Gustavo Zajac: “Las obras de arte también son migrantes”
El artista venezolano inaugura hoy en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá la exposición “Migrantes... en camino al dorado”
Primero que nada, una aclaratoria: en las líneas que siguen nos referiremos a la legendaria ciudad del siglo XVI repleta de minas de oro como “el dorado”. Ya el lector entenderá por qué.
El fenómeno migratorio venezolano, y el de cualquier país, la verdad sea dicha, encuentra su rostro más luminoso en aquellos talentos locales que logran hacer trascender sus obras.
Los casos abundan, pero hoy toca hablar de Gustavo Zajac, arquitecto egresado de la Universidad Simón Bolívar y artista visual, formado en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas Cristóbal Rojas, con más de 30 años de trayectoria. Una trayectoria en la que hay que incluir el trabajo que por 24 años hizo en conjunto con Harry Schuster (Puerto Cabello, 1956), quien falleció el año pasado, y que la curadora e investigadora de arte Bélgica Rodríguez describe así:
Schuster y Zajac basan su trabajo en una conceptualización dramática de temas religiosos, similar a las batallas de imágenes y el carácter igualmente dramático de la violencia del hombre contemporáneo; paradójicamente, lo que provoca la inquietante sensualidad que impregna estas atmósferas pictóricas que oscilan entre lo sagrado y lo profano, es esta violencia, con sus rasgos endurecidos y marcadamente expresionistas. (revista ArtNexus. N° 65. Julio-Septiembre, 2007).
Con la individualidad que nunca perdió, Gustavo Zajac (Caracas, 1954) inaugura hoy en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá (MAC), la exposición Migrante… en camino al dorado, muestra que se enmarca en el evento Noches de Museos, durante el cual 40 museos de la capital colombiana abrirán sus puertas en simultáneo con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Museos.
La exposición, que se realiza en alianza con las instituciones venezolanas Fundación Grupo Valdés, Cacao Cultura y la Dirección Central de Cultura de la Universidad de Carabobo, ha sido curada por Sebastián Jiménez Cortés (de la institución museística bogotana) y es una ampliación de la propuesta Figuras esenciales… en camino al dorado, que Harry Schuster y Gustavo Zajac presentaron en el país en 2020, de manera presencial y en plena pandemia, y en Colombia, de modo virtual. En ella, los artistas abordan el fenómeno migratorio desde una perspectiva inusual y a partir de la leyenda de la ciudad del dorado.




El fenómeno migratorio venezolano, y el de cualquier país, la verdad sea dicha, encuentra su rostro más luminoso en aquellos talentos locales que logran hacer trascender sus obras.
Los casos abundan, pero hoy toca hablar de Gustavo Zajac, arquitecto egresado de la Universidad Simón Bolívar y artista visual, formado en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas Cristóbal Rojas, con más de 30 años de trayectoria. Una trayectoria en la que hay que incluir el trabajo que por 24 años hizo en conjunto con Harry Schuster (Puerto Cabello, 1956), quien falleció el año pasado, y que la curadora e investigadora de arte Bélgica Rodríguez describe así:
Schuster y Zajac basan su trabajo en una conceptualización dramática de temas religiosos, similar a las batallas de imágenes y el carácter igualmente dramático de la violencia del hombre contemporáneo; paradójicamente, lo que provoca la inquietante sensualidad que impregna estas atmósferas pictóricas que oscilan entre lo sagrado y lo profano, es esta violencia, con sus rasgos endurecidos y marcadamente expresionistas. (revista ArtNexus. N° 65. Julio-Septiembre, 2007).
Con la individualidad que nunca perdió, Gustavo Zajac (Caracas, 1954) inaugura hoy en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá (MAC), la exposición Migrante… en camino al dorado, muestra que se enmarca en el evento Noches de Museos, durante el cual 40 museos de la capital colombiana abrirán sus puertas en simultáneo con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Museos.
