A CONTROL REMOTO
La celebración definitiva de Louis Armstrong
Un documental y un musical revisan la vida y el legado del llamado “padre fundador del jazz”
Una visión definitiva de la vida y el legado de Louis Armstrong, como padre fundador del jazz, primera estrella pop y embajador cultural de Estados Unidos, es la que ofrecerá el documental Black & Blues: The Colorful Ballad of Louis Armstrong (La colorida balada de Louis Armstrong), de Apple TV Plus, bajo el acuerdo de esta plataforma de streaming con Imagine Documentaries, la empresa del productor de cine y televisión Brian Grazer y el director cinematográfico Ron Howard (El Código Da Vinci).
El documental, que se realiza con motivo de estarse conmemorando los 50 años de la muerte de Satchmo (6 de julio de 1971) y los 120 de su nacimiento (4 de agosto de 1901), al decir de Apple, “sería el ‘definitivo’ sobre el eminente trompetista”. Involucra varias facetas de su vida, y uno de sus episodios más polémicos: a menudo se le caracterizó erróneamente por no hacer lo suficiente para apoyar el movimiento de derechos civiles, pero en realidad su lucha por la justicia social fue impulsada por su celebridad y su voluntad de romper su silencio sobre temas de segregación y patriotismo.
Para la elaboración del filme, el equipo de producción cuenta con el apoyo de la Fundación Educativa Louis Armstrong. De esta manera, tendrán acceso a una gran cantidad de materiales de archivo nunca antes vistos, que incluyen cientos de horas de grabaciones de audio, metraje de películas, fotografías y diarios personales.
Hay que decir que pocos artistas han sufrido los equívocos que lo rodean. Su imagen pública era la del negro risueño, cantando con boca grande y dientes blanquísimos, tocando luego ráfagas de trompeta y secándose el sudor con un pañuelo. Omnipresente durante cinco décadas, incluso tuvo números uno en los sesenta con canciones amables como Hello Dolly y What a Wonderful World. Y sin embargo, en su tiempo fue tan revolucionario como Jimi Hendrix, pues con sus grabaciones de los años veinte, convirtió una música grupal (el hot, el primer jazz) en expresión de solistas intrépidos, de grandes poderes físicos e inventiva inagotable.
Louis no era tonto ni tampoco un primitivo, como creían muchos. Muy consciente de su relevancia artística, buscaba apuntalarla redactando sus recuerdos y opiniones. Escribir le permitía enriquecer el personaje que presentaba en directo. Allí todo eran risas y muecas; en soledad, reflexionaba sobre sus vivencias. Trabajador y muy exigente consigo mismo, se mostraba tolerante con los vicios y caprichos de sus colegas.
Todos estos aspectos llegarán, con minuciosidad de detalles, en La colorida balada de Louis Armstrong, documental que promete y al cual se unirá, para celebrar el doble aniversario, A Wonderful World, el musical sobre su vida, que luego de un corto recorrido por Estados Unidos, interrumpido a causa de la pandemia, llegará a Broadway precedido de las mejores críticas.
@aquilinojmata
El documental, que se realiza con motivo de estarse conmemorando los 50 años de la muerte de Satchmo (6 de julio de 1971) y los 120 de su nacimiento (4 de agosto de 1901), al decir de Apple, “sería el ‘definitivo’ sobre el eminente trompetista”. Involucra varias facetas de su vida, y uno de sus episodios más polémicos: a menudo se le caracterizó erróneamente por no hacer lo suficiente para apoyar el movimiento de derechos civiles, pero en realidad su lucha por la justicia social fue impulsada por su celebridad y su voluntad de romper su silencio sobre temas de segregación y patriotismo.
Para la elaboración del filme, el equipo de producción cuenta con el apoyo de la Fundación Educativa Louis Armstrong. De esta manera, tendrán acceso a una gran cantidad de materiales de archivo nunca antes vistos, que incluyen cientos de horas de grabaciones de audio, metraje de películas, fotografías y diarios personales.
Hay que decir que pocos artistas han sufrido los equívocos que lo rodean. Su imagen pública era la del negro risueño, cantando con boca grande y dientes blanquísimos, tocando luego ráfagas de trompeta y secándose el sudor con un pañuelo. Omnipresente durante cinco décadas, incluso tuvo números uno en los sesenta con canciones amables como Hello Dolly y What a Wonderful World. Y sin embargo, en su tiempo fue tan revolucionario como Jimi Hendrix, pues con sus grabaciones de los años veinte, convirtió una música grupal (el hot, el primer jazz) en expresión de solistas intrépidos, de grandes poderes físicos e inventiva inagotable.
Louis no era tonto ni tampoco un primitivo, como creían muchos. Muy consciente de su relevancia artística, buscaba apuntalarla redactando sus recuerdos y opiniones. Escribir le permitía enriquecer el personaje que presentaba en directo. Allí todo eran risas y muecas; en soledad, reflexionaba sobre sus vivencias. Trabajador y muy exigente consigo mismo, se mostraba tolerante con los vicios y caprichos de sus colegas.
Todos estos aspectos llegarán, con minuciosidad de detalles, en La colorida balada de Louis Armstrong, documental que promete y al cual se unirá, para celebrar el doble aniversario, A Wonderful World, el musical sobre su vida, que luego de un corto recorrido por Estados Unidos, interrumpido a causa de la pandemia, llegará a Broadway precedido de las mejores críticas.
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