Mucho libertinaje y poca fe
No podemos dar cabida a artificiales conceptos y crear la pretendida "normalidad" que, unos cuantos interesados, quieren. No es lógico permitir que las minorías se impongan sobre las mayorías
Cazadores de oportunidades, amparados en el supuesto “respeto" hacia las minorías, crean un “mundillo” mafioso con fines económicos, políticos y, principalmente, de poder.
Expreso, mi máximo respeto, hacia las minorías verdaderas: aquéllas que son marginadas en atención a razones de “origen racial, nacionalidad, religión, etnia, situación familiar, sexo, orientación sexual, enfermedad y/o minusvalía, condición social y/o económica”.
Apunto estas líneas a la masiva aparición, de una cantidad de conceptos relacionados con sexo, género y afines; así como a la imposición forzosa de ideas en menores de edad no preparados, maduros, ni listos aún para enfrentarse, poder captar, ni muchísimo menos asimilar, tanta información manipulada. Nuestros padres se cuidaban de ser y/o mostrarse insensibles ante las injusticias y buscaron siempre preservar los valores y la moralidad; ahora en cambio todo gira en torno a lo que es, políticamente, correcto o incorrecto.
Expreso, mi máximo respeto, hacia las minorías verdaderas: aquéllas que son marginadas en atención a razones de “origen racial, nacionalidad, religión, etnia, situación familiar, sexo, orientación sexual, enfermedad y/o minusvalía, condición social y/o económica”.
Apunto estas líneas a la masiva aparición, de una cantidad de conceptos relacionados con sexo, género y afines; así como a la imposición forzosa de ideas en menores de edad no preparados, maduros, ni listos aún para enfrentarse, poder captar, ni muchísimo menos asimilar, tanta información manipulada. Nuestros padres se cuidaban de ser y/o mostrarse insensibles ante las injusticias y buscaron siempre preservar los valores y la moralidad; ahora en cambio todo gira en torno a lo que es, políticamente, correcto o incorrecto.
Superioridad de una minoría
Basta ya de “sexo diverso, tercero, o sin identificar”; ese tema de tener que contemplar en los colegios, baños y espacios para personas que, por elección, no se consideran ni hombres, ni mujeres, es muy pervertido. Lo que se busca es generar la superioridad de una minoría sobre una mayoría e incentivar una moda con beneficios garantizados: si eso es lo que se quiere, tendremos que crear también baños para judíos, cristianos, afrodescendientes, blancos, zurdos, altos y bajos, vacunados y no vacunados, etc.
Me opongo a la criminal estupidez de que mis nietos, desde una corta edad, tengan que manejar por ejemplo el concepto de transgénero, y entren en contacto con transexuales, o asomarles la posibilidad de poder cambiar su sexo, nombre y/o apellido. ¡Por favor, paremos toda esta locura!
Nos estamos distanciando de la fe. Estamos sustituyendo las cátedras de religión, de moral y cívica, para dejar penetrar lo irracional y todo lo que va contra natura: se está promoviendo y legalizando, la perversión.
Para bien el debate transgénero acapara la atención, casualmente de la sociedad gringa y, como buena noticia, ya hay estados con leyes que prohíben el uso de baños públicos distintos a aquellos del género que aparece registrado en el certificado de nacimiento. Asimismo se está prohibiendo a una persona que se ha cambiado de sexo, que participe en disciplinas deportivas del sexo adoptado. ¡Bravo por eso!
Coincido en la necesidad de apoyar a quienes, por una condición genética, o biológica, nacen con rasgos cruzados, mas no estoy de acuerdo con los que plantean que el sexo no es una categoría natural.
No se trata tan solo de defender nuestro bagaje social y religioso; simplemente no podemos dar cabida a artificiales conceptos y crear la pretendida "normalidad" que, unos cuantos interesados, quieren. No es lógico permitir que las minorías se impongan sobre las mayorías. No hay que luchar por la igualdad, debemos promover el respeto por las diferencias y conseguir tolerancia.
Yo soy inamovible: Dios hizo al hombre y a la mujer, y en todas las especies existe el sexo, que tiene un papel fundamental en la misma evolución, también sobre todo en su proceso de conservación.
Hoy día hay mucho libertinaje y poca fe.
davidbittanobadia@gmail.com
Me opongo a la criminal estupidez de que mis nietos, desde una corta edad, tengan que manejar por ejemplo el concepto de transgénero, y entren en contacto con transexuales, o asomarles la posibilidad de poder cambiar su sexo, nombre y/o apellido. ¡Por favor, paremos toda esta locura!
Nos estamos distanciando de la fe. Estamos sustituyendo las cátedras de religión, de moral y cívica, para dejar penetrar lo irracional y todo lo que va contra natura: se está promoviendo y legalizando, la perversión.
Para bien el debate transgénero acapara la atención, casualmente de la sociedad gringa y, como buena noticia, ya hay estados con leyes que prohíben el uso de baños públicos distintos a aquellos del género que aparece registrado en el certificado de nacimiento. Asimismo se está prohibiendo a una persona que se ha cambiado de sexo, que participe en disciplinas deportivas del sexo adoptado. ¡Bravo por eso!
Coincido en la necesidad de apoyar a quienes, por una condición genética, o biológica, nacen con rasgos cruzados, mas no estoy de acuerdo con los que plantean que el sexo no es una categoría natural.
No se trata tan solo de defender nuestro bagaje social y religioso; simplemente no podemos dar cabida a artificiales conceptos y crear la pretendida "normalidad" que, unos cuantos interesados, quieren. No es lógico permitir que las minorías se impongan sobre las mayorías. No hay que luchar por la igualdad, debemos promover el respeto por las diferencias y conseguir tolerancia.
Yo soy inamovible: Dios hizo al hombre y a la mujer, y en todas las especies existe el sexo, que tiene un papel fundamental en la misma evolución, también sobre todo en su proceso de conservación.
Hoy día hay mucho libertinaje y poca fe.
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