La exposición, que se realiza en alianza con las instituciones venezolanas Fundación Grupo Valdés, Cacao Cultura y la Dirección Central de Cultura de la Universidad de Carabobo, ha sido curada por Sebastián Jiménez Cortés (de la institución museística bogotana) y es una ampliación de la propuesta Figuras esenciales… en camino al dorado, que Harry Schuster y Gustavo Zajac presentaron en el país en 2020, de manera presencial y en plena pandemia, y en Colombia, de modo virtual. En ella, los artistas abordan el fenómeno migratorio desde una perspectiva inusual y a partir de la leyenda de la ciudad del dorado.

Duro a veces (plata) es una de las obras de Zajac que se expone en el MAC de Bogotá (CORTESÍA)
-¿Cuál fue la reflexión de la que partió el trabajo que presenta en el MAC de Bogotá; es decir, la migración?
-Soy hijo de migrantes y nací en Venezuela, entonces para mí el tema de la migración siempre estuvo presente. Habiendo nacido en Venezuela, me toca migrar; es decir, no me es ajeno. Pero el tema de la migración, más allá de ser tratado como un asunto de éxodo, que es lo que normalmente conocemos, nosotros -Schuster y él- queríamos enfocarlo en cómo ve el migrante a los migrantes, que es un punto de vista que nunca se ha comentado ni se ha planteado; es decir, la sensación que te transmite el migrante. Nefertiti vive en Berlín y es egipcia, la Gioconda es italiana pero vive en París; las obras de arte también son migrantes. Ninguna se queda en el estudio del artista, siempre migra, se va a otro lado, a otro país, a otra casa, a otro museo.
“Jesús Soto también fue migrante, Fernando Botero fue migrante, Picasso fue migrante, Carlos Cruz-Diez fue migrante. Desde mi punto de vista como artista, como migrante, yo estoy llevando toda esa carga emocional afuera, y a través de qué me puedo expresar, pues de la obra de arte, expresando los sentimientos y usando esa referencia de que las obras de arte son migrantes. Lo que quise hacer fue apropiarme de las obras de arte que transmiten la esperanza, la alegría, la angustia o el miedo y colocarlas en una secuencia para hacerlas semejantes y compartir los sentimientos tanto de los migrantes como de los migrados, del que se queda o el que te recibe, porque la migración termina siendo una transformación, una adaptación, un estudiarte a ti mismo, un investigarte”, agrega Zajac.
-Todo ese proceso de transformación, de cambio, de ajuste, de reflexión o de adaptación -continúa- implica buscar esas imágenes comunes que me hacen semejante al sitio adonde yo llegué, porque ese sentimiento es el mismo que tiene, en este caso, el pueblo de Colombia, con la angustia de que de repente le llegó toda esta gente. Digo Colombia porque es donde estoy, pero eso ocurre en todos los países. Básicamente se trata de ofrecer la visión de un migrante sobre los migrantes y hacerme semejante al lugar al cual llegué.
-¿Cuál fue la reflexión de la que partió el trabajo que presenta en el MAC de Bogotá; es decir, la migración?
-Soy hijo de migrantes y nací en Venezuela, entonces para mí el tema de la migración siempre estuvo presente. Habiendo nacido en Venezuela, me toca migrar; es decir, no me es ajeno. Pero el tema de la migración, más allá de ser tratado como un asunto de éxodo, que es lo que normalmente conocemos, nosotros -Schuster y él- queríamos enfocarlo en cómo ve el migrante a los migrantes, que es un punto de vista que nunca se ha comentado ni se ha planteado; es decir, la sensación que te transmite el migrante. Nefertiti vive en Berlín y es egipcia, la Gioconda es italiana pero vive en París; las obras de arte también son migrantes. Ninguna se queda en el estudio del artista, siempre migra, se va a otro lado, a otro país, a otra casa, a otro museo.
