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María Clara Salas: “El arte de la poesía viene de la vida”

Este domingo 27, la librería Kalathos de Los Galpones presenta su poemario “La discordia de Babel/Cantábrico”

  • MARITZA JIMÉNEZ

27/02/2022 01:00 am

La librería Kalathos continúa tendiendo lazos literarios entre Venezuela y España, y este domingo nos ofrenda con la presentación de un muy especial título poético, La discordia de Babel/Cántabrico, un volumen editado el pasado año, en el que su autora, María Clara Salas (Caracas, 1947) ha querido reunir dos trabajos de su reconocida creación poética.

Se trata de edición cuidada por Edda Armas, que reúne los libros Cantábrico, en el que las referencias artísticas y literarias a Magritte, Eurídice, Camus, Kiarostami o Cavafis, se entrecruzan con reproducciones de la obra del venezolano Víctor Hugo Irazábal, y La discordia de Babel, al que afloran las memorias de sus vivencias personales.

"En Cantábrico –ha declarado- trato de recuperar una infancia y juventud repartidas entre Venezuela y España”, mientras, sobre La discordia de Babel, afirma: “Venezuela es mi país de origen y una pasión. Deseo que mi país crezca en todos los sentidos, humana e intelectualmente, económicamente, que tengamos paz y dejemos de lado ‘la discordia’”.

-¿Que la mueve a reunirlos en un solo volumen?
-Cantábrico se edita por primera vez en Caracas en 2003, con el Taller Editorial El pez soluble de Belkys Arredondo. Esta segunda entrega, que se publicó en Madrid el año pasado, es una idea editorial de Artemis Nader y David Malavé de Kálathos. Ellos tienen ya algún tiempo presentando libros en los que reúnen una reedición y un texto inédito o nuevo de algunos autores, fue así con Toledana y Bruxa de Sonia Chocrón, y recientemente con dos libros de Belkys Arredondo, Ejercicios de vuelo/A ras del vidrio.

Nacida en Caracas en 1947, María Clara Salas viaja a España en su infancia, donde transcurre su formación básica. “Las decisiones familiares me llevaron a España cuando tenía 11 años”, explica. “Después mi madre no quería regresar a Venezuela porque tenía nueve hijos estudiando y le parecía apropiado quedarse allá. Eso me permitió hacer el bachillerato y parte de la carrera en Madrid”.

Inicia entonces estudios de Filosofía en la Universidad Complutense, y a su regreso a Caracas los culmina en la Universidad Católica Andrés Bello. Posteriormente obtiene el doctorado en Filosofía Contemporánea en la Universidad Central de Venezuela, donde ejerció la docencia.

Su producción poética abarca los poemarios Dibujos de la sombra (1977), Linos (1989), Un tiempo bajo los árboles (1991), Cantábrico (2003), 1606 y otros poemas (2008) y Ritual de bosques (2015), en los que el recordado poeta Armando Rojas Guardia vio “Una aspiración a la tranquilidad y el orden, en la que la promesa de la serenidad redime todas las escorias del vivir”.

Incluida en diversas antologías internacionales, su obra ha sido reconocida con los premios Bienal de Poesía José Rafael Pocaterra (1986), Municipal de Poesía de la Ciudad de Caracas (1991), Francisco Lazo Martí de Poesía (1992) y la Primera Mención de la Bienal Mariano Picón Salas de Poesía (2002), convocada por la Universidad de los Andes.

-Ud. ha citado autores como Nietzsche, Rilke, Baudelaire, Pessoa, entre sus influencias. Sin embargo, en 1606, por ejemplo, está la poesía árabe, sufí.
-Me alegra que mencione ese libro. Hay allí una búsqueda espiritual que se intensificó en mí después de la tragedia de Vargas. Dos hermanas mías que viven fuera, una en Francia y otra en Irán me invitaron a sus casas y de ese viaje, bastante complejo, surge 1606 y otros poemas.

-Un sentido de elevación, trascendencia, recorre su trabajo poético. ¿Cómo definiría su ars poética?
-El arte de la poesía viene de la vida, de su multiplicidad e intensidad, en eso soy nietzscheana. La vida no está reñida con lo trascendente, valoro las formas del sentimiento religioso que nos hacen sentir bien. El venezolano tiene muy arraigada su fe.

-¿Qué opinión le merece el movimiento poético en la Venezuela de la migración?
-El movimiento poético actual tiene un dinamismo y una vitalidad extraordinaria. El venezolano es creativo, incansable, luchador y esto se refleja tanto en la poesía de los que se han quedado como en la de los que se han ido. No encuentro diferencias temáticas, no hay distanciamientos. Tal vez un tono de nostalgia mayor en los que están fuera.

El encuentro de hoy en la librería Kalathos, en el Centro de Arte Los Galpones, está pautado para las 11:00 am, con palabras de presentación de Rafael Castillo Zapata.
@weykapu


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