La Poeteca invita a releer a Esdras Parra
“Lo que trae el relámpago” reúne los dos libros póstumos de la escritora, dibujante y promotora cultural fallecida hace 17 años
MARITZA JIMÉNEZ
Después de transitar con éxito la narrativa, con el resultado de tres libros premiados, El insurgente (1967), Por el norte el mar de las Antillas y Juego limpio (1968), en la segunda mitad de su vida Esdras Parra retomó los caminos de la poesía con similares resultados: Este suelo secreto, su primer poemario, recibió el premio de la II Bienal Mariano Picón Salas de Mérida en 1995. Le siguieron otros dos títulos, Antigüedad del frío (2000) y Aún no (2004), publicado poco antes de su fallecimiento. El Premio Nacional de Literatura le fue otorgado en 1998.
Su vida, tras la decisión que la convirtió en la primera escritora transgénero de Venezuela, ha sido tema de la obra de seis autores, Vargas Llosa incluido, que la han llevado a la novela, el teatro y hasta crónicas autobiográficas. Pocos, sin embargo, han considerado el valor de una obra que la ubica como una de las voces más sólidas y originales de la literatura venezolana contemporánea.
Por eso, la Fundación La Poeteca invita a su relectura con Lo que trae el relámpago, una muy cuidada edición póstuma de los dos libros inéditos que la poeta dejó al cuidado de su gran amigo, el escritor y promotor cultural José Napoleón Oropeza, gracias a quien, 17 años después de su muerte por el cáncer, podemos apreciar en esta publicación el valor y la permanencia de una poesía destacada por la lucidez de sus búsquedas en el terreno del ser y la palabra.
Son 300 poemas en total, recogidos en los títulos Cada noche su camino (1996-1997), revisado acuciosamente hasta lograr una versión definitiva, y El extremado amor, con versos escritos entre 2002 y 2003, que no alcanzó un borrador final porque la sorprendieron la gravedad y la muerte.
“En La Poeteca nos sentimos muy felices, porque creemos que Esdras Parra necesitaba una relectura”, afirma Jacqueline Goldberg, gerente editorial de la institución poética, relatando que, a diferencia de otros intentos, fue el respetuoso acercamiento, y una propuesta eminentemente cultural, lo que les permitió, con el debido contrato editorial de por medio, obtener el permiso de la familia a la publicación.
-No quisimos entrar en entrar en otro tipo de discusiones –añade Golberg-, Esdras Parra es una mujer, tomó una decisión y tuvo una vida. Para nosotros como editorial lo importante es la obra. Por eso no discutimos mucho si poner en el libro la biografía. Como ella dijo, su vida está en su obra.
Nacida en Santa Cruz de Mora, Mérida (1939), el nombre de Esdras Parra se suma a los de Alfredo Silva Estrada, Sonia Sanoja, Roberto Guevara y Alfredo Chacón, entre otros estudiantes de la escuela de Filosofía de la UCV de mediados de los 50 que prosiguen su formación en la capital francesa. Ya desde entonces destaca por su cultivo de la poesía, ---
-aunque su debut literario tiene lugar en el campo narrativo-, y una novela, Al margen, nunca publicada, le ganan fama literaria en los medios universitarios.
En la década del 60 al 70 vive en Europa, especialmente Roma y Londres. A su regreso, en los años de modernización de la institucionalidad cultural en Venezuela, se dedica a la crítica de cine en el Papel Literario del diario El Nacional, y la traducción. Posteriormente, como jefe de redacción de la revista Imagen y luego en Monte Ávila Editores, participa activamente en la divulgación de los autores del llamado boom de la narrativa latinoamericana.
Luego de su trascendente decisión, a mediados de los 70, opta por una vida reservada, durante la cual se mantiene entregada al dibujo y la poesía. Tan discreta como su vida, su poesía se adentra en el ser del lenguaje, construyendo prácticamente, cada poema, hasta hacer de él un verdadero objeto verbal en el que las palabras convocan inéditas relaciones.
“En la poesía de Esdras hay un lenguaje distinto”, afirma José Napoleón Oropeza, y la misma poeta lo reconocía: “Mi poesía es subversiva”, declaró a José Pulido en 2001. “Lo que pasa –aclaraba- es que yo camino en sentido contrario. No me interesa escribir una poesía erótica, social, histórica, sociológica, porque de cierta manera yo sigo el dictado de Wallace Stevens que dice «La poesía es el sujeto del poema».
La edición de La Poeteca completa esta invitación a su lectura con imágenes de las páginas de su diario, en cuya letra se aprecian las huellas de su práctica del dibujo, al que se dedicó calladamente como asistente al Círculo de Dibujantes del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.
Además se incluyen sus textos La poesía no tiene edad, de Este suelo secreto, y ¿Por qué escriben los escritores?, del libro homónimo de Petruvska Simme; El enigma de un viaje insondable, análisis de su obra por José Napoleón Oropeza, y la entrevista de José Pulido, Esdras Parra: mi poesía es subversiva.
Lo que trae el relámpago contó con el apoyo de Unión Afirmativa, diseño de Waleska Belisario y corrección de Maribel Espinoza. El libro ya está ya en venta en Caracas en las librerías El Buscón, Sopa de Letras y Kalathos. También se encuentra disponible en Amazon y en los próximos meses podrá descargarse libremente del portal de La Poeteca, como los otros doce libros hasta ahora publicados por la Fundación.
Para octubre, La Poeteca tiene diseñada una agenda de actividades en torno al libro, como foros, conferencias y lecturas, orientada fundamentalmente a los lectores más jóvenes.
Después de transitar con éxito la narrativa, con el resultado de tres libros premiados, El insurgente (1967), Por el norte el mar de las Antillas y Juego limpio (1968), en la segunda mitad de su vida Esdras Parra retomó los caminos de la poesía con similares resultados: Este suelo secreto, su primer poemario, recibió el premio de la II Bienal Mariano Picón Salas de Mérida en 1995. Le siguieron otros dos títulos, Antigüedad del frío (2000) y Aún no (2004), publicado poco antes de su fallecimiento. El Premio Nacional de Literatura le fue otorgado en 1998.
Su vida, tras la decisión que la convirtió en la primera escritora transgénero de Venezuela, ha sido tema de la obra de seis autores, Vargas Llosa incluido, que la han llevado a la novela, el teatro y hasta crónicas autobiográficas. Pocos, sin embargo, han considerado el valor de una obra que la ubica como una de las voces más sólidas y originales de la literatura venezolana contemporánea.
Por eso, la Fundación La Poeteca invita a su relectura con Lo que trae el relámpago, una muy cuidada edición póstuma de los dos libros inéditos que la poeta dejó al cuidado de su gran amigo, el escritor y promotor cultural José Napoleón Oropeza, gracias a quien, 17 años después de su muerte por el cáncer, podemos apreciar en esta publicación el valor y la permanencia de una poesía destacada por la lucidez de sus búsquedas en el terreno del ser y la palabra.
Son 300 poemas en total, recogidos en los títulos Cada noche su camino (1996-1997), revisado acuciosamente hasta lograr una versión definitiva, y El extremado amor, con versos escritos entre 2002 y 2003, que no alcanzó un borrador final porque la sorprendieron la gravedad y la muerte.
“En La Poeteca nos sentimos muy felices, porque creemos que Esdras Parra necesitaba una relectura”, afirma Jacqueline Goldberg, gerente editorial de la institución poética, relatando que, a diferencia de otros intentos, fue el respetuoso acercamiento, y una propuesta eminentemente cultural, lo que les permitió, con el debido contrato editorial de por medio, obtener el permiso de la familia a la publicación.
-No quisimos entrar en entrar en otro tipo de discusiones –añade Golberg-, Esdras Parra es una mujer, tomó una decisión y tuvo una vida. Para nosotros como editorial lo importante es la obra. Por eso no discutimos mucho si poner en el libro la biografía. Como ella dijo, su vida está en su obra.
Nacida en Santa Cruz de Mora, Mérida (1939), el nombre de Esdras Parra se suma a los de Alfredo Silva Estrada, Sonia Sanoja, Roberto Guevara y Alfredo Chacón, entre otros estudiantes de la escuela de Filosofía de la UCV de mediados de los 50 que prosiguen su formación en la capital francesa. Ya desde entonces destaca por su cultivo de la poesía, ---
-aunque su debut literario tiene lugar en el campo narrativo-, y una novela, Al margen, nunca publicada, le ganan fama literaria en los medios universitarios.
En la década del 60 al 70 vive en Europa, especialmente Roma y Londres. A su regreso, en los años de modernización de la institucionalidad cultural en Venezuela, se dedica a la crítica de cine en el Papel Literario del diario El Nacional, y la traducción. Posteriormente, como jefe de redacción de la revista Imagen y luego en Monte Ávila Editores, participa activamente en la divulgación de los autores del llamado boom de la narrativa latinoamericana.
Luego de su trascendente decisión, a mediados de los 70, opta por una vida reservada, durante la cual se mantiene entregada al dibujo y la poesía. Tan discreta como su vida, su poesía se adentra en el ser del lenguaje, construyendo prácticamente, cada poema, hasta hacer de él un verdadero objeto verbal en el que las palabras convocan inéditas relaciones.
“En la poesía de Esdras hay un lenguaje distinto”, afirma José Napoleón Oropeza, y la misma poeta lo reconocía: “Mi poesía es subversiva”, declaró a José Pulido en 2001. “Lo que pasa –aclaraba- es que yo camino en sentido contrario. No me interesa escribir una poesía erótica, social, histórica, sociológica, porque de cierta manera yo sigo el dictado de Wallace Stevens que dice «La poesía es el sujeto del poema».
La edición de La Poeteca completa esta invitación a su lectura con imágenes de las páginas de su diario, en cuya letra se aprecian las huellas de su práctica del dibujo, al que se dedicó calladamente como asistente al Círculo de Dibujantes del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.
Además se incluyen sus textos La poesía no tiene edad, de Este suelo secreto, y ¿Por qué escriben los escritores?, del libro homónimo de Petruvska Simme; El enigma de un viaje insondable, análisis de su obra por José Napoleón Oropeza, y la entrevista de José Pulido, Esdras Parra: mi poesía es subversiva.
Lo que trae el relámpago contó con el apoyo de Unión Afirmativa, diseño de Waleska Belisario y corrección de Maribel Espinoza. El libro ya está ya en venta en Caracas en las librerías El Buscón, Sopa de Letras y Kalathos. También se encuentra disponible en Amazon y en los próximos meses podrá descargarse libremente del portal de La Poeteca, como los otros doce libros hasta ahora publicados por la Fundación.
Para octubre, La Poeteca tiene diseñada una agenda de actividades en torno al libro, como foros, conferencias y lecturas, orientada fundamentalmente a los lectores más jóvenes.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones