Conciencia ciudadana... ¿Es mucho pedir?
No son momentos de satanizar el voto, es hora de participar activamente con los mecanismos que la Constitución nos da para resolver conflictos
A diario nos quejamos de todo lo que sucede en el país; y sólo basta con entrar a las redes sociales para ver los ataques de tirios y troyanos. Muchos, pisando la raya de la irresponsabilidad, se aprovechan del mundo digital además para atacar a quienes intentamos buscar salidas a este laberinto en que nos han convertido a Venezuela.
Son los mismos que poco hacen por sumar a la ecuación más importante del país: La política. Hoy tenemos frente a nosotros una gran responsabilidad de articularnos, de organizarnos para procurar cambios, aun por minúsculos que sean.
El primer chance arrancó este martes, 1 de junio. Se trata de la actualización y nuevas inscripciones en el Registro Electoral. Según los números del propio Consejo Nacional Electoral (CNE), al menos, 1.700.000 jóvenes en edad de votar hoy no forman parte del padrón comicial. También sabemos de cientos de desplazamientos internos de ciudadanos que deben aprovechar esta oportunidad para actualizar domicilio.
En cada tribuna a la que asistimos lo hemos dejado muy claro: Las regionales y municipales no van a sacar a Maduro de Miraflores, pero debemos plantearlo como una contienda que nos permita ganar espacios que le resten gobernabilidad a esta administración.
En la medida en que eso ocurra, estaremos enviando señales a la opinión pública internacional de que Venezuela clama por un cambio de sistema político y que los venezolanos no queremos más socialismo, modelo que solo supone hambre y miseria.
No hay salidas exprés, tampoco varitas mágicas que hagan cambiar de la noche a la mañana los actores hoy en el poder; pero en este tablero de ajedrez de la política venezolana, la firme posición de la ciudadanía representa un importante factor para hacer mover cada ficha.
Por un momento, asumamos conciencia ciudadana y entendamos que cada espacio de poder que ocupemos abre la posibilidad de que liderazgos realmente comprometidos con la gente representen y concreten proyectos a favor de las comunidades.
Un buen gerente es capaz de enlazar y vincular a ciudadanos, empresarios, industriales, comerciantes, inversionistas, gremios profesionales, investigadores, trabajadores, estudiantes, es decir, a todas las fuerzas vivas que siguen apostando a construir en este país a pesar de la grave crisis.
El ente comicial que hoy tenemos es lo más parecido a lo que por años hemos exigido. Ahora toca a la ciudadanía asumir sus deberes y expresar lo que quieren en las urnas, entendiendo además que más que un proceso electoral es desmontar la teoría de que votando se valida a Nicolás Maduro.
Maduro no necesita que lo validen porque, nos guste o no, es el Presidente de este país y tiene y ejerce el poder desde hace ocho años, lapso durante el cual ha desaparecido el Estado de Derecho y violado de manera sistemática los derechos humanos. Pero la legitimidad de origen y la de ejercicio, ya es harina de otro costal.
Noviembre es clave, pero el trabajo debemos hacerlo desde ya. La organización es vital y en esta tarea titánica todos podemos y debemos sumar. De una entusiasta participación dependerá que valga o no la pena lo que se ha avanzado hasta hoy.
No son momentos de satanizar el voto, es hora de participar activamente con los mecanismos que la Constitución nos da para resolver conflictos. Ese es el sentir del ciudadano de a pie que está cansado de esperar y de recibir palo de este desgobierno que nos sumergió en la peor crisis humanitaria de nuestra historia.
@griseldareyesq
www.griseldareyes.com
griseldareyes@gmail.com
Son los mismos que poco hacen por sumar a la ecuación más importante del país: La política. Hoy tenemos frente a nosotros una gran responsabilidad de articularnos, de organizarnos para procurar cambios, aun por minúsculos que sean.
El primer chance arrancó este martes, 1 de junio. Se trata de la actualización y nuevas inscripciones en el Registro Electoral. Según los números del propio Consejo Nacional Electoral (CNE), al menos, 1.700.000 jóvenes en edad de votar hoy no forman parte del padrón comicial. También sabemos de cientos de desplazamientos internos de ciudadanos que deben aprovechar esta oportunidad para actualizar domicilio.
En cada tribuna a la que asistimos lo hemos dejado muy claro: Las regionales y municipales no van a sacar a Maduro de Miraflores, pero debemos plantearlo como una contienda que nos permita ganar espacios que le resten gobernabilidad a esta administración.
En la medida en que eso ocurra, estaremos enviando señales a la opinión pública internacional de que Venezuela clama por un cambio de sistema político y que los venezolanos no queremos más socialismo, modelo que solo supone hambre y miseria.
No hay salidas exprés, tampoco varitas mágicas que hagan cambiar de la noche a la mañana los actores hoy en el poder; pero en este tablero de ajedrez de la política venezolana, la firme posición de la ciudadanía representa un importante factor para hacer mover cada ficha.
Por un momento, asumamos conciencia ciudadana y entendamos que cada espacio de poder que ocupemos abre la posibilidad de que liderazgos realmente comprometidos con la gente representen y concreten proyectos a favor de las comunidades.
Un buen gerente es capaz de enlazar y vincular a ciudadanos, empresarios, industriales, comerciantes, inversionistas, gremios profesionales, investigadores, trabajadores, estudiantes, es decir, a todas las fuerzas vivas que siguen apostando a construir en este país a pesar de la grave crisis.
El ente comicial que hoy tenemos es lo más parecido a lo que por años hemos exigido. Ahora toca a la ciudadanía asumir sus deberes y expresar lo que quieren en las urnas, entendiendo además que más que un proceso electoral es desmontar la teoría de que votando se valida a Nicolás Maduro.
Maduro no necesita que lo validen porque, nos guste o no, es el Presidente de este país y tiene y ejerce el poder desde hace ocho años, lapso durante el cual ha desaparecido el Estado de Derecho y violado de manera sistemática los derechos humanos. Pero la legitimidad de origen y la de ejercicio, ya es harina de otro costal.
Noviembre es clave, pero el trabajo debemos hacerlo desde ya. La organización es vital y en esta tarea titánica todos podemos y debemos sumar. De una entusiasta participación dependerá que valga o no la pena lo que se ha avanzado hasta hoy.
No son momentos de satanizar el voto, es hora de participar activamente con los mecanismos que la Constitución nos da para resolver conflictos. Ese es el sentir del ciudadano de a pie que está cansado de esperar y de recibir palo de este desgobierno que nos sumergió en la peor crisis humanitaria de nuestra historia.
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