“Jesús Soto también fue migrante, Fernando Botero fue migrante, Picasso fue migrante, Carlos Cruz-Diez fue migrante. Desde mi punto de vista como artista, como migrante, yo estoy llevando toda esa carga emocional afuera, y a través de qué me puedo expresar, pues de la obra de arte, expresando los sentimientos y usando esa referencia de que las obras de arte son migrantes. Lo que quise hacer fue apropiarme de las obras de arte que transmiten la esperanza, la alegría, la angustia o el miedo y colocarlas en una secuencia para hacerlas semejantes y compartir los sentimientos tanto de los migrantes como de los migrados, del que se queda o el que te recibe, porque la migración termina siendo una transformación, una adaptación, un estudiarte a ti mismo, un investigarte”, agrega Zajac.
-Todo ese proceso de transformación, de cambio, de ajuste, de reflexión o de adaptación -continúa- implica buscar esas imágenes comunes que me hacen semejante al sitio adonde yo llegué, porque ese sentimiento es el mismo que tiene, en este caso, el pueblo de Colombia, con la angustia de que de repente le llegó toda esta gente. Digo Colombia porque es donde estoy, pero eso ocurre en todos los países. Básicamente se trata de ofrecer la visión de un migrante sobre los migrantes y hacerme semejante al lugar al cual llegué.

"Ninguna obra se queda en el estudio del artista, siempre migra", dice el artista venezolano (CORTESÍA)
Migrantes… en camino al dorado reúne 41 obras en papel de Arches (fábrica fundada en 1492) concebidas a modo de estampas viajeras, impresas con tecnología actual. La mitad de ellas han sido trabajadas con hojillado de oro y el resto reproducidas a modo de espejo; valga decir, en lámina de plata y en contraste.
Jasmine Prince, investigadora y curadora de arte, escribe en el texto que acompaña a la muestra: “Todas (las obras) se encuentran iluminadas, no según la ortodoxia (en cuanto al uso de color), sino transformando el dibujo lineal en un dibujo pictórico donde el límite entre dibujo y pintura se borra, encabezadas por pinturas de gran formato, usando como referencia la figura de Dios (tomada de una obra de Caravaggio), a modo de imagen de poder; como invitación de entrada y salida del recorrido; otra pintura, de mediano formato, un desnudo femenino, (La bañista de Valpinçon o La gran bañista de J. D. Ingres) constituye el eje central de la composición, conformando así, lo que pudiésemos llamar una sola obra compuesta por varios grupos, y cada grupo por varias piezas”.
Migrantes… en camino al dorado reúne 41 obras en papel de Arches (fábrica fundada en 1492) concebidas a modo de estampas viajeras, impresas con tecnología actual. La mitad de ellas han sido trabajadas con hojillado de oro y el resto reproducidas a modo de espejo; valga decir, en lámina de plata y en contraste.
Jasmine Prince, investigadora y curadora de arte, escribe en el texto que acompaña a la muestra: “Todas (las obras) se encuentran iluminadas, no según la ortodoxia (en cuanto al uso de color), sino transformando el dibujo lineal en un dibujo pictórico donde el límite entre dibujo y pintura se borra, encabezadas por pinturas de gran formato, usando como referencia la figura de Dios (tomada de una obra de Caravaggio), a modo de imagen de poder; como invitación de entrada y salida del recorrido; otra pintura, de mediano formato, un desnudo femenino, (La bañista de Valpinçon o La gran bañista de J. D. Ingres) constituye el eje central de la composición, conformando así, lo que pudiésemos llamar una sola obra compuesta por varios grupos, y cada grupo por varias piezas”.

Me escondo (oro), de Zajac (CORTESÍA)
-Partiendo del fenómeno del éxodo venezolano, ¿cree usted que los artistas de nuestro país se han sensibilizado o han abordado con profundidad este tema?
-Yo no lo veo como éxodo porque eso sería limitante. El éxodo sería que me fui a otro lado. A mí me interesa hablar de lo permeable, del movimiento, del cambio, de lo barraco, de lo sobrecargado que lleva consigo el éxodo. No es solo el hecho de que te trasladas a un lugar, sino todo lo que te llevas, lo que encuentras, todo ese proceso de migrar, porque puedes migrar dentro de ti mismo, y no necesariamente es el cambio de lugar, puedes migrar de opinión, de un montón de cosas, dice Gustavo Zajac.
