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Juvenal Ravelo: “La participación es la clave de mi obra”

El CVA celebra sus 80 años en Venezuela con un homenaje virtual a este artista, centrado en la recuperación de su mural de la avenida Libertador

  • MARITZA JIMÉNEZ

01/08/2021 01:00 am

La pandemia ha consolidado las relaciones del arte con la tecnología digital, y el homenaje al artista cinético Juvenal Ravelo, que se realiza de forma virtual este mes de agosto como parte de la celebración de los 80 años del Centro Venezolano Americano en Venezuela, es buena prueba de ello.

En ese contexto, después del enorme trabajo de restauración de su mural de la avenida Libertador, en el municipio Chacao, la obra de Ravelo “toma” virtualmente los muros internos y externos del Centro Venezolano Americano en Las Mercedes.

Al mismo tiempo, dos salas virtuales del Centro Cultural de la Universidad Católica Andrés Bello, y el Centro de Arte Daniel Suárez, son “abiertas” al público, con la colaboración de las plataformas digitales AWA Cultura e Incubadora Visual, bajo la curaduría de Humberto Valdivieso, montaje digital de Ricardo Arispe y digitalización y diseño de Adolfo Alayó.

El arte cinético, para Juvenal Ravelo (Caripito, estado Monagas, 1934), mantiene su vigencia, como se comprueba en la cantidad de artistas que, a lo largo de tres generaciones, “continúan trabajando y haciendo propuestas, siempre con una calidad extraordinaria”.

Dentro de esa tendencia, su obra se distingue por la incorporación de la participación del público. Una preocupación que lo ha acompañado desde sus incursiones en el cinetismo en París, a donde viaja en 1964, después de sus estudios en las escuelas de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas y Martín Tovar y Tovar, de Barquisimeto, y el ejercicio de la docencia en la Cristóbal Rojas.

La capital francesa era por entonces cuna de esa tendencia mundial que incorpora el movimiento a las búsquedas plásticas. Teniendo como epicentro la galería Denise René, nombres como los de Victor Vasarely, Jaacov Agam, Julio Le Parc, y los venezolanos Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez, dan la vuelta al mundo con sus innovadoras propuestas.

“Al llegar, me puse a estudiar Sociología del Arte en la Universidad de la Sorbona, con Pierre Francastel y Jean Cassou”, relata el artista. “Al mismo tiempo, comencé a investigar cómo podía hacer una propuesta cinética distinta a la de los artistas conocidos. Tenía que producir una obra con un criterio propio y una originalidad que me identificara”.

Primero fue fragmentación de la luz y el color, basado en la teoría del color de Isaac Newton. “Me emocionó su descubrimiento de la descomposición de un rayo de luz blanca en siete colores, y profundicé en sus investigaciones. Mis primeros ensayos son propuestas de la fragmentación de la luz y el color, y hasta el día de hoy he desarrollado ese pensamiento plástico basándome en la luz descompuesta con elementos refractantes que introduzco en la superficie de las obras”.

Luego está la parte conceptual. “Francastel, en la Sorbona, nos decía que podíamos llegar a ser muy buenos pintores, pero que si no teníamos claro el concepto, el artista podía desparecer, aun teniendo mucho talento. Esa parte conceptual tiene que estar al lado de las búsquedas plásticas”.

En su caso, el concepto apunta al arte en la calle y la participación del público en la realización de lo que llama “arte de participación en la calle”, propuestas destinadas a la integración comunitaria al hecho artístico, con la idea de propiciar un cambio en el ser humano.

El artista, con mascarilla anti-Covid, supervisa la restauración de su mural (VICENTE CORREALE)  

Así surge su proyecto de Museo al Aire Libre, con la creación de sus Módulos cromáticos, entre los cuales destaca el mural de la Libertador.

“Es una búsqueda que desarrollé desde 1975, cuando me di cuenta de que en las exposiciones que hacemos los artistas en el mundo entero, nunca veía gente de sectores populares, no veía obreros ni gente de los barrios. Entonces pensé que el arte tenía que tomar la calle. Pero yo le iba a dar otro sentido, que es el de la participación. Esa es la clave del arte en la calle que yo hago”.

Ese trabajo comienza en el barrio Los Cerritos de Caripito, su pueblo natal. “Después de mi obra individual, me dije que tenía que hacer algo por esta gente que pertenece a mi origen, a lo que va por dentro de mí. Y allá hice la primera idea de ese arte de participación en la calle. Me las fui arreglando, hasta llegar a lo que llamo los módulos cromáticos, basados en el patrón de las fachadas de los pueblos y las armonías que ellos utilizan, que son armonías por analogía. Las casas las pintan con colores que guardan mucha relación”.

La recuperación de su mural es, para Ravelo, el mejor reconocimiento a sus más de 60 años de trayectoria artística. Fue realizado en 2001, comenta, y la última restauración fue en 2008.

“Mucha gente, cuando vio que empezó a colocarse el fondo blanco con pintura antialcalina, pensó que lo estaban borrando y protestó por las redes. Eso quiere decir que la gente aprecia el mural. Y debo decir también que este trabajo fue posible gracias a la participación del gobierno nacional, que aprobó los presupuestos y la logística, y la colaboración de la Alcaldía de Chacao”.

“Esto ha sido para mí un gran estímulo para seguir trabajando”, responde, asombrado de los resultados de la incorporación de la tecnología a la realización de la obra.

“Antes trabajaba con las herramientas de un carpintero. Ahora, es impresionante cómo una máquina puede hacerlo siguiendo las órdenes de una computadora. Claro, previo al boceto, porque la creatividad la tiene el artista, no la máquina”.
@weykapu



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