Los países deben reducir su dependencia tanto de la tecnología como de los conocimientos procedentes del extranjero, para ello deben, a lo largo del tiempo, fortalecer las capacidades de las empresas nacionales para crear valor agregado. En el caso de Filipinas, usar la innovación para impulsar resultados de crecimiento y desarrollo económico ha generado un nuevo reto: reducir la brecha digital. No superar dicha situación implica quedar perennemente atrapada en la trampa de los ingresos medios, enfrentando elevados niveles de pobreza y desigualdad entre la población.

¿Por qué es un problema? Las limitaciones de la producción nacional y la baja capacidad de innovación de las organizaciones locales en la generación de bienes y servicios de mayor valor agregado, a menudo, son las principales razones por las cuales los países en desarrollo no logran superar la trampa de los ingresos medios —problema muy evidente en los países de América Latina, Sur de Asia y África. Por el contrario, la creación de mayores capacidades de innovación en las empresas ha consolidado casos exitosos de desarrollo como el representado por Corea del Sur.

El desarrollo de tales capacidades suele estar respaldado por el sistema de innovación de un país: las interacciones entre las empresas y las instituciones de apoyo como universidades, institutos públicos de investigación y organismos gubernamentales. Como en muchos países en desarrollo, el sistema de innovación filipino se considera como de tipo emergente, es decir, faltan algunos componentes de la innovación; además, los vínculos entre estos y la sociedad son débiles. Principalmente porque, aunque se ha incrementado la capacidad del sistema filipino de innovación, los vínculos entre las empresas y el sistema público de innovación son casi inexistentes.

En este sentido, las redes de innovación y desarrollo deben nutrirse activamente mediante mayor coordinación pública-privada, además de una significativa participación de la sociedad civil. Las asociaciones entre los componentes del sistema de innovación gubernamental, como el desarrollo industrial y las organizaciones de ciencia y tecnología, así como los componentes del sistema de innovación privado, incluyendo las industrias locales, son necesarias para diseñar e implementar políticas públicas apropiadas.

En este sentido, el interés filipino de reducir la brecha digital y promover la innovación empresarial está impulsando la creación de centros regionales de innovación inclusiva, promovidos por el Departamento de Comercio e Industria, así como programas de difusión de la ciencia para lograr cambios en la sociedad, impulsados por el Departamento de Ciencia y Tecnología del gobierno filipino. Esta es la vía adecuada para desarrollar un sistema integral de innovación, donde se agrupen organizaciones públicas de I + D, FabLabs, incubadoras y organizaciones privadas con capacidad para invertir.

De esta manera, queda clara la necesidad de crear vínculos específicos entre los responsables de la formulación de políticas de desarrollo e innovación y las empresas que llevan a cabo procesos productivos y atienden de manera directa las necesidades de la población. Insistir con políticas generales de innovación, del tipo incentivos tributarios para la investigación y el desarrollo o a la conformación de encadenamientos productivos, solo demuestra desconocimiento acerca de la alta interdependencia que existe en la actualidad entre agentes económicos a nivel mundial.

@zerpasad