Y prosigue: “Creo que los artistas venezolanos sí han tocado el tema, desde distintos enfoques: el éxodo, de migrante a migrante. Por su actualidad, el tema es sensible. Pero Adán y Eva fueron los primeros migrantes, así que no es que en este momento está ocurriendo el fenómeno, sino que ha existido siempre. Tiene relevancia ahora por sus componentes políticos y económicos, pero la migración siempre ha existido. Y podemos enfocarnos en los trabajos de todos los artistas, no solo en los de ahora y no solo los venezolanos. ¿Quién define las fronteras o cuándo se definieron esas fronteras? El arte es universal y está en todas partes. La virgen María de Europa es la misma virgen María nuestra”.
-Partiendo del fenómeno del éxodo venezolano, ¿cree usted que los artistas de nuestro país se han sensibilizado o han abordado con profundidad este tema?
-Yo no lo veo como éxodo porque eso sería limitante. El éxodo sería que me fui a otro lado. A mí me interesa hablar de lo permeable, del movimiento, del cambio, de lo barraco, de lo sobrecargado que lleva consigo el éxodo. No es solo el hecho de que te trasladas a un lugar, sino todo lo que te llevas, lo que encuentras, todo ese proceso de migrar, porque puedes migrar dentro de ti mismo, y no necesariamente es el cambio de lugar, puedes migrar de opinión, de un montón de cosas, dice Gustavo Zajac.
Y prosigue: “Creo que los artistas venezolanos sí han tocado el tema, desde distintos enfoques: el éxodo, de migrante a migrante. Por su actualidad, el tema es sensible. Pero Adán y Eva fueron los primeros migrantes, así que no es que en este momento está ocurriendo el fenómeno, sino que ha existido siempre. Tiene relevancia ahora por sus componentes políticos y económicos, pero la migración siempre ha existido. Y podemos enfocarnos en los trabajos de todos los artistas, no solo en los de ahora y no solo los venezolanos. ¿Quién define las fronteras o cuándo se definieron esas fronteras? El arte es universal y está en todas partes. La virgen María de Europa es la misma virgen María nuestra”.

Íntim@ (plata) también forma parte de Migrantes... en camino al dorado (CORTESÍA)
-Obviamente, su propuesta no es una interpretación literal del mito del dorado. ¿Cómo lo reinterpretó? ¿Cree que todavía seguimos en la búsqueda de la cuidad de oro?
-La gente tiene la fijación de que el dorado es un lugar, por eso nunca lo encontraron. El dorado, para mí, es el desarrollo de mi capacidad artística fuera de Venezuela o desarrollada en Venezuela. Cada uno tiene un dorado que está buscando y por eso es que es un mito. En mi propuesta no me refiero al dorado como el lugar, sino como esa expectativa y ese desarrollo personal. A lo mejor, el dorado está dentro de ti mismo. Por eso siempre lo escribo en minúscula: no me refiero a un lugar sino a un hecho, a un proceso, a una transformación. Yo sigo buscando el dorado.
-Usted trabajó por años junto a Harry Schuster, quien falleció el año pasado. ¿Cómo se ha planteado la creación a partir de esta dolorosa circunstancia?, ¿cómo afronta en solitario su trabajo artístico?
-Harry tuvo un desarrollo individual como artista plástico. Yo también. Luego decidimos desarrollar una obra juntos, pero nunca perdimos la personalidad. Él pintaba y yo dibujaba. Lo que hacíamos era poner en el mismo plano el dibujo y la pintura, desde su personalidad y desde la mía. Durante 24 años hicimos todo este trabajo, pero pasamos por distintos procesos. Nunca nos transformamos en uno solo. ¿Qué nos llevó a trabajar juntos? En la historia del arte hemos sabido de una gran cantidad de artistas que trabajaron juntos. Rubens trabajó con Brueghel y con Anton van Dyck. Eso siempre ha existido. Hoy se impone la exaltación del “yo”, yo soy el artista, yo soy el que crea, pero en el campo de las artes siempre han existido los trabajos en colaboración, desde el respeto al otro. ¿Cómo podíamos crear una obra si bien en algún momento nos decidíamos por convicciones plásticas, de desarrollo de líneas o por algo en lo que no existiera la autoría? Lo que nosotros quisimos lograr fue que importara la obra y no el nombre de los artistas.
“Lo que me parece importante es que dos artistas que tuvieron y tienen un desarrollo personal, en un momento dado deciden reunirse para crear una obra manteniendo sus respectivas personalidades. Y lo hicieron durante 24 años pasando por una serie de etapas. No fue lo que ahora se llama colectivo; nosotros éramos dos artistas trabajando juntos en una obra. Ni la personalidad de Harry sobrepasaba la mía ni la mía sobrepasaba la de Harry”, concluye Gustavo Zajac.
Migrantes... en camino al dorado se estará presentando desde hoy, 12 de noviembre de 2021, hasta finales de año, en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, MAC, ubicado en Carrera 74 No. 82A - 81, Bogotá, Colombia.
@juanchi62
-Obviamente, su propuesta no es una interpretación literal del mito del dorado. ¿Cómo lo reinterpretó? ¿Cree que todavía seguimos en la búsqueda de la cuidad de oro?
-La gente tiene la fijación de que el dorado es un lugar, por eso nunca lo encontraron. El dorado, para mí, es el desarrollo de mi capacidad artística fuera de Venezuela o desarrollada en Venezuela. Cada uno tiene un dorado que está buscando y por eso es que es un mito. En mi propuesta no me refiero al dorado como el lugar, sino como esa expectativa y ese desarrollo personal. A lo mejor, el dorado está dentro de ti mismo. Por eso siempre lo escribo en minúscula: no me refiero a un lugar sino a un hecho, a un proceso, a una transformación. Yo sigo buscando el dorado.
-Usted trabajó por años junto a Harry Schuster, quien falleció el año pasado. ¿Cómo se ha planteado la creación a partir de esta dolorosa circunstancia?, ¿cómo afronta en solitario su trabajo artístico?
-Harry tuvo un desarrollo individual como artista plástico. Yo también. Luego decidimos desarrollar una obra juntos, pero nunca perdimos la personalidad. Él pintaba y yo dibujaba. Lo que hacíamos era poner en el mismo plano el dibujo y la pintura, desde su personalidad y desde la mía. Durante 24 años hicimos todo este trabajo, pero pasamos por distintos procesos. Nunca nos transformamos en uno solo. ¿Qué nos llevó a trabajar juntos? En la historia del arte hemos sabido de una gran cantidad de artistas que trabajaron juntos. Rubens trabajó con Brueghel y con Anton van Dyck. Eso siempre ha existido. Hoy se impone la exaltación del “yo”, yo soy el artista, yo soy el que crea, pero en el campo de las artes siempre han existido los trabajos en colaboración, desde el respeto al otro. ¿Cómo podíamos crear una obra si bien en algún momento nos decidíamos por convicciones plásticas, de desarrollo de líneas o por algo en lo que no existiera la autoría? Lo que nosotros quisimos lograr fue que importara la obra y no el nombre de los artistas.
“Lo que me parece importante es que dos artistas que tuvieron y tienen un desarrollo personal, en un momento dado deciden reunirse para crear una obra manteniendo sus respectivas personalidades. Y lo hicieron durante 24 años pasando por una serie de etapas. No fue lo que ahora se llama colectivo; nosotros éramos dos artistas trabajando juntos en una obra. Ni la personalidad de Harry sobrepasaba la mía ni la mía sobrepasaba la de Harry”, concluye Gustavo Zajac.
Migrantes... en camino al dorado se estará presentando desde hoy, 12 de noviembre de 2021, hasta finales de año, en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, MAC, ubicado en Carrera 74 No. 82A - 81, Bogotá, Colombia.
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