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El grito silencioso de Sheroanawe Hakihiiwe

La galería Fortes D’Aloia & Gabriel, en Rio de Janeiro, presenta hasta el 7 de agosto, en su espacio Carpintaria, la primera exposición individual del artista Yanomami en Brasil

  • YASMÍN MONSALVE REAÑO

02/08/2021 12:09 pm

São Paulo, Brasil.- La obra, poderosa y esencial, de Sheroanawe Hakihiiwe es la expresión más genuina de la lucha por la sobrevivencia de las culturas ancestrales de los pueblos aborígenes, ante la avasalladora dinámica del mundo occidental. El artista venezolano, nacido en Amazonas (1971), presenta hasta el 7 de agosto su primera exposición individual en territorio brasileño.
 
La galería Fortes D’Aloia & Gabriel, en Rio de Janeiro, inauguró Carpintaria, espacio dedicado a introducir nuevas voces del circuito artístico, con los trabajos de Hakihiiwe en los que dibujo y color se incorporan a la tradición oral de su pueblo. Líneas rectas, paralelas, curvas y puntilladas, arcos, círculos, triángulos, retículas, redes y anillos evocan los animales, las plantas y los espíritus de la selva.


Vista general de la sala Carpintaria, de la galería Fortes D’Aloia & Gabriel, en Rio de Janeiro (EDUARDO ORTEGA)

Luis Romero, fundador de la galería ABRA Caracas y principal promotor del trabajo del artista, explica que “Hakihiiwe estaba interesado en exhibir su obra en Brasil, consciente de los problemas que enfrentan sus hermanos Yanomani que viven allí. Es un anhelo que la presencia de su trabajo les dé mayor visibilidad”.

“En esta oportunidad no ha podido acompañar la exposición, sin embargo, un espíritu invisible (Porerimou) sí ha estado presente. Creo que ésta será la primera de varias exposiciones de su obra en ese país -agrega Romero-. Está también en los planes de Sheroanawe poder visitar las comunidades Yanomami de Brasil, dar a conocer su trabajo y establecer con ellos un diálogo y comunicación que pueda fortalecerse y ser de utilidad para este pueblo a ambos lados de la frontera”.


"La protección del conocimiento y de la memoria Yanomami es una de las principales motivaciones" de Hakihiiwe, afirma la curadora Catalina Lozano (CORTESÍA FORTES D'ALOIA & GABRIEL, SÃO PAULO / RIO DE JANEIRO)

La curadora Catalina Lozano, escribe en el catálogo que “la protección del conocimiento y de la memoria Yanomami es una de las principales motivaciones por detrás de la producción de Hakihiiwe, que busca combatir la imposición aplastante del conocimiento y de las tecnologías occidentales sobre las personas indígenas. En constante ataque por medio de diferentes formas de extractivismo, evangelización y asimilación, los Yanomamis que viven en las convincentes ficciones llamadas Venezuela y Brasil, como la mayor parte de los indígenas del mundo, tuvieron que luchar contra sucesivas tentativas de aniquilar sus perspectivas y prácticas diarias. Considerado “sin nombre” por un misionero -los Yanomami no usan nombres de acuerdo al canon occidental- , el artista fue bautizado con un nombre en homenaje al padre católico Juan Bosco, una apodo que rechazó de adulto, adoptando el nombre de Sheroanawe, que indica su lugar de nacimiento”.

El artista vive y trabaja en Pori Pori, comunidad indígena en el Alto Orinoco. Acerca de su método de creación, explica la curadora: “Cuando está en Amazonas, sin ninguna comunicación con el exterior, el artista mantiene un cuaderno de bocetos, en el cual desarrolla un lenguaje visual sintético. Hakihiiwe también pasa períodos de tiempo en Caracas, donde traduce esos bocetos usando diferentes técnicas, tales como dibujo, pintura y grabado en papel y tela. En la obra, presente en la individual carioca, Mohomi pariki omi, por ejemplo, él representa el pecho de una águila en la forma más minimalista posible sin perder su expresividad”.


“Su obra tiene el inmenso valor de hablar en primera persona desde el orgullo y desde el miedo a que desaparezca su mundo", comenta Luis Romero sobre la obra de Sheroanawe (CORTESÍA FORTES D'ALOIA & GABRIEL, SÃO PAULO / RIO DE JANEIRO)

Interrogado sobre la trascendencia de la obra de Sheroanawe en el panorama contemporáneo, Romero explica que “el trabajo de Sheroanawe es en sí mismo una paradoja. El lenguaje plástico que él maneja es de alguna manera ajeno tanto para el mundo del arte contemporáneo como para su misma comunidad, haciéndolo en realidad único. Desde que comencé a trabajar con él en el año 2010 siempre estuvo claro que su obra pertenece a una narrativa contemporánea”.
 
“Su obra tiene el inmenso valor de hablar en primera persona desde el orgullo y desde el miedo a que desaparezca su mundo. Ese mundo, que aunque nos parece lejano, sabemos que cualquier cambio que suceda allá nos afectará en cualquier lugar del planeta. Como todo artista contemporáneo genuino, su mirada e ideas muchas veces toman cierto tiempo y esfuerzo para ser comprendidas. Sheroanawe sin planteárselo de manera directa hace oposición a la estética estereotipada de lo "autóctono", comenta el galerista y curador venezolano

Su lenguaje en ocasiones es en mayor medida "abstracto" para nuestro ojo y en otras explícitamente figurativo. Ese lenguaje está inmerso en la fuerza de sus creencias espirituales y referentes culturales, que a la vista del "ojo occidental" parecieran recursos formales simples, y que en realidad son una compleja cartografía mítica. En su obra existe una complejidad que a veces nos es difícil de entender, porque simultáneamente nos habla de cosas tan sencillas como lo es la pluma de un ave, unas huellas de algún animal de caza o de un enorme árbol, y en ese conjunto de obras Sheroanawe nos lleva a reflexionar sobre un ecosistema, una manera de vivir o relacionarse con el ambiente, que por miles de años ha sido coherente y sustentable y que es a la vez tan frágil y susceptible a cualquier intervención”, agrega.

La obra del artista Yanomami forma parte de importantes colecciones de arte públicas y privadas (CORTESÍA FORTES D'ALOIA & GABRIEL, SÃO PAULO / RIO DE JANEIRO)

Luego de 20 años de discreta labor el trabajo de Sheroanawe ha encontrado su lugar en el contexto del arte. En este sentido, Romero marca como punto de inflexión la invitación hecha por la curadora brasileña, radicada en Londres, Kiki Mazzuccelli en 2017 a la galería ABRA, a participar con su trabajo en la feria de arte contemporáneo ARTBO 2017. Esta presencia despertó el interés por la obra de Hakihiiwe desde una mirada inclusiva enmarcada en estos tiempos de reconocimiento del "otro" y en sus modos de crear y expresarse.

Curadores como Agustín Pérez Rubio, Cosmin Costinas, José Luis Blondet, Jorge Rivas y Catalina Lozano mostraron un gran interés en su obra, manifestándose de manera práctica en invitaciones a proyectos como su participación en la feria de ARCO Madrid 2019, Bienal de Berlín o exposiciones en Madrid o en Hong Kong. Es relevante decir que a partir de múltiples invitaciones su trabajo ha ingresado a importantes colecciones de arte públicas y privadas como las del Museo Británico en Londres, Colección de la Universidad de Colombia en Bogotá, Museo de Lima (MALI), Museo de Bellas Artes de Buenos Aires (MALBA), Colección Patricia Phelps de Cisneros, Museo de arte de Denver, entre otras.

La práctica artística de Hakihiiwe tienes sus inicios en los años noventa a partir de su encuentro con la artista mexicana Laura Anderson Barbata. Con ella aprende a hacer papel con fibras naturales como Shiki o Abaca, sobre el cual aplica tinta vegetal. Juntos fundan el proyecto comunitario Yanomami Owë mamotima, iniciativa pionera que desde entonces viene posibilitando la publicación de libros producidos colectivamente por la comunidad Yanomami.

Lozano cuenta que, en general, los Yanomami no dibujan en papel, lo hacen en sus cuerpos. El papel, nuevo soporte aprendido con la mexicana Barbata ha permitido que ese imaginario, hasta ese momento destinado al cuerpo, viajase fuera del Amazonas. “Su obra hace parte de una tradición abstracta que no está relacionada con las genealogías occidentales, y sí con las cosmologías amazónicas. Usando una taxonomía que va en contramano de la ambición clasificatoria de la tradición occidental, estos dibujos se refieren al contexto y a la acción de un organismo y no a su representación. Hakihiiwe evoca y recrea pulsiones vitales”.

Sobre el artista
Sheroanawe Hakihiiwe (Sheroana, Amazonas, Venezuela, 1971). Vive y trabaja en el Alto Orinoco, Venezuela. Entre sus exposiciones individuales, se destacan: Urihi, Kunsthalle Lissabon, Lisboa, Portugal (2021); Puhi Tropao (Estar feliz), Galería ABRA, Caracas, Venezuela (2017); Puhi Tropao (Estar feliz), Museo del Diseño y la Estampa Carlos Cruz-Diez, Caracas, Venezuela (2016); Porerimou (Viajar como espíritu invisible), Oficina #1, Caracas, Venezuela (2013); Oni The pe Komi, Oficina # 1, Caracas, Venezuela (2010); Etnias bajo la piel, Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, Ciudad de México, México (2010). Entre las exposiciones colectivas resaltan: Amazonia, Centro de Arte Contemporáneo Andaluz, Sevilla, España (2021); And If I devoted my life to one of its feathers?, Kunsthalle Wien, Viena, Austria (2021); Una historia natural de las ruinas, Pivô, São Paulo, Brasil (2021); Bienal de Berlín – The Bones of the World, Berlín, Alemania (2019); Le jour des esprits est notre nuit, CRAC Alsace, Altkirch, Francia (2019); Amazonías, Centro de Arte Matadero Madrid, España (2019); XII Bienal de Xangai, Power Station of Art, Xangai, China (2018) y XII Conjuro de Ríos, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia (2018).

La selva como universo
“En mi comunidad localizada en la selva, las mujeres hacen y pintan las cestas y los hombres hacen y pintan las flechas. Celebramos y bailamos al pintar nuestros cuerpos con pigmentos naturales de plantas y animales. Pintamos nuestros cuerpos con líneas, puntos, animales, gusanos, mariposas y otros dibujos de insectos. Tanto adultos como niños pintan sus cuerpos y eso nos hace muy felices. El trabajo que hago en estos papeles está íntimamente relacionado con todo el universo que conozco en Urihi (selva), que veo cuando salgo para la selva acompañado por personas de la comunidad y de la familia. […] También conozco las plantas y los animales, sus rastros y cómo se mueven en la selva. El Shapori (chamán) habla conmigo y me cuenta sobre las cosas. Los animales hablan por medio de los chamanes. El espíritu nos ayuda. Esto es muy importante. Mi madre me enseñó mucho y me habló sobre nuestras costumbres y nuestra cultura. Todo lo que vi y oí, pienso en todo eso en mí cabeza. Yo hago mi trabajo con todo ese conocimiento y experiencia”.
(Testimonio de Sheroanawe Hakihiiwe tomado de un video para el espacio de arte contemporáneo Para Site, de Hong Kong).
@yasminmonsalve



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