A CONTROL REMOTO
“Volare”, la canción que llegó para quedarse
Desde que lo cantó en el Festival de San Remo de 1958, el tema se ha convertido en una referencia de la música popular italiana
En 1958, Domenico Modugno, un compositor y cantante completamente desconocido, acudía al Festival de la Canción de San Remo, el más importante de cuantos se celebraban entonces y cuya edición número 72 acabamos de ver en el canal internacional de la Radio y Televisión Italiana (RAI). Aunque ya había participado como compositor en un par de ediciones, esta era la primera vez que se presentaba ante el gran público cantando. Allí se alzó con el triunfo con su canción, convirtiéndose en poco tiempo en una estrella internacional. La canción era Nel blu dipinto di blu, aunque fuera de Italia es más conocida como Volare debido, entre otras cosas, a que cuando fue editada en el mercado norteamericano, lo hicieron bajo este título, seguramente mucho más comercial.
Con el correr de los años, Volare se ha ido convirtiendo casi en uno de los componentes por excelencia de la quintaesencia de la música italiana. No es exagerado afirmar con certeza que en una conversación en la que se hable de música popular y su desarrollo en aquel país, esta canción de Modugno aparecerá de forma inevitable como referencia.
Nel blu dipinto di blu ha sido interpretada y grabada por infinidad de cantantes a lo largo y ancho del mundo. Solo por citar unos cuantos, recordamos los nombres de Frank Sinatra, Dean Martin, Ray Conniff, Barry White, Paul McCartney y muchísimos más. ¡Hasta David Bowie!, aunque hay que decir que su versión no haya sido precisamente brillante. Caso contrario a las interpretaciones de Sinatra o Dean Martin, por la sencilla razón de que la versión original de Modugno estaba muy impregnada de swing, algo enteramente familiar al estilo de los dos vocalistas estadounidenses.
Durante décadas, la canción continuó reinterpretándose, funcionando en innumerables estilos. Se trata ya de un estándar y el público la ha acabado por desligar de su autor, al que muchos ni conocen. En Italia, por supuesto, es casi sagrada, siendo interpretada por casi todos los ídolos indiscutibles de la música, entre los que hay que mencionar a Ricardo Cocciante, Rita Pavone, Andrea Bocelli, Mina, Eros Ramazotti, Luciano Pavarotti y Laura Pausini. En otro ámbito, una versión muy celebrada fue la que, en estilo e inspiración de la rumba catalana, hizo el grupo Gipsy Kings. Si a alguna de estas versiones debo escoger, mi favorita sigue siendo la original de Domenico Modugno, insuperable desde mi modesto punto de vista.
El autor tuvo una vida intensa. Casi tanto como los personajes de su propio repertorio: el protagonista de Vecchio frac se suicida por amor; en Il maestro di violino surge la chispa entre un profesor y su joven alumna; Piange il teléfono presenta al padre que conversa con una hija que no sabe de su existencia. Un ictus en 1984 lo hizo abandonar la música y murió diez años después. Se reconvirtió en defensor de los derechos de los discapacitados y enfermos mentales, causas que apoyó desde su curul de diputado, y posteriormente senador, del Partido Radical.
@aquilinojmata
Con el correr de los años, Volare se ha ido convirtiendo casi en uno de los componentes por excelencia de la quintaesencia de la música italiana. No es exagerado afirmar con certeza que en una conversación en la que se hable de música popular y su desarrollo en aquel país, esta canción de Modugno aparecerá de forma inevitable como referencia.
Nel blu dipinto di blu ha sido interpretada y grabada por infinidad de cantantes a lo largo y ancho del mundo. Solo por citar unos cuantos, recordamos los nombres de Frank Sinatra, Dean Martin, Ray Conniff, Barry White, Paul McCartney y muchísimos más. ¡Hasta David Bowie!, aunque hay que decir que su versión no haya sido precisamente brillante. Caso contrario a las interpretaciones de Sinatra o Dean Martin, por la sencilla razón de que la versión original de Modugno estaba muy impregnada de swing, algo enteramente familiar al estilo de los dos vocalistas estadounidenses.
Durante décadas, la canción continuó reinterpretándose, funcionando en innumerables estilos. Se trata ya de un estándar y el público la ha acabado por desligar de su autor, al que muchos ni conocen. En Italia, por supuesto, es casi sagrada, siendo interpretada por casi todos los ídolos indiscutibles de la música, entre los que hay que mencionar a Ricardo Cocciante, Rita Pavone, Andrea Bocelli, Mina, Eros Ramazotti, Luciano Pavarotti y Laura Pausini. En otro ámbito, una versión muy celebrada fue la que, en estilo e inspiración de la rumba catalana, hizo el grupo Gipsy Kings. Si a alguna de estas versiones debo escoger, mi favorita sigue siendo la original de Domenico Modugno, insuperable desde mi modesto punto de vista.
El autor tuvo una vida intensa. Casi tanto como los personajes de su propio repertorio: el protagonista de Vecchio frac se suicida por amor; en Il maestro di violino surge la chispa entre un profesor y su joven alumna; Piange il teléfono presenta al padre que conversa con una hija que no sabe de su existencia. Un ictus en 1984 lo hizo abandonar la música y murió diez años después. Se reconvirtió en defensor de los derechos de los discapacitados y enfermos mentales, causas que apoyó desde su curul de diputado, y posteriormente senador, del Partido Radical.
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