bandas favoritas, le imprimía las letras para que las cantara con él.
Han pasado 24 años y aquella niña que se mudó a Caracas a los diez años y en 2015, con 17, viajó a Boston, ciudad en la que dos años después cursó estudios en el Berklee College of Music, donde se graduó en Music Business y Contemporary Writing and Production, se presenta hoy como cantante y compositora con el tema Fragmented Mind, el tercero de su carrera luego de Ocean y Sunflower (ambos de 2020), y que lanzará el 6 de mayo.
“Fragmented Mind está inspirado en la idea de las emociones reprimidas. En los versos quería expresar una cantidad de sentimientos/pensamientos diferentes que tenía en el momento en que la escribí: mis inseguridades, sentía que mucha gente a mi alrededor no me aportaba nada bueno y que estaba estancada, deprimida. Básicamente en esta parte de la canción estoy desahogándome conmigo misma. Luego, yéndonos al coro, hago referencia a cómo todos esos sentimientos comienzan a surgir de lo más profundo de mí, manifestándose en mis sueños hasta llegar a mi estado consciente. Son sentimientos abrumadores que no me hacen sentir bien y la canción es como un cry for help”.
-¿Qué la llevó a la música?
-Diría que siempre fue algo normal en casa, mi amor hacia ella comenzó desde que estaba pequeña, gracias a mi familia; tengo muchos recuerdos de cuando apenas aprendía a escribir y ya estaba escribiendo canciones, probablemente tenía unos 5 años. Siempre fue muy natural para mí entender que esa era mi pasión y siempre basé mis decisiones importantes alrededor de ella.
-Y de esos orígenes a Berklee. ¿Cómo fue esa experiencia?
-En relación con lo académico fue increíble y aprendí mucho, pero sí fue difícil acostumbrarme, tal vez como un choque con la realidad al pasar de soñar en mi cuarto escribiendo canciones, a estar en un lugar rodeada de muchísima gente talentosa que ha tenido un montón de experiencia. Mis inseguridades salieron a la superficie apenas llegué, y fue bastante duro, pero poco a poco me fui acostumbrando y superando muchos miedos, limitaciones que yo me ponía a mí misma y así la experiencia fue mejorando al pasar de los años.
-¿A dónde quiere llegar como cantante?
-Siento que es un poco complicado responder, pero de una forma más general sería a donde sea que me quiera llevar mi música, diría que mi meta principal es poder llevar mi música a la mayor cantidad de lugares y rincones posibles, inspirar y ser un apoyo, alegría o inspiración para quien lo necesite.
-¿Qué quiere transmitir con sus canciones?
-Siempre he querido transmitir honestidad, ya sea conmigo misma o con los demás; poder tocar temas que muchos otros artistas tocan, pero hacerlo con más profundidad. Todos tenemos sentimientos complejos, confusos y cambiantes, y creo que ese aspecto cambiante es lo que nos hace humanos, la forma en la que hoy pienso de una manera y mañana de otra. No todo tiene que ser organizado y claro, porque todos tenemos nuestro propio mundo en nuestras cabezas y a veces ese mundo puede llegar a ser muy ruidoso y complicado, como también puede ser hermoso, libre y lleno de amor. Quiero poder capturar esos sentimientos y expresarlos desde mi punto de vista, con el objetivo de que alguien lo escuche y se sienta identificado.
Residenciada en Nueva York, Aguilar trabaja como profesora de piano en dos escuelas públicas de Manhattan. Enseña a niños de entre 4 y 9 años. “Dar clases me ha abierto los ojos con respecto a muchas cosas. Siempre vi mi carrera musical como una meta muy personal, pero dando clases de piano, especialmente a niños, me he dado cuenta de lo bonito que es compartirla con alguien. Ver cómo aprenden, se emocionan, cantan, mejoran y bailan me llena mucho. Más allá de los beneficios que trae aprender un instrumento, creo que el concepto de compartir y expresar algo tan puro y único como lo es la música, es muy especial y quiero que ellos entiendan el poder de sanación que tiene la música y que es un lenguaje que nos une a todos y siempre nos acompaña”.

Han pasado 24 años y aquella niña que se mudó a Caracas a los diez años y en 2015, con 17, viajó a Boston, ciudad en la que dos años después cursó estudios en el Berklee College of Music, donde se graduó en Music Business y Contemporary Writing and Production, se presenta hoy como cantante y compositora con el tema Fragmented Mind, el tercero de su carrera luego de Ocean y Sunflower (ambos de 2020), y que lanzará el 6 de mayo.
“Fragmented Mind está inspirado en la idea de las emociones reprimidas. En los versos quería expresar una cantidad de sentimientos/pensamientos diferentes que tenía en el momento en que la escribí: mis inseguridades, sentía que mucha gente a mi alrededor no me aportaba nada bueno y que estaba estancada, deprimida. Básicamente en esta parte de la canción estoy desahogándome conmigo misma. Luego, yéndonos al coro, hago referencia a cómo todos esos sentimientos comienzan a surgir de lo más profundo de mí, manifestándose en mis sueños hasta llegar a mi estado consciente. Son sentimientos abrumadores que no me hacen sentir bien y la canción es como un cry for help”.
-¿Qué la llevó a la música?
-Diría que siempre fue algo normal en casa, mi amor hacia ella comenzó desde que estaba pequeña, gracias a mi familia; tengo muchos recuerdos de cuando apenas aprendía a escribir y ya estaba escribiendo canciones, probablemente tenía unos 5 años. Siempre fue muy natural para mí entender que esa era mi pasión y siempre basé mis decisiones importantes alrededor de ella.
-Y de esos orígenes a Berklee. ¿Cómo fue esa experiencia?
-En relación con lo académico fue increíble y aprendí mucho, pero sí fue difícil acostumbrarme, tal vez como un choque con la realidad al pasar de soñar en mi cuarto escribiendo canciones, a estar en un lugar rodeada de muchísima gente talentosa que ha tenido un montón de experiencia. Mis inseguridades salieron a la superficie apenas llegué, y fue bastante duro, pero poco a poco me fui acostumbrando y superando muchos miedos, limitaciones que yo me ponía a mí misma y así la experiencia fue mejorando al pasar de los años.
-¿A dónde quiere llegar como cantante?
-Siento que es un poco complicado responder, pero de una forma más general sería a donde sea que me quiera llevar mi música, diría que mi meta principal es poder llevar mi música a la mayor cantidad de lugares y rincones posibles, inspirar y ser un apoyo, alegría o inspiración para quien lo necesite.
-¿Qué quiere transmitir con sus canciones?
-Siempre he querido transmitir honestidad, ya sea conmigo misma o con los demás; poder tocar temas que muchos otros artistas tocan, pero hacerlo con más profundidad. Todos tenemos sentimientos complejos, confusos y cambiantes, y creo que ese aspecto cambiante es lo que nos hace humanos, la forma en la que hoy pienso de una manera y mañana de otra. No todo tiene que ser organizado y claro, porque todos tenemos nuestro propio mundo en nuestras cabezas y a veces ese mundo puede llegar a ser muy ruidoso y complicado, como también puede ser hermoso, libre y lleno de amor. Quiero poder capturar esos sentimientos y expresarlos desde mi punto de vista, con el objetivo de que alguien lo escuche y se sienta identificado.
Residenciada en Nueva York, Aguilar trabaja como profesora de piano en dos escuelas públicas de Manhattan. Enseña a niños de entre 4 y 9 años. “Dar clases me ha abierto los ojos con respecto a muchas cosas. Siempre vi mi carrera musical como una meta muy personal, pero dando clases de piano, especialmente a niños, me he dado cuenta de lo bonito que es compartirla con alguien. Ver cómo aprenden, se emocionan, cantan, mejoran y bailan me llena mucho. Más allá de los beneficios que trae aprender un instrumento, creo que el concepto de compartir y expresar algo tan puro y único como lo es la música, es muy especial y quiero que ellos entiendan el poder de sanación que tiene la música y que es un lenguaje que nos une a todos y siempre nos acompaña”.

"Cuando tengo un bloqueo creativo con la música pintar me ayuda a romper eso y viceversa", afirma Andrea Aguilar (CORTESÍA)
-También es artista visual. ¿Estudió arte?, ¿ha expuesto sus obras?
-Comencé a tomar clases de arte cuando tenía 10 años, pero cuando cumplí 15 decidí dejarlas para enfocarme 100% en la música ya que sabía que eso era lo que quería estudiar. Dejé de dibujar por varios años y lo retomé en 2019 cuando comencé a pintar cuadros; actualmente me lo estoy tomando cada vez más en serio ya que es algo que también me apasiona mucho. Hasta ahora no he expuesto, pero sí es algo que estoy buscando hacer este año ya que hay muchas oportunidades para hacerlo aquí en Nueva York.
-¿Cómo se compaginan o se retroalimentan en usted la música y la pintura?
-Ambas me brindan un flow de creatividad increíble y me ayudan a nunca parar de crear. Cuando tengo un bloqueo creativo con la música pintar me ayuda a romper eso y viceversa. Poder ponerle colores y palabras a todo eso que llevo dentro es una experiencia muy especial y hasta terapéutica.
-¿La música la lleva al arte o el arte la lleva a la música?
-Van bastante de la mano, porque por ejemplo yo no puedo pintar o crear algo visual sin escuchar música, pero muchas veces me encuentro pintando y entro en una especie de “zona” donde estoy demasiado inspirada y muchos sentimientos reprimidos comienzan a salir a la superficie, lo cual hace que termine sentada en el piano tratando de ponerle palabras a eso que estoy sintiendo.
-¿Será posible una presentación en Venezuela?
-Si surge la oportunidad, sí. Amaría, sería un sueño y un honor poder volver a casa y presentarme allá.
@juanchi62
-También es artista visual. ¿Estudió arte?, ¿ha expuesto sus obras?
-Comencé a tomar clases de arte cuando tenía 10 años, pero cuando cumplí 15 decidí dejarlas para enfocarme 100% en la música ya que sabía que eso era lo que quería estudiar. Dejé de dibujar por varios años y lo retomé en 2019 cuando comencé a pintar cuadros; actualmente me lo estoy tomando cada vez más en serio ya que es algo que también me apasiona mucho. Hasta ahora no he expuesto, pero sí es algo que estoy buscando hacer este año ya que hay muchas oportunidades para hacerlo aquí en Nueva York.
-¿Cómo se compaginan o se retroalimentan en usted la música y la pintura?
-Ambas me brindan un flow de creatividad increíble y me ayudan a nunca parar de crear. Cuando tengo un bloqueo creativo con la música pintar me ayuda a romper eso y viceversa. Poder ponerle colores y palabras a todo eso que llevo dentro es una experiencia muy especial y hasta terapéutica.
-¿La música la lleva al arte o el arte la lleva a la música?
-Van bastante de la mano, porque por ejemplo yo no puedo pintar o crear algo visual sin escuchar música, pero muchas veces me encuentro pintando y entro en una especie de “zona” donde estoy demasiado inspirada y muchos sentimientos reprimidos comienzan a salir a la superficie, lo cual hace que termine sentada en el piano tratando de ponerle palabras a eso que estoy sintiendo.
-¿Será posible una presentación en Venezuela?
-Si surge la oportunidad, sí. Amaría, sería un sueño y un honor poder volver a casa y presentarme allá.
@juanchi